Este clima abrasador llevó a las autoridades francesas a implementar restricciones en el uso del agua en casi todas las regiones del país. El objetivo es que entre todos se haga un esfuerzo para preservar los cultivos.
A ojos de los expertos, se trata de una consecuencia directa del cambio climático y no parece que vaya a mejorar en el futuro. «Ha habido otros años con mucho calor, pero estas olas han sido cada vez más numerosas en los últimos años, y lo serán aún más en el futuro. Todo está relacionado con el calentamiento global”. Explica un meteorólogo.
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Con el suelo más seco que nunca, en Francia se esperan ansiosamente las lluvias, pero las previsiones para los próximos días vaticinan un clima muy anticiclónico. Por el momento, no se vislumbra el final de la sequía.
Ucrania su proyección de cosecha en 2022 a 65-67 millones de toneladas de granoshttps://t.co/TOrT5jL4g2
— misionesonline.net (@misionesonline) August 3, 2022
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