El brote se declaró a partir de la detección del patógeno en dos pacientes de una clínica privada en la Ciudad de Buenos Aires, según informó la Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación en su boletín semanal. Se considera que es un “brote” porque nunca antes se habían diagnosticado casos de personas con la infección por el súper hongo en el país.
La identificación de la especie de hongo que afecta a los pacientes fue realizada y confirmada por el Instituto ANLIS/Malbrán. Aún se esperan los resultados de técnicas de biología molecular que permitirán saber qué genotipo del hongo afectó exactamente a los pacientes. También según informaron el ANLIS/Malbrán se está realizando test de sensibilidad a los fármacos antifúngicos para conocer el perfil de sensibilidad de las cepas aisladas.
Uno de los pacientes afectados fue internado en la unidad de cuidados intensivos de la clínica porteña (que no fue identificada) el 2 de octubre pasado. Había llegado derivado desde otra clínica desde el exterior y traslado en un vuelo sanitario. Le hicieron un examen de laboratorio para analizar si había bacterias u otros microbios en una muestra de orina el 18 de octubre pasado. En ese momento se identificó que era un hongo que pertenecía al género Candida. El viernes pasado se identificó que era la especie Candida auris por una técnica más precisa, que se llama MALDI-TOF en un laboratorio privado y luego fue confirmado en ANLIS/Malbrán.
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Mientras tanto, el segundo caso corresponde a un paciente que tuvo una fístula de drenaje posterior a una intervención quirúrgica. Fue tratado de manera ambulatoria en la misma clínica que el otro paciente que tiene la infección por el hongo. El 13 de octubre pasado le hicieron un cultivo del líquido que se había acumulado en el espacio del abdomen alrededor de los órganos internos. El viernes pasado se identificó que esa persona también tenía la infección por Candida auris.
“Ambos pacientes no compartieron el mismo ámbito en el mismo momento durante su estadía en la clínica”, informaron los expertos de epidemiología de la cartera nacional. Es decir, los 2 pacientes con el súper hongo no estuvieron juntos en el mismo lugar y en el mismo momento. Pero que habrían adquirido la infección en el mismo lugar. “La investigación epidemiológica continúa en proceso”, aclararon.
El doctor Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires dio más detalles sobre el brote: “Uno de los pacientes permanece internado. Había llegado aquí derivado con un avión sanitario desde Miami, Estados Unidos. El otro paciente siempre fue ambulatorio. Tienen 72 y 75 años. Se confirmó que tienen la infección por Candida auris por la técnica Maldi-TOF tanto en un laboratorio privado como en el Instituto ANLIS/Malbrán. Se están realizando más estudios como la secuenciación genomica”.
A raíz del brote por el hongo, el Ministerio de Salud de la Nación advirtió a los centros de salud y hospitales que deben estar atentos a las características con que se puede presentar la infección en los pacientes. Señaló que la infección se puede dar en personas sin síntomas. En septiembre pasado, también se produjo otro brote por un patógeno en una institución médica privada. Ocurrió en Tucumán y fue causado por la bacteria Legionella.
¿Qué se debe hacer en el país a partir de la detección del brote por Candida auris? Desde la Asociación Argentina de Microbiología, Gustavo Giusiano, explicó que cada clínica y cada hospital con pacientes internados “debe estar en alerta y tener diagramado un sistema de identificación correcta. Además, se debe enfatizar en la limpieza y el control de infecciones hospitalarias”.
El experto, que es investigador del Conicet y jefe del departamento de Micología del Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste, puntualizó: “Ante una sospecha o identificación de una de los hongos levaduras Candidas que los sistemas de identificación comunes no logran hacer, se debe derivar para realizar un estudio con el método molecular o MALDI-TOF”.
La semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) había publicado la lista con 19 hongos que son hoy una amenaza para la salud humana. El súper hongo Candida auris está en la categoría “prioridad máxima”. Hanan Balkhy, del Departamento de Resistencia a los Antimicrobianos de la agencia sanitaria dijo al difundir la lista: “Surgidas de las sombras de la pandemia de resistencia bacteriana a los antimicrobianos, las infecciones fúngicas van en aumento y son más resistentes que nunca a los tratamientos, lo que las convierte en un problema mundial de salud pública”.
El hongo Candida auris fue aislado y descrito por primera vez en 2009. Estaba en el canal auditivo de una mujer de 70 años que estaba internada en un hospital de Japón. Desde entonces ha sido detectado como agente de infecciones en humanos en al menos 47 países. En 2012 se notificó el primer brote hospitalaria en la Región de las Américas. Ya hubo casos de pacientes con Candida auris en Brasil, Chile, Colombia, Perú, Venezuela y Costa Rica.
“Los brotes por Candida auris generalmente están relacionados con un problema de control de infecciones dentro de las instituciones hospitalarias y por el uso de los fármacos antimicrobianos”, explicó el doctor Pablo Scapellato, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), profesor titular de medicina de la Universidad Fundación Favaloro y jefe de la unidad de infectología del Hospital Santojanni, quien no estuvo participando en la investigación del brote en la clínica privada.
El hongo se transmite por contacto con ambientes contaminados o con pacientes afectados. Las personas que tienen más riesgo de adquirir la infección son las que tienen diabetes mellitus, las que están internadas, que han pasado por una cirugía, o que pacientes inmunocomprometidos. Para que el hongo no se siga propagando, “es muy necesario trabajar principalmente sobre las medidas de control de infecciones, como la higiene de manos, las medidas de barrera, y el aislamiento de los pacientes que hayan sido diagnosticados con una infección por Candida auris”, enfatizó Scapellato.
La propagación del hongo se debe a su facilidad para persistir y causar brotes en el ámbito hospitalario y a la escasa eficacia de los fármacos antifúngicos para controlar la infección. Recientemente, se publicó un estudio que describió por qué el hongo se había expandido tanto por el mundo. “En particular, Candida auris es capaz de persistir en superficies bióticas o abióticas durante varias semanas (o incluso meses) e incluso es capaz de soportar largos periodos de desecación. Además, la tolerancia térmica (puede crecer bien a 42°C) y la tolerancia a varios desinfectantes comunes añaden una capa más de dificultad, especialmente en entornos hospitalarios”, explicaron los investigadores liderados por Didac Carmona Gutiérrez, del Instituto de Biociencias Moleculares de la Universidad de Graz, en Austria, en la revista Microbial Cell.
Los síntomas varían de acuerdo al sitio de infección y el estado inmunológico del paciente. La mortalidad reportada a partir de brotes en otros países varía entre 30-72 %. Hasta el momento no se sabe si los dos pacientes afectados en la Argentina podrían ser beneficiados con los fármacos disponibles. “Depende de la cepa de Candida auris que afecte al paciente. Algunas son resistentes a un solo antifúngico. Otras cepas son resistentes a más de uno, es decir, son multiresistentes. Otras son resistentes a todos los fármacos disponibles y se la llama panes resistentes. Todavía no sabemos cuál cepa causó el brote en la Argentina. La están estudiando en el ANLIS/Malbrán”, comentó el doctor Giusiano.
Fuente: Infobae
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