Por Dr. Mario Matias Sebely
Yo creo en otro tipo de balances y es que la retrospección de las acciones en un determinado período de tiempo, que en este caso lo podemos ajustar al 2022, tiene que estar aparejado no solo con lo que fácticamente sucedió sino sobre todo lo antagónico casi de ello, el balance nos tiene que mostrar esos momentos que imaginamos que no estaban en nuestra mente al iniciar el período, esos sueños que se vinieron a la mente y que a velocidades muchas veces disimiles van tomando forma y nos permite una nueva proyección, nos impulsan a nuevos desafíos y quizás nos haya pasado desapercibido, pero yo creo que una nueva forma de balances nos atraviesa.
Nuevo paradigma
El período post pandemia nos está dejando nuevas visiones de la realidad y dinamismo que nos impuso el salto tecnológico al que, por razones propias de acción o por necesidad, nos llevó a toda una sociedad a romper una brecha que si bien se veía venir, estar y crecer tenía en detrimento un gran sesgo de histrionismo de las generaciones previas a los nacidos en la era digital.
En muchos medios y en la agenda de los mismos, ha estado por mucho tiempo la tan mentada grieta que se ha mencionado hasta el cansancio y que en teoría divide a la sociedad de un lado u otro de ella.
Ahora bien, haciendo un paralelismo de esta grieta proyectemos que durante el 2022 nuestro balance se vio afectado en sus resultados por la brecha entre las nuevas generaciones con fuerte presencia en la digitalización de contenidos, la denominada industria del conocimiento, etc.
No es casualidad que viendo el proceder del Mundo varias regiones que basan su desarrollo en el conocimiento mudan estrategias, proyectan nuevos estándares, pero por sobre todo comienzan el casi fascinante mundo de construir sus nuevas identidades sociales, con sus valores y raíces, pero no como algo estanco o inamovible en cuanto al discernimiento o juicio tanto individual como colectivo, sino todo lo contrario: la única contante es el dinamismo.
Simbiosis
Cuando me pongo a analizar el balance del último año veo como esa brecha generacional entre los jóvenes a los que se les indilga falta de experiencia se contrapone a la innegable realidad de que son quienes tiene en sus manos y en su “ADN” la esencia este nuevo prototipo de adaptaciones al cambio y a estar siempre preparados hacia cosas que hoy no sabemos que van a inventar o aparecer.
En nuestra provincia de Misiones puedo ver en muchas localidades que esa identidad que poseen nuestros emprendedores nos está llevando hacia nuevos horizontes e inclusive van marcando a fuego el entender que si bien la experiencia y aplome de las generaciones mayores son fundamentales para transitar sobre carriles de orden, la potencialidad del conocimiento digital es imperativo a la hora tanto de medir resultados como proyectar objetivos.
Resultado positivo
Entonces, entiendo que el 2022 ha sido el primer año después de la pandemia que nos obligó a convivir en un nuevo orden de cosas, donde la necesaria e inexorable versatilidad de las conductas sociales fue marcando el calendario.
Enmarcados en nuevos deportes, en nuevas propuestas educativas, en novedosos e ingeniosos inventos los protagonistas principales de esta nueva economía del conocimiento nos mostraron que quieren ser protagonistas en la construcción de su sociedad y los mayores tenemos que estar atentos a no pretender catalogar nuevas conductas sociales con viejos parámetros de medición, ahí estará la clave de nuestro éxito y creo que por estas tierras estamos a la vanguardia en ello.
La grieta ya es casi un slogan de campañas pasajeras y del tiempo, la brecha entre el amalgamiento de generaciones en pos de un objetivo común es lo que ha despertado a mi entender, que podemos dejar traslucir un balance sumamente positivo con nuevos proyectos, pero siempre atentos al dinamismo del mismo.
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