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Día de la madre | ¡Y se va el tercero! Era como un sueño para la familia tener mellizos, pero llegaron 3

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Hace más de 6 años, Antonela Boni se enteraba que iba a ser mamá por segunda vez, “estábamos buscando el embarazo, cuando llegó el momento de la segunda ecografía, nos dicen que eran 2”. Con esta noticia todos, en ambas familias, estaban felices por lo que las abuelas querían saber el sexo de los bebés y acompañaron a la pareja. Allí se enteraron que serían 3.

Al recibir esta noticia, para toda la familia, “empezó la revolución. En un principio me asustó mucho”. Al ser un embarazo múltiple, los riesgos eran muchos, por lo que Antonela debió pasar los 7 meses en cama, y “todo el tiempo pedir cadena de oración. Fue muy difícil, por suerte estuve muy cuidada”, y hoy puede celebrar el Día de la Madre junto a sus 4 hijos.

Cata tiene 13 años, y es la hermana mayor, es quien pedía un hermanito, cuando se enteró del embarazo se puso muy feliz, “pero cuando le dijimos que eran tres, no podía creer”.

Tras el nacimiento de los trillizos, las cosas en la familia se complicaron un poco, porque al ser prematuros debieron quedar internados en incubadora más de 2 meses, “y Francesco, estuvo un poquito más complicado en lo que es la salud, porque al ser el último en gestarse como que le la parte respiratoria en los prematuros afecta muchísimo”.

 

La revolución llegaba a casa

Tras el alta médico, comenzaba el día a día en la familia. “Salimos el mismo día todos juntos en patota y después, el trabajo estuvo en casa. Teníamos gente que entraba y salía.  Las visitas eran muy concretas”, contó Antonela.

Y agregó que para las vistas tenían horario, y “cuando lloraba uno, le seguían los otros dos. Anotábamos todo en un cuaderno, quien comió, quien lloro, a quien habia que cambiar. Así continuamente porque te perdés”.




El trabajo más intenso fue durante los dos primeros años de los trillizos, y Antonela destaca la ayuda que recibió por parte de las abuelas y de las tías, “siempre tuvimos colaboración, porque sola no es imposible, pero sí desgasta mucho dejas muchas cosas para poder resguardarlos”.

 

Cada uno ya tiene su espacio

Lautaro, Ámbar y Francesco el 2 de julio cumplieron 6 años, y cada uno tiene “sus espacios, sus amistades. Estuvieron siete meses juntos, y hasta este año fueron al mismo jardín, así que separarlos va a estar difícil. Porque siempre están pendientes de los otros”, relató Antonela.

Cada uno de ellos ya tiene su propia personalidad y sus propios gustos. Antonela relató que, “siendo trillizos, cada uno es individual. Lautaro hace fútbol, él es fuerte, le gusta la pelota. A Ámbar le gusta bailar, y ahora hace telas. Y Francesco, es el más dulce le gusta mucho el arte, hace cuadros”.

Con respecto a la relación de la hermana mayor y los trillizos, la mamá reconoció que, “hay discusiones, ella tiene 13 años, su espacio, su lugar y bueno, por ahí vienen y los 3 le tocan, le rompen cosas. Pero ama a sus hermanos, cuando no están, los extraña. Así que sí, se llevan bien”.

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