El peronismo finalmente se acordó cómo era aquello de ser peronista, cedió el monopolio de las internas a los radicales y al PRO y se apoyó en su rasgo constitutivo más consistente: la vocación de poder, para llegar a una fórmula de (cuasi) unidad sin la cual hubiera sido mucho más complicado competir en las presidenciales.
Las contradicciones, las diferencias ideológicas, los egos personales, las heridas de las peleas viejas y de las recientes. Para un peronista de ley todo eso pesa menos que el espanto a quedarse afuera sin competir. Con el pragmatismo como consigna, los que habían jurado no volver a hablarse se sentaron a negociar en serio y llegó la fumata blanca que exigían intendentes y gobernadores en defensa de la gobernabilidad.
Después de muchísimo tiempo, Cristina y Alberto se pusieron de acuerdo en algo, la necesidad los obligó a resignar pretensiones y eso hizo posible una unidad casi total. El kirchnerismo aceptó abortar la candidatura de Wado De Pedro y el albertismo hizo lo propio con la de Daniel Scioli.
Luego de coquetear con la posibilidad de una renuncia si no se evitaba la interna, el que se quedó con la cabeza de la boleta más importante en el frente gobernante fue el ministro de Economía Sergio Massa, a quien acompañará el Jefe de gabinete, Agustín “El Chivo” Rossi.
Fuera de la fórmula presidencial, el kirchnerismo se replegó a territorio bonaerense, donde Wado de Pedro y Máximo Kirchner encabezarán las listas de senadores y diputados nacionales respectivamente y Axel Kicillof irá por la reelección.
El único que quedó fuera del acuerdo de unidad fue el dirigente social Juan Grabois, que primero había bajado su candidatura, pero luego la volvió a subir disconforme con la fórmula acordada por la cúpula de Unión por la Patria.
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Sergio Massa volvió a hacer gala de un manejo brillante de los tiempos de la política para quedarse con la candidatura que todos (menos Cristina) querían y en los términos y condiciones que él pretendía: sin competencia interna y con todos adentro.
Como si se tratara de un caballo de carreras de esos que saben ganar en distancias largas (un caballo clasudo dirían en el paddock de cualquier hipódromo) el ministro de Economía supo esperar en posición expectante hasta la recta final donde dejó a todos atrás con un sprint final furioso.
Desde que Cristina se bajó de una hipotética candidatura, Massa era el oficialista mejor ubicado en las encuestas, además del único con capacidad de mantener cierta tranquilidad en el establishment del poder económico y de sumar votos en el espectro cada vez más amplio que se ubica a la derecha del kirchnerismo y a la izquierda de Juntos por el Cambio.
El tigrense tenía las cartas ganadoras y como todo buen tahúr, supo encontrar el momento indicado para jugarlas en orden de maximizar su ganancia. La ancha avenida del medio ahora sí podía llevarlo al sillón de Rivadavia.
Su dominio del arte de la política y sus fluidas relaciones con los principales actores de la economía argentina y mundial lo convirtieron en un imprescindible para gestionar la crítica situación que atraviesa la economía.
Afirmado en esa fortaleza, militó en las sombras por la unidad del espacio detrás de su candidatura. Adoptó una estrategia que demostró efectividad, la de apoyarse en gobiernos provinciales cuyas voces son respetadas en el concierto político nacional.
Eso lo llevó a estrechar relaciones preexistentes con el Frente Renovador misionero, en un intercambio en el que la provincia obtuvo beneficios importantes y, a la luz de las más recientes novedades, abre un camino prometedor para Misiones.
En este punto vale destacar la capacidad de anticipar escenarios que mostró el espacio conducido por Carlos Rovira, que hace más de diez días se jugó un pleno a favor de una candidatura de Sergio Massa que a esa altura del calendario electoral no era más que una hipótesis.
El Gobierno misionero colgó su propia lista de legisladores nacionales a la boleta presidencial del Frente Unión por la Patria, pero sus voceros se ocuparon de dejar en claro que no tenían la voluntad política de integrar ese frente nacional sino que se limitaban puntualmente a adherir a la candidatura de Sergio Massa.
Celebramos la lista de consenso lograda y acompañamos a @SergioMassa y @RossiAgustinOk con el compromiso de una construcción colectiva y de unidad.
— Oscar Herrera Ahuad (@herrerayflia) June 24, 2023
La referencia puntual a una candidatura que hasta entonces no estaba formalizada dejó desconcertado a más de uno, pero evidentemente la renovación misionera tenía un dato que los demás desconocían.
Mayor fue la incertidumbre el jueves a la mañana, cuando Wado De Pedro subió a sus redes sociales un video en el que anunciaba su candidatura presidencial y todos los trascendidos ubicaban al gobernador tucumano Juan Manzur como su compañero de fórmula.
Pero las horas pasaban y no había confirmación oficial, tampoco mensajes de apoyo de las demás figuras principales de Unión por la Patria, ni siquiera un like de Cristina en alguna red social.
La candidatura de Wado De Pedro solo entusiasmó al kirchnerismo duro que no obstante presentó sus reparos ante la presencia de Manzur. Gobernadores e intendentes estallaron los teléfonos de la Casa Rosada y de la presidencia del Senado manifestando su disconformidad con una fórmula a la que veían destinada a una cómoda derrota.
Con el respaldo del Presidente, Scioli se vio con buenas posibilidades en unas PASO contra una figura poco conocida fuera del mundillo kirchnerista como De Pedro y se afirmó más que nunca en sus pretensiones.
A todo esto, Massa había dejado trascender que podría renunciar si no había fórmula de unidad, dejando la negociación con el FMI en un punto extremadamente delicado. La fría recepción que tuvo la efímera candidatura de De Pedro y la presión de los gobernadores hicieron el resto.
Jugar para perder no es opción para el peronismo. Alberto le hizo saber a Cristina que le sacaría apoyo a Scioli si el candidato fuera Massa y pidió a cambio el segundo escalón de la fórmula y lugares en las listas para los suyos. Cristina accedió a bajar a De Pedro y dejar al kirchnerismo fuera de la fórmula presidencial si Scioli también se bajaba. Los planetas se alinearon y por un momento hubo fórmula de unidad.
La respuesta esta vez fue mucho más contundente y los primeros sondeos de opinión realizados a través de encuestas por Internet marcan un crecimiento de Massa en las encuestas a partir de su oficialización como candidato de unidad.
Pero a la militancia kirchnerista que se había entusiasmado con la candidatura de un hijo de la generación diezmada surgido políticamente del riñón de la Cámpora, el acuerdo le cayó como un balde de agua fría.
La disconformidad camporista se hizo sentir en las redes y el dirigente social Juan Grabois (un electrón libre con armado propio dentro del panperonismo) vio la oportunidad de recoger los heridos y fue a buscar la ambulancia.
Cuando todos daban por sellada la unidad completa, Grabois reflotó su candidatura que había retirado para respaldar a De Pedro, lo que llevará a Unión por la Patria a unas PASO con dos listas presidenciales.
Sin embargo, sí habrá unidad en las listas legislativas en todas las provincias, ya que el espacio de Grabois solo competirá en la categoría presidente y vice.
Más allá del éxito que pueda tener el dirigente social en su operativo de recolección de heridos, parte con una intención de voto y un nivel de conocimiento demasiado bajos como para que se lo pueda considerar como un contendiente real en unas PASO frente a Massa.
Ni juntos, ni el cambio
En Juntos por el Cambio se confirmó todo lo que se presumía. La interna del PRO terminó partiendo aguas en el espacio, los radicales volvieron a confirmar su vocación de irremediables segundones y seguirá corriendo sangre durante lo que resta de la campaña.
Patricia Bullrich encontró en el mendocino Luis Petri al radical que buscaba para decorar su boleta y el jujeño Gerardo Morales se ganó a fuerza de represión desmedida el lugar que pretendía como partenaire de Horacio Rodríguez Larreta.
La cuasi unidad de Unión por la Patria contrasta con el alto nivel de enfrentamiento dentro del principal espacio opositor, que ya no se reduce a la interna Bullrich-Larreta sino que también hay internas dentro de cada una de las facciones.
Macri le metió presión a Bullrich para que bajara la candidatura a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de Ricardo López Murphy, porque le restaba votos a Jorge Macri, y la interna cambiemita por ocupar el cómodo sillón de intendente porteño se dirimirá entre el primo de Mauricio Macri y el radical Martín Lousteau.
Por el lado del larretismo, hubo desplantes hasta última hora en el armado de las listas. La que apretó fuerte fue Lilita Carrió, quien amenazó con presentarse como precandidata a presidenta al solo efecto de restarle votos al intendente porteño si éste no reservaba para la Coalición Cívica los principales lugares en las listas legislativas de provincia y CABA, hasta el cierre de la presente edición estaban en esa pulseada.
El que finalmente logró seducir a Larreta fue el gobernador jujeño Gerardo Morales que el viernes fue presentado oficialmente como vice del precandidato a presidente del PRO.
Dentro de un espacio que dio un marcado giro hacia la derecha conservadora y en el que Bullrich terminó imponiendo el discurso punitivista de la mano dura, el jujeño se destacó reprimiendo salvajemente manifestaciones de empleados públicos que reclaman aumentos salariales y otros grupos que se oponen a una reforma constitucional que impulsa el Gobierno de la provincia norteña.
Las violentas escenas que se replicaron en todo el país y los testimonios periodísticos recogidos en el lugar dejaron en evidencia la presencia de infiltrados que actuaron con el objetivo de provocar enfrentamientos.
Desde el Gobierno de Jujuy y sus socios de JxC denunciaron una operación desestabilizadora orquestada desde el Gobierno nacional, mientras que los grupos manifestantes indican que los infiltrados actuaron bajo las órdenes del mandatario jujeño a quien acusan de haber armado una escena de violencia para justificar la represión.
Más allá de las acusaciones cruzadas, lo cierto es que la represión sirvió para instalar a Morales como un líder capaz de aportarle al moderado Larreta la dosis de mano dura suficiente para hacerle competencia a Bullrich en ese apartado.
Todavía está por verse cómo impactan en las encuestas las imágenes de desmadre social y represión en las calles que se vieron en Jujuy.
Contrariamente a lo que podría suponerse, la receta de la mano dura no está siendo bien recibida por el establishment empresarial. Cuenta de ello da el comunicado emitido por el G-6 (integrado por la UIA, la Bolsa, los bancos, la Rural, la cámara de comercio y la de la construcción) a través del cual destacaron “la importancia del diálogo como única vía para la resolución de conflictos, respetando el derecho legítimo a la protesta pacífica y en el marco del orden institucional y el respeto por el derecho a circular libremente y llevar a cabo las actividades diarias de los ciudadanos”.
Los dirigentes de las principales corporaciones no solo los espanta la posibilidad de un incremento en la conflictividad social, también desconfían de los planes de shock y aperturas comerciales indiscriminadas que afectarían negocios y alterarían la paz social, algo que reafirmaron durante los recientes incidentes en Jujuy.
Es que más allá de los cuestionamientos a la reforma constitucional que impulsa Morales, lo que está detrás de las manifestaciones es el brutal ajuste que está llevando adelante el gobernador radical, que entre otras cosas hizo que los docentes de esa provincia cobraran los salarios más bajos del país, realidad a la que no escapa el resto de los empleados públicos de ese lugar.
Cierre de listas en Misiones
En la provincia, el Frente Renovador de la Innovación Federal se aseguró ser el único espacio habilitado para adherir al frente Unión por la Patria, con lo cual tendrá su lista propia, completa, sin competencia y sin necesidad de negociar lugares con otros espacios.
El PJ presidido por Juan Manuel Irrazábal fue a la justicia con la pretensión de competir en las PASO por el mismo espacio, pero su planteo fue rechazado y el acuerdo entre Unión por la Patria y la renovación misionera quedó firme.
El Partido Agrario y Social (PAyS) también se quedó afuera e irá a las elecciones con boleta corta. Héctor “Cacho” Bárbaro en diputados y Sebastián Tiozzo en senadores serán las cabezas de listas.
En consecuencia, los únicos candidatos que compartirán boleta con Sergio Massa en Misiones serán Carlos Arce, Sonia Rojas Decut y Milton Astroza, en la categoría senadores nacionales y Daniel “Colo” Vancsik, Yamila Ruiz, Alberto Arrúa y Adriana Bezus serán los precandidatos a diputados nacionales.
Al cierre de la presente edición, superadas las 23:00, Juntos por el Cambio no había terminado de definir sus candidaturas aunque había acuerdo respecto a los lugares centrales. Los radicales se quedaron sin precandidato a presidente, con lo cual no les quedó otra que negociar con el PRO los lugares en las listas.
La boleta de Patricia Bullrich llevará a Humberto Schiavoni como primer candidato a senador y a Martín Goerling encabezando la nómica de aspirantes a diputado nacional. El resto estaba en veremos.
Por el lado del larretismo, el radical Ariel “Pepe” Pianesi y Alfredo Schiavoni ocuparán los primeros lugares en las categorías senadores y diputados respectivamente.
Otros que tuvieron ruido interno hasta la última semana fueron los libertarios. Al igual que ocurriera durante las provinciales, Ninfa Alvarenga penó por no tener partido propio. Esta vez intentó usar el sello del partido Fe, fundado por el fallecido dirigente de la UATRE Gerónimo Venegas, que está atravesando un proceso de intervención, pero una serie de presentaciones judiciales frustró esa posibilidad y Alvarenga se quedó sin candidatura.
Los beneficiados directos fueron los integrantes de Fuerza Liberal que serán los únicos habilitados para llevar a Javier Milei en sus boletas. Alejandro Jabornicky y Graciela de Moura son sus candidatos a senadores y Jorge Ratier y Mirta Gacrk encabezan la nómina de diputados.
El Frente Hacemos por Nuestro País, que propone la fórmula Juan Schiaretti – Florencio Randazzo también tendrá listas en Misiones. La ingeniera foretal Sabina Vetter y el empresario panadero Fernando Kowalczyk son sus candidatos a senador y su lista de aspirantes a diputado está encabezada por el empresario de la carne Abel Motte y Vanesa Britos, vicerectora de instituto Saavedra.
Misiones libre de agrotóxicos
En lo que significó el hecho más destacado de la semana en la Tierra Colorada, la Legislatura provincial aprobó una ley que promociona la producción y uso de bioinsumos y abre un período de transición progresiva al final de la cual se prohibirá el uso en todo el territorio provincial de glifosato, herbicida cuyo impacto en la salud y el medioambiente está ampliamente probado.
Desde el Gobierno provincial se ocuparon en aclarar que la ley sancionada no impone una prohibición inmediata al uso de ningún producto, sino que marca el comienzo de un proceso de sustitución que llevará años. La ley establece un plazo de dos años, pero de resultar necesario ese período se ampliaría.
Este punto generó intranquilidad en representantes de distintos sectores relacionados a la producción agropecuaria que plantearon su desconocimiento respecto a la existencia de bioinsumos que pudieran usarse como reemplazo del glifosato.
Ocurre que en el mundo hay un desarrollo conocido y bien documentado de biofertilizantes y bioinsecticidas, pero no de bioherbicidas. De hecho Misiones está haciendo punta con un producto totalmente natural que cumple funciones de herbicida. Al respecto, el presidente del Instituto de Fomento Agrícola e Industrial (IFAI), Roque Gervasoni, dejó en claro que ese producto está siendo probado desde hace algunos meses en las chacras misioneras con resultados muy positivos.
El funcionario dejó en claro que el proceso de reemplazo de agroquímicos por bioinsumos será progresivo y el Estado acompañará a los productores para que puedan ir soltando progresivamente el uso de agrotóxicos en sus chacras para llevar a Misiones hacia un ideal de producción orgánica en Sudamérica, científicamente responsable, económicamente rentable y sustentable desde lo ambiental.
El asunto no es menor para Misiones, porque a diferencia de lo que acurre en la Pampa Húmeda donde los productores no viven en el mismo lugar en el que tienen sus plantaciones, en la Tierra Colorada la mayoría de los productores viven en sus chacras, a pocos metros de sus plantaciones, conviviendo con los químicos por una costumbre adquirida culturalmente que se mantuvo a pesar de las consecuencias en la salud y el ambiente.
Las condiciones para introducir un cambio progresivo están dadas. Misiones tiene la fábrica de bioinsumos con producción instalada y la voluntad es comenzar una cuenta regresiva controlada, guiada científicamente por el Estado, acompañando la transformación de las chacras, apuntando a que la Provincia se convierta en un jugador importante en materia de producción orgánica.
Certificación propia
El próximo paso será impulsar un ordenamiento territorial y ambiental para detectar y señalizar las zonas libres de productos de síntesis química a las que el Estado le va a dar una ayuda adicional para que el productor obtenga un diferencial que le permita especializar su producción: así habrá yerbales, alimentos, té, hortícolas, verduras, que serán certificadas por el Estado y entidades científicas para tener un precio diferenciado. Pueblo por pueblo irán abrazando la salida orgánica y encontrando mayor rentabilidad.
El atractivo no solo será la producción de alimentos y tabaco sin químicos sino también el turismo de elite, que ya está buscando en el mundo zonas libres de pesticidas para conocer y disfrutar. Entonces es también una ventaja adicional, que se complementa con nuestra historia de cuidado ambiental y nos pone a la vanguardia en la búsqueda de una meta soberana.
Desde el Gobierno provincial están convencidos que la producción orgánica representa una oportunidad no solo para salvaguardar la salud y el medioambiente, sino también la rentabilidad de los productores que podrán acceder a precios más altos. Los alimentos valen hasta tres veces más en Europa, Estados Unidos, los vinos orgánicos hasta cinco veces más y son un boom en el consumo.
“Es un gran paso pensando en las futuras generaciones que van a van a gozar de un enorme beneficio en salud y en producción, porque el productor y el Estado bajan su gasto de salud y se obtiene una rentabilidad multiplicada produciendo en una tierra libre de veneno. Este es el principal legado que le estamos dejando a las futuras generaciones”, dijo Carlos Rovira al respecto.
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