En el quinto piso del Palacio de Hacienda el dato se festejó más que los goles de Julián Álvarez contra Croacia. El índice de inflación volvía a empezar con un 4, algo que no pasaba desde el lejano febrero, cuando el país y el mundo eran muy distintos.
Después de cumplir con su primer objetivo, ordenar el desmadre que provocó en el sector financiero la bochornosa salida del exministro Martín Guzmán y recomponer la confianza del establishment argentino y de Estados Unidos, Sergio Massa ahora puede mostrar los primeros resultados positivos en otro punto central en la hoja de ruta para la normalización de la economía: bajar la inflación.
El 4,9% de noviembre significó una baja de 1,4 puntos porcentuales respecto al dato del mes previo y vuelve creíble la proyección de 60% de inflación plasmada en el Presupuesto 2023, dato para nada menor porque si Massa consigue moderar las expectativas tendrá la mitad del trabajo hecho.
Desde el ministerio de Economía inflan el pecho e interpretan el IPC de noviembre como un resultado directo de la combinación de una política fiscal más ortodoxa con medidas puntuales de la biblioteca kirchnerista como los controles de precios.
Entienden que las mismas medidas que antes no habían demostrado resultados alentadores ahora sí consiguen efectividad porque se aplican en otro contexto. Argumentan que programas que buscaban controlar los precios mediante una política de premios y castigos para los empresarios “formadores de precios” fracasaban porque se instrumentaban en contextos de expansión monetaria y del gasto público, pero ahora se aplican en el marco de un ajuste ortodoxo con incremento de las tasas de interés.
Analistas de distintos palos ideológicos son menos optimistas y algunos hasta cuestionan la veracidad del dato arrojado por el INDEC.
Quienes dudan de la baja de la inflación reportada por el instituto de estadística advierten que el dato podría tener un sesgo porque muchos de los precios se relevan en comercios en los que se respetan los términos del programa Precios Justos pero no refleja la variación que tuvieron los precios en supermercados pequeños, almacenes y despensas –especialmente fuera de la CABA- en los que los precios son cualquier cosa menos justos.
Pero la discusión de fondo no pasa tanto por la veracidad del dato de noviembre como por la posibilidad de que el 4% se convierta en un parámetro sostenible de inflación mensual para lo poco que queda del año en curso y la primera mitad del próximo.
Para lograrlo, el equipo que encabeza Massa enfrenta varios desafíos. El primero tiene que ver con la estacionalidad que históricamente reserva picos de inflación para diciembre y enero. Aguinaldo, bonos de fin de año, fiestas, vacaciones, todos elementos que elevan la velocidad de circulación del dinero e impactan en los precios.
Una de las principales dudas que plantean analistas y empresarios pasa por el frente fiscal. Con la impronta ortodoxa del tigrense, Economía viene aplicando un ajuste (más que nada de caja, pero ajuste al fin) que será muy difícil de sostener políticamente en un año electoral, más teniendo en cuenta que las chances electorales del oficialismo lucen bastante acotadas.
Los vencimientos de deuda en pesos y distintas formas de emisión indirecta como el dólar soja aportan otro interrogante. Para cumplir con los objetivos monetarios planteados en el acuerdo con el FMI, habrá que colocar deuda por encima de los enormes vencimientos previstos para el año próximo.
“El Gobierno ha encontrado dificultades para hacerlo, que se ponen de manifiesto cada vez que el BCRA compra títulos con emisión. En ese contexto, la emisión total para el fisco (incluyendo la compra de títulos) es superior a lo admitido en el programa y fuerza a una colocación adicional de Leliqs para absorber el excedente de pesos, aumentando el déficit cuasifiscal futuro. Esto no ayuda a generar expectativas de menor inflación, sino todo lo contrario”, analiza Daniel Artana, economista de FIEL en la edición de diciembre de los indicadores de coyuntura de dicha consultora.
La falta de dólares y la presión devaluatoria que ella produce es otro de los escollos que deberá superar Massa para evitar que la economía vuelva a colapsar antes del final del mandato de Alberto.
Mecanismos transitorios como el dólar soja en sus dos versiones podrán ser efectivos para salir del paso en el cortísimo plazo pero no aportan nada parecido a una solución real y definitiva.
La salud de las reservas está asegurada solo hasta fin de año, gracias a las liquidaciones de la última devaluación sectorizada que el Gobierno nacional les regaló a los sojeros y les negó a todos los demás, pero la sequía amenaza con tener un efecto negativo muy marcado en las exportaciones de enero a marzo.
Si el campo no produce, no exporta y si el campo no exporta el Gobierno tendrá muchos menos dólares para vender a precio oficial a los importadores, que entonces deberán recurrir con mayor asiduidad a los mucho más caros dólares bursátiles, lo que se trasladará a los precios en el mercado interno.
Para alimentar las alicaídas reservas en tiempos de vacas flacas de exportaciones, Massa contaba con un nuevo blanqueo potenciado por el acuerdo de intercambio de información financiera recientemente firmado con Estados Unidos, pero el contexto político conspira contra esa posibilidad.
La última y vergonzante sesión de la Cámara de Diputados de la Nación (que terminó con Cristian Ritondo dedicando gestos obscenos a la presidente del cuerpo, Cecilia Moreau) hace difícil imaginar que allí se aprueben proyectos importantes como el que necesita Economía para instrumentar un nuevo blanqueo de capitales.
Pero a no desanimar porque también aparecen elementos positivos que no son difundidos con muchas ganas por los principales medios de alcance nacional.
La inversión llegó al 22% del PBI en el tercer trimestre, dos puntos porcentuales por encima en la comparación interanual y apenas dos décimas por debajo del mejor momento del gobierno de Mauricio Macri, en 2017. Por ejemplo, Volkswagen anunció hace pocos días un desembolso de 50 millones de dólares para empezar a fabricar camiones y colectivos desde 2024.
Vaca Muerta sigue generando expectativas. “Argentina puede convertirse en un exportador de petróleo en serio”, aseguró nada menos que el jefe de Techint, Paolo Rocca, esta semana en el cierre del seminario anual ProPymes.
Además para el próximo invierno debería estar terminado el gasoducto Néstor Kirchner y con él se cerraría la sangría de dólares para la importación de energía, algo que fue un verdadero dolor de cabeza para el Gobierno nacional este año.
Ruido político
La frágil estabilidad que logró construir Sergio Massa en su gestión al frente del Palacio de Hacienda se ve constantemente amenazada por un contexto político nacional caótico.
Los dos principales frentes no consiguen ponerse de acuerdo ni siquiera para cuestiones sencillas como renovar autoridades de cámaras legislativas o proponer candidatos para integrar el Consejo de la Magistratura.
La crispación constante, el enfrentamiento continuo, la pelea sin argumentos, el debate vacío, la improvisación como marca de gestión y la destrucción del rival como único objetivo de una oposición sin ideas ni propuestas, son moneda corriente de la práctica política a ambos lados de la grieta.
De hecho cada vez se habla menos de la grieta porque esa figura que muy atinada para describir a una sociedad partida en dos bandos no explica al contexto político actual, marcado por los enfrentamientos internos que fragmentaron esos dos grandes espacios.
Desde hace bastante tiempo que el Frente de Todos dejó de lado cualquier pretensión de unidad y exhibe su fractura públicamente sin mayores reparos.
Lo volvió a hacer en los últimos días, cuando el presidente Alberto Fernández montó un acto para celebrar sus primeros tres años de mandato.
El devaluado primer mandatario intentó demostrar que todavía tiene poder, pero solo dejó evidencia de su soledad. El kichnerismo no fue, tampoco participaron Sergio Massa ni Malena Galmarini, al Presidente que prometía gobernar junto a los mandatarios provinciales lo terminó acompañando un solo gobernador, el tucumano Osvaldo Jaldo.
Los movimientos sociales, que en algún momento habían cerrado filas con Alberto a quien veían como un aliado natural en la puja por evitar intromisiones de La Cámpora, ahora le dan vuelta la cara.
La Unidad Piquetera anunció un nutrido cronograma de cortes en reclamo por recortes en el programa Potenciar Trabajo y el dirigente Juan Grabois no se anduvo con vueltas a la hora de cuestionar el bono de 13.500 pesos para beneficiarios de planes sociales: “es un escupitajo en la cara de los pobras”, dijo para luego caracterizar a la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, como una millonaria “que gana 700 mil pesos y mira la realidad desde su mansión en el country”.
Desconociendo su nulo poder de aglutinar a las distintas fuentes que desembocan en el amplio Frente de Todos, Alberto se sigue proponiendo como el “candidato natural” de ese espacio y juró encabezar una suerte de patriada para que “el próximo presidente sea uno de los nuestros”.
El renunciamiento de Cristina a una eventual candidatura presidencial no hizo más que alimentar las internas en ambos espacios. Con la Vice fuera de carrera, en el FdT son muchos los dirigentes que se juzgan con chances, algo parecido pasa en Juntos por el Cambio (JxC) cuyos voceros más aguerridos quedaron descolocados con la decisión de CFK.
“La corrés a Cristina de la escena y no saben de qué hablar porque el único argumento que tienen es el odio contra ella. Les sacás eso y no tienen nada”, aseguraba un alto dirigente del kirchnerismo misionero que no podía ocultar su tristeza por el paso al costado que dio la Vice a una eventual candidatura.
En declaraciones a La Nación, el director de la consultora Isonomía, Pablo Knopoff, consideró que el “renunciamiento” de CFK opera dentro de la interna cambiemita en perjuicio del PRO cuya razón de ser fue siempre organizar y capitalizar el rechazo social al kirchnerismo.
La posibilidad de un segunda mandato de Mauricio Macri pierde fuerza por ese mismo motivo y sin su liderazgo, el PRO difícilmente consiga cerrar filas detrás de cualquiera de sus otras figuras.
El principal problema que enfrenta Juntos por el Cambio de cara a 2023 es que sin la posibilidad de capitalizar el rechazo que provoca Cristina en un muy amplio sector de la sociedad, cobra mayor peso el antecedente negativo del desastroso gobierno de Macri.
La fuerza que se propone como alternativa al improvisado y procrastinador serial que hoy gobierna el país ya tuvo su posibilidad de ocupar el sillón de Rivadavia y no le fue nada bien.
No resolvió ninguno de los problemas que heredó de la gestión de Cristina, de hecho profundizó la mayoría de ellos: duplicó la inflación, incrementó la pobreza, hizo que el dólar aumentara de menos de 10 pesos a más de 60. Pero además sumó problemas que no había, como el endeudamiento externo que solo sirvió para que un puñado de empresarios amigos fugaran millones de dólares.
Quienes hoy afirman tener la receta para sacar al país de la crisis provocaron cierre de industrias y pérdida de empleo cuando les tocó gobernar y lo hicieron sin pandemia ni guerra en Ucrania.
Máxima expectativa
En Misiones se produjeron dos noticias de suma relevancia en el ámbito político: se confirmó que Sergio Massa visitará la provincia antes de fin de año y que anunciaría la instrumentación del área aduanera especial que el Gobierno de Misiones gestiona desde hace años y el Frente Renovador definió su fórmula y le puso fecha a las elecciones provinciales.
La visita de Massa se terminó de definir durante la reunión que el tigrense mantuvo el lunes con el gobernador misionero, Oscar Herrera Ahuad, en la que se avanzó en algunos de los compromisos que asumió Nación con Misiones durante el tratamiento del proyecto de Presupuesto 2023.
El objetivo principal del Gobierno de Misiones es lograr la tan ansiada área aduanera especial que potenciará a la industria, especialmente los rubros exportadores como la forestal, la tealera y las del conocimiento, y además pondrá al comercio local en un pie de igualdad frente a sus competidores de países vecinos.
Pero además se avanzó en el reconocimiento de las regalías que le corresponden a Misiones por la energía que generan las represas de Yacyretá y Salto Grande y la posibilidad de que esas acreencias que mantiene la provincia sean usadas para compensar deudas con la distribuidora de energía Cammesa.
En esa oportunidad también se acordó la prórroga, a partir de enero próximo y para todo el año 2023, de los programas Ahora Misiones +21% y Ahora Canasta.
La renovación tiene fórmula
En un encuentro partidario desarrollado el jueves, el Frente Renovador de la Concordia definió la fórmula que propondrá al electorado misionero en las elecciones del año próximo: Hugo Passalacqua será candidato a gobernador y Lucas Romero Spinelli a vice. Se anunció también que el actual vice, Carlos Arce, encabezará la nómina de aspirantes al Senado y que el intendente posadeño, Leonardo Stelatto irá por la reelección.
En tanto que el Gobierno provincial confirmó lo que a esta altura era un secreto a voces, las elecciones provinciales se desdoblarán de las nacionales (lo que va viene siendo tradición) y se realizarán el 7 de mayo.
Desde el oficialismo indicaron que a la hora de definir la fórmula buscaron combinar la experiencia de Passalacqua, que cuenta con el respaldo de una gestión de gobierno de la que salió con niveles muy altos de aceptación por parte de la sociedad, y la juventud encarnada por el diputado provincial Romero Spinelli, una de las figuras más determinantes detrás del ambicioso proyecto que lleva adelante la Provincia con el objetivo de convertir a Misiones en un polo regional en materia de economías del conocimiento.
“Hugo es la moderación y la templanza, Lucas es el futuro que se hizo presente. Son la sinergia perfecta de un modelo político que combina madurez con energía, entusiasmo y creatividad. Representan la certeza de continuar por un camino que viene mostrando resultados mucho mejores en materia de gestión y de política que el resto de las provincias y la esfera nacional”, señalaron desde la fuerza que conduce Carlos Rovira.
La postulación de Passalacqua no resulta sorpresa para nadie desde que el propio Carlos Rovira deslizara esa posibilidad hace algunos años, cuando declaró que el misionero se había quedado con ganas de un nuevo mandato de quien por entonces había dejado La Rosadita hacía solo unos meses.
Lo de Spinelli como compañero de fórmula fue algo que comenzó a barajarse hace bastante menos tiempo y su confirmación como candidato habla de un crecimiento notorio de su peso específico dentro del entramado renovador.
“No deja de sorprendernos por la capacidad y el liderazgo que mostró siendo tan joven. Hoy tiene vuelo y votos propios. Lo suyo está sustentado en un trabajo intenso en el que impulsó los temas que interesan a la juventud desde el Silicon, la robótica, el diseño, la programación, juegos, economía del conocimiento y la educación disruptiva”, resumía uno de los más renombrados armadores políticos del oficialismo provincial.
Carlos Rovira fue muy claro en el encuentro del jueves, en la Legislatura, cuando destacó la previsibilidad que ofrece el misionerismo a los ciudadanos. “Esa seguridad de que las cosas se hacen bien, de que el camino elegido es el adecuado y que la opción renovadora es abismalmente mejor que cualquiera de las opciones engañosas que proponen los grandes frentes nacionales que son Juntos por el Cambio y el Frente de Todos”.
Se observa que todos los indicadores económicos, sociales, de salud, educativos, ponen a Misiones con resultados sustancialmente mejores a la Nación. “Somos mejores administradores, hemos pagado la deuda heredada aún con el castigo de que los gobiernos anteriores y sobre todo los opositores regalaron un punto y medio de la coparticipación”, dijo Rovira.
Las diferencias son palpables, claras y nítidas. Misiones se destaca en crecimiento, en orden, previsibilidad, compromiso y trabajo con las necesidades de la gente y; sobre todas las cosas, paz y concordia para resolver las diferencias entre los que piensan diferente.
Misiones está en ese camino y lo dijo Rovira: “sustentada en el presente, en el desafío de incorporar tecnología a los diferentes ámbitos de la vida, de ahí el efecto de irradiación nos va a permitir mantener estos índices y superarlos, en desarrollo humano, desarrollo económico, desarrollo educativo, en todo lo demás”.
A la hora de bajar línea a la propia tropa, el conductor de la renovación exigió trabajo, esfuerzo, dedicación y, sobre todas las cosas, humildad para estar cerca de la gente, escucharla, comprenderla y buscar soluciones a sus pedidos, como servidores públicos. “Cero confrontación, diálogo y mucho trabajo”, resumió.
El oficialismo provincial encuentra en los resultados de su gestión de gobierno y en una organización interna armónica y abierta a la participación de los más diversos sectores, los argumentos principales para plantarse frente a los misioneros como una opción de gobierno con la cual es muy difícil de competir.
Lo notan los opositores que vienen renunciando a sus partidos para sumarse al oficialismo, especialmente los jóvenes que no encuentran en los demás partidos espacios en los que puedan hacer una práctica activa de la política.
Ello permitirá a la renovación desplegar más de 600 sublemas en toda la provincia como catalizadores del deseo de sumarse y participar, encabezado por jóvenes y mujeres, independientes, profesionales, deportistas y referentes nuevos que, en su mayoría, actuarán por primera vez en política.
Desde la renovación buscan diferenciarse del resto de la oferta partidaria como un espacio que permite a los nuevos cuadros crecer, aportar desde la militancia e incluso llegar hasta los más altos cargos.
No hay estancamiento como ocurre en los otros partidos políticos donde son siempre los mismos apellidos los que se reparten los principales puestos y el resto queda mirando “con la ñata contra el vidrio”.
Misiones es la primera provincia del país en honrar el aguinaldo, por ejemplo. Es la única que paga el sueldo en tiempo y forma y cumple a rajatabla el cronograma de clases cada año.
El funcionamiento institucional es otra de las marcas de Misiones. El poder legislativo tuvo récord de leyes en 2022, con tratamiento plural, abierto, democrático con participación de opositores. El Poder Judicial funciona a pleno: no hay ninguna mora en la designación de magistrados y se encuentra en funcionamiento pleno el Consejo de la Magistratura.
La oposición se encuentra imposibilitada de empardar esos atributos. No ofrecen certidumbre, no tienen candidato y mucho menos un proyecto de gobierno.
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