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De la cuadriplejia al kickboxing en un año: La historia de Ihara Yaborski, una joven misionera que logró rehabilitarse de una rara enfermedad

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«Yo siempre fui una chica normal y nunca presenté ninguna herencia genética para la enfermedad», comenzó Ihara, relatando su sorpresa ante la aparición repentina de su condición.

Ihara tenía una vida habitual, estudiaba y estaba con sus amigas. Sin embargo, un día comenzó a tener síntomas que la obligaron a dejar la facultad de medicina y prestar atención a su propia salud. “Un día llegué a la facultad y no pude subir las escaleras, yo cursaba en el segundo piso y no pude subir las escaleras, las piernas no me daban. No le di mucha importancia porque pensé que era la acumulación de estrés”, explicó la joven.

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Asimismo, los síntomas avanzaron llegando a afectar su cotidianeidad y avanzando progresivamente.  “En mes tenía un sarpullido me bajó de los párpados a toda la cara, los brazos y las piernas. Empecé a sangrar. Cada cosa que me tocaba me sacaba la piel, era más doloroso”, recordó la deportista.

Tras el avance de los síntomas, fue llevada de urgencia al Hospital Madariaga, donde la médica que la recibió, decidió internarla. Después de estudios realizados, fue diagnostica con dermatomicosis en estado puro, una rara enfermedad que afecta a pocas personas. “Yo soy el famoso uno en un millón. Ya hay 27 personas en el mundo que tienen esta patología en estado puro”, dijo Ihara.


El avanzado estado de la enfermedad, generó poca esperanza de recuperación en los profesionales y familiares. “Los doctores no daban esperanza de que yo pasaba la noche, porque yo ingresé sin capacidad de respirar apenas internamente hicieron un coma, estuve tres días cómo y me entubaron”, contó Yaborski.

En cuanto a su proceso de rehabilitación, Ihara destacó la importancia de contar con profesionales dedicados, que la ayudaron a sobrepasar el difícil momento. “A mí me atendió la kinesióloga, Fabiola Rafín todavía sigo con ella y fue una verdadera caricia al alma esa señora. Porque la rehabilitación es muy dolorosa y todo es muy tedioso”, recordó.

El Kickboxing como terapia de recuperación

A pesar de las limitaciones físicas, Ihara encontró en el kickboxing una opción para ejercitarse sin poner en riesgo su salud. Asimismo, este no fue el único deporte por el que probó, sin embargo, las otras opciones consultadas no la aceptaban por su condición.

“Le conté a mi profesora Alexis que le situación y ahí ella me dijo bueno: podemos armar el plan de entrenamiento que sea aeróbico y coordinación, para que puedas pegarles a los elementos a la bolsa, pero sin tener que hacer lucha con nadie y siempre están atentos por cualquier cosa”, recordó la joven.

A medida que Ihara se recupera, ella encontró una nueva pasión por la rehabilitación y tiene la intención de retomar sus estudios en kinesiología en el futuro. “Por un gusto personal decidí que cuando me den la oportunidad yo pueda volver a cursar la universidad. Voy a estudiar kinesiología”, dijo Ihara.

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