El 7 de agosto, día de San Cayetano, los movimientos sociales agrupados en la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), gremios de la CGT, organismos de derechos humanos y las dos CTA se movilizarán desde el santuario del patrono del pan y el trabajo, ubicado en el barrio porteño de Liniers, hacia Plaza de Mayo, para protestar contra las políticas del gobierno de Javier Milei.
Los organizadores prometen que será la protesta más numerosa -después de la marcha en defensa de la educación pública- para expresar el descontento por la crisis económica, la pérdida de derechos, la falta de alimentos en comedores comunitarios y “un agravamiento brutal de las condiciones de vida de la gente”, según la definición de un dirigente del gremio de la economía popular.
Si bien los detalles de la marcha y concentración aún no se definieron, un representante de la UTEP explicó las razones por las cuales, a menos de dos semanas del acto, aún no se difundió la convocatoria, como sí ocurrió en años anteriores. Existen dos razones fundamentales: el protocolo antipiquetes implementado por el Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich; y la sugerencia de diversas figuras de la Iglesia, entre ellos obispos, que le hicieron llegar a algunas agrupaciones por su temor a enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerza federales y la Policía de la Ciudad en un día tan caro para la feligresía católica. Los antecedentes preceden los temores, como los incidentes registrados frente al Congreso durante los debates de la Ley Bases en las cámaras de senadores y diputados.
fuente: infobae
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