Sus testimonios sugieren que hubo múltiples plagios durante varios días en el norteño estado mexicano Durango, con grupos de personas que fueron mantenidas cautivas en al menos dos sitios y retenidas contra su voluntad mientras se les exigían miles de pesos para ser liberados.
Los secuestros son un crudo recordatorio de los peligros que enfrentan los migrantes mientras viajan por México, atravesando áreas plagadas de violencia del crimen organizado y un débil estado de derecho.
La mayoría de las víctimas eran nicaragüenses que han abandonado su país en cantidades cada vez mayores, buscando solicitar asilo y mejores oportunidades de vida en Estados Unidos, convencidos de que es poco probable que sean deportados debido a las frías relaciones entre su gobierno y Washington.
Los incidentes parecen ser uno de los secuestros masivos más grandes conocidos en México en los últimos años, aseveró Stephanie Leutert, experta en inmigración por la Universidad de Texas, en Austin.
Cuatro migrantes relataron que personas con uniformes de policía detuvieron los autobuses donde viajaban e intentaron extorsionarlos con cantidades de 200 a 5,000 pesos mexicanos, el equivalente a 10 y 255 dólares, respectivamente. Después, hombres armados se llevaron las unidades a zonas cercanas donde los retuvieron contra su voluntad.
La Secretaría de Seguridad de Durango dijo que cada municipio es responsable del actuar de sus agentes y que no tenía conocimiento de que alguno de ellos estuviera involucrado en los hechos. La fiscalía, por su parte, comentó que no había una investigación abierta sobre el caso.
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El Instituto Nacional de Migración (INM) informó que junto con el Ejército y la Guardia Nacional había liberado a 253 personas de una propiedad en Ciudad Lerdo, Durango, el 5 de diciembre. La Guardia Nacional confirmó los detalles en un comunicado por separado.
En otro incidente, seis migrantes con los que habló Reuters narraron cómo estuvieron cautivos durante varios días. Dos de ellos dijeron que fueron rescatados junto con cientos de migrantes por autoridades mexicanas el 7 de diciembre y que, luego de ello, iniciaron una caravana a pie hacia el norte.
Fernando Reverte, presidente municipal de Mapimí, una región por la que pasaron los migrantes tras su liberación, afirmó que el grupo de secuestrados sumaba unos 1,500. Versiones de migrantes y cifras del INM sugieren que serían por lo menos 1,000.
Reuters no pudo verificar el número de personas que fueron secuestradas.
Mario Rizo, uno de los secuestrados, comentó que el autobús donde viajaba pudo haber sido detenido en una zona aledaña a Gómez Palacio y Lerdo por personas a bordo de una patrulla de la policía municipal. Otros dos migrantes contaron versiones similares.
El jefe de Seguridad Pública en Gómez Palacio, Iván Torres, confirmó que al menos 300 personas habían sido rescatadas el 7 de diciembre de un predio rural en el área y descartó que oficiales a su cargo estuvieran involucrados en el rapto.
Organismos de derechos humanos como la ONU han alertado de los grandes riesgos que corren los migrantes que son secuestrados en México.
De acuerdo con testimonios de migrantes, los secuestradores racionaron la escasa comida y agua, dando prioridad a las mujeres y los niños. Relataron que pasaron noches frías durmiendo en el suelo sin cobijas en lo que parecía ser un salón para eventos.
«Ese tipo de gente si no pagas el dinero te matan», mencionó Rizo, quien ahora se encuentra en El Paso, Texas. Cada año, decenas de miles de migrantes arriesgan su vida para llegar a Estados Unidos de forma indocumentada, muchos de los cuales buscan asilo.
El 7 de diciembre, según Rizo, los secuestradores huyeron cuando aparecieron las autoridades. Los migrantes derribaron la puerta principal del edificio y afuera encontraron a miembros de la Guardia Nacional, el Ejército y del INM.
El Ejército y el INM no respondieron a solicitudes de comentarios de Reuters sobre el rescate. La Guardia Nacional dijo que sí participo.
Byron Montiel, un migrante nicaragüense que ahora también está en El Paso, mostró a Reuters un recibo de una transferencia de dinero que, aseguró, un pariente envió a los captores, también mensajes de texto de un supuesto secuestrador a otro de sus familiares exigiendo una remuneración.
Para el domingo, el grupo de migrantes había viajado a la frontera norte de México, donde formaron una larga fila junto al muro fronterizo, en uno de los intentos de cruce grupal más grandes en los últimos años.
Según Leutert, el incidente fue un ejemplo de lo que atraviesan los migrantes en el largo viaje para llegar a Estados Unidos.
«Este secuestro y otros muestran los riesgos que enfrentan los migrantes en México y todos los diferentes grupos que intentan sacar dinero de ellos», afirmó.
Secuestró un colectivo lleno de pasajeros y manejó a su casa para mirar el partido de Argentinahttps://t.co/eNqysv9MpR
— misionesonline.net (@misionesonline) December 14, 2022
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