Misiones quedó muy bien representada en la ultima edición de los Juegos Odesur 2022 desarrollados en Paraguay. Entre los seis representantes de la tierra colorada, que integraron la delegación argentina, se destacó uno por sobre todos: Ricardo Báez.
El misionero se tomó revancha de los últimos Juegos y se quedó con la medalla de oro en la categoría de Lucha. En este sentido, Báez visitó los estudios de Misiones Online donde sostuvo un íntimo mano a mano donde destacó que es una medalla de que significa mucho para él, “porque fueron muchos años de trabajo”.
“Uno viene soñando desde muy chico, y durante mucho tiempo, el poder estar en lo más alto del podio y muchas veces me tocó volver a mi provincia con poco resultado y no con el primer puesto, sino con el segundo o con el tercero. En ese momento no quedaba otra opción que seguir entrenando, seguir enfocado o buscando mejorar el resultado hasta que se puede llegar a concretar el objetivo y eso cuesta mucho”, expresó el luchador.
Báez comentó que, particularmente, se preparó para estos Juegos Odesur desde que terminó el ciclo olímpico de Tokio.
En ese momento, arrancó un ciclo nuevo que fue parte de la pandemia, de la cuarentena que tuvimos, así que estuve en entrenando en mi casa durante todo ese año.
Además, señaló que, el año pasado, tuvo una preparación en Cuba, previo a los Juegos, donde estuvo un mes entrenando para finalizar la última etapa de preparación en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CeNARD).
Una revancha soñada
“Para estos juegos esperaba tener una revancha, por así decirlo, tener una mejor reputación”, aseguró Báez, quien había finalizado segundo en la edición pasada.
“Me sentía tranquilo porque sabía que el juego anterior había salido segundo, ya iba con más confianza a competir y trataba de buscar la manera de estar tranquilo y no ponerme nervioso, porque hay veces que uno de la competencia se pone a pensar mucho qué es lo que va a pasar en el combate y a veces en el combate termina pasando todo lo contrario”, explicó.
Así mismo, el luchador misionero señaló que “trataba de estar lo más relajado o más tranquilo posible y pensar en cada combate, porque la medalla la buscamos, pero también tengo que estar enfocado en cada combate”.
El amor que doy y el amor que recibo
Como todo atleta, Báez contó cómo debe luchar constantemente fuera de su disciplina. El luchador, planteó el escenario en el que batalla a diario, donde enfrenta el amor por lo que hace, con el amor de sus seres queridos.
“Uno se pone a pensar durante la preparación, cuando uno está entrenando, y muchas cosas de lado. A mí me toca viajar mucho afuera, y se torna muy difícil estar lejos por mucho tiempo de la familia, de los afectos, los amigos y es un sacrificio enorme”, reveló.
“En ese momento de la preparación, pensamos en esas cosas: mirá lo que estoy dejando por esto. Realmente esto es lo que yo amo y si lo amo, lo tengo que afrontar”, expresó.
En esta línea, Báez contó que todos esos pensamientos se le pasaron por la cabeza al momento de la final, cuando estaba perdiendo
“Es como un flash, es rápido porque es un segundo, porque estás luchando y en un momento se te pasó todo y ahí es donde uno junta fuerza y va para adelante y trata de sacar todo lo mejor, porque detrás de eso, uno sufrió también para poder estar ahí”, se sinceró.
“Yo vengo de una familia deportista. Mi mamá y mi papá son entrenadores de lucha y mis hermanos fueron luchadores como ellos, así que siempre me acompañan y saben el mismo sentimiento que tengo. Lo que sí es difícil estar lejos de la familia mucho tiempo”, comentó Baez.
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Sudor, lágrimas y oro
En cuanto a la gran final, Báez reconoce que la pelea se le complicó porque entró “un poco frío”.
“Tengo varias lesiones, que vengo arrastrando hace mucho tiempo, y me afectó mucho ese día, porque justo para la final me dolía mucho. Entré como un poco frío, dormido y al final de la primera parte me iba ganando por 10 a 1”, contó el misionero.
“Cuando vamos a la esquina, mi entrenador me llama la atención y me dice ‘está cansado, ahora le tenés que caer encima’. En ese momento yo veía toda la tribuna y estaba toda la toda la delegación argentina alentándome, de Paraguay y de Brasil. Ese fue el motor que me encendió y durante el segundo período estuve todo el tiempo ahí luchando, hasta que el rival contrario se cansó. Aproveché el cansancio y traté de darle vuelta el combate”, relató.
“Yo había soñado un montón de veces ese momento y siempre me visualizaba corriendo con la bandera argentina cuando salía campeón. Por suerte se dio y eso fue muy lindo”.
En cuanto a lo que se le viene al atleta misionero, comentó que su enfoque ahora será Santiago 2023: los próximos Juegos Panamericanos.
A principios de año, tendré una gira de preparación, no sé si en Europa o acá en América, y tengo el Campeonato Panamericano en abril, en Buenos Aires, que es clasificatorio para los Juegos Panamericanos, así que ese es mi propio objetivo: la clasificación y buscar el estar en el podio Panamericano”, finalizó
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— misionesonline.net (@misionesonline) October 18, 2022
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