La decisión ya estaba tomada, Guzmán sabía que más allá de sus aciertos y equivocaciones su presencia en el Gobierno estaba resultando un problema político cada vez más grande para un Presidente que día de por medio debía salir a defenderlo del constante ataque del kirchnerismo. Su continuidad era inviable, solo restaba encontrar el momento adecuado y el ahora exministro de Economía aprovechó la relativa calma de los últimos días para abandonar el barco.
Su renuncia no fue indeclinable, pero el Presidente que pocos días antes lo había defendido por última vez, se la aceptó sin muchas dilaciones y se reunió con sus colaboradores más directos para elegir el camino a seguir.
El desafío para Alberto Fernández será encontrar un nombre capaz de traer algo de tranquilidad a los mercados y al sector privado, pero que no genere rechazo automático por parte del kirchnerismo. Algo muy difícil de lograr porque lo que es bueno para los primeros es malo para los segundos y viceversa.
La danza de posibles reemplazantes había comenzado incluso antes de que Guzmán presentara su renuncia, de hecho inició cuando Cristina lo señaló como responsable de la derrota electoral en las PASO del año pasado. Los últimos señalados fueron el exvice ministro de Economía de Cristina, Emanuel Álvarez Agis; el expresidente del Central, Martín Redrado y otras opciones más políticas que técnicas, como Sergio Massa o Jorge Capitanich.
Más allá de la persona que elija para reemplazar al vapuleado Guzmán, Alberto se enfrenta a una encrucijada con varios caminos posibles: ungir a un kirchnerista puro para descomprimir la interna, lo que equivaldría a cederle la banda a Cristina; buscar dentro de su propia tropa, opción que lo dejaría más aislado dentro del frente o elegir a alguien capaz de tender puentes con otros sectores del amplísimo FdT y sus potenciales aliados.
En el antecedente más cercano, la renuncia de Kulfas, el Presidente fue por la última opción y eligió a Daniel Scioli, lo que sugiere que podría volver a transitar esa vía.
Mucho se habló de la posibilidad de que Sergio Massa, maestro en el felino arte de aterrizar siempre bien parado sin importar la altura de la caída, o su economista de cabecera Martín Redrado, desembarcaran en el Palacio de Hacienda. Si eso ocurriera se produciría una profunda reconfiguración del equilibrio de poder dentro del FdT y de las alianzas dentro de la alianza.
No está muy claro si al tigrense le interesa participar en un plan de esa naturaleza. Dio un indicio bastante claro al excusarse de estar en la reunión convocada por Alberto para buscarle reemplazo a Guzmán. Priorizó asistir al cumpleaños de su hermana antes que a la reunión en la que se define buena parte del futuro del país.
Quienes postulan a Álvarez Agis tienen buenos argumentos. Es un economista con experiencia en la gestión pública, fue vice de Kicillof durante la presidencia de Cristina, es solvente desde el punto de vista técnico y tiene un perfil ideológico que mezcla heterodoxia con pragmatismo, lo que podría convertirlo en un plato digerible para algunos sectores del kirchnerismo (los más duros no estarán conformes con nada menos que la renuncia de Alberto) y para el mercado.
La alternativa de elegir a un albertista puro parece más difícil porque el Presidente no parece estar en condiciones políticas de concentrar poder. Su propia debilidad lo obliga a buscar alianzas y la mejor moneda de pago que puede ofrecer son los cargos de primera línea, como el que ocupaba Guzmán.
Bajo ese argumento resultan atendibles postulaciones como la del chaqueño Jorge Capitanich, uno de los referentes de la resucitada Liga de los Gobernadores y un dirigente que, como Scioli, es capaz de tender puentes con sectores del kirchnerismo, el peronismo no K y con fuerzas provinciales.
Palos en la rueda
Guzmán fue el principal blanco, junto con el propio Alberto, de las críticas del kirchnerismo desde que se desató la interna en la alianza de gobierno. Con regularidad inglesa los principales voceros de Cristina, cuando no la propia vice, le dedicaron cuestionamientos diarios con el claro objetivo de esmerilar su imagen y provocar su renuncia.
Solo en la última semana el secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, vaya uno a saber con qué autoridad, anunció el agotamiento de “la etapa moderada” a la que relacionó directamente con las políticas que impulsa Guzmán y Cristina aprovechó uno de los actos en los que se conmemoró un nuevo aniversario de la muerte de Perón para considerar que el todavía ministro de Economía estaba más cerca de las ideas de Carlos Melconian (amigo y exfuncionario de Macri) que de las de ella.
Los más cercanos el exministro de Economía aseguran que ninguna de esas declaraciones mellaban su espíritu. Que después de recibir palos durante más de un año ya tenía el cuero duro. Que lo que en realidad lo molestaba y volvía inviable su gestión, eran las constantes trabas que encontraba para desarrollar su tarea.
En ese punto tiene responsabilidad directa el Presidente que siempre respaldó públicamente a su ministro de Economía pero nunca se animó a desplazar a los funcionarios que se dedicaron a poner palos en cada una de las ruedas que pretendía hacer girar Guzmán.
El área de Energía es un caso emblemático. Desde el día en que asumió, el discípulo de Stiglitz pretendió aplicar un sistema escalonado de tarifas que permitiera reducir el enorme gasto en subsidios y reorientarlo hacia las personas que realmente lo necesitan.
Nunca pudo hacerlo porque un funcionario de tercera línea, el subsecretario de Energía Eléctrica, el camporista Federico Basualdo, simplemente no quería. Entonces Guzmán pretendió despedir a Basualdo, el Presidente lo respaldó, Guzmán infló el pecho y anunció el desplazamiento del funcionario díscolo. Pero después La Campora salió a respaldar su hombre, Alberto se echó atrás, le corrió la escalera a su ministro y lo dejó colgado del pincel.
Hoy Basualdo sigue en su cargo, Economía perdió el manejo del área de Energía y la aplicación de la segmentación de tarifas sigue demorada.
A modo de conclusión, el paso de Guzmán por el ministerio de Economía deja un enorme interrogante respecto a las posibilidades reales que tendrá su sucesor de llevar adelante una gestión razonable cuando las segundas y terceras líneas están plagadas de funcionarios que no le responden al presidente, mucho menos al ministro de Economía, y que no tienen pruritos en boicotear al gobierno que integran.
Momento de tranquilidad
Además de esperar a que hablara Cristina para renunciar, Guzmán eligió un momento de relativa calma en el siempre convulsionado contexto de la economía Argentina.
Con una ayuda grande del Banco Central logró conjurar (no sin daños colaterales) la amenaza que representaba el mega vencimiento de deuda en pesos que operó la semana pasada. Además, en la semana previa a su renuncia el Banco Central compró más de 1300 millones de dólares para recomponer sus alicaídas reservas y los bonos acciones y títulos argentinos se recompusieron después de la severa caída que habían sufrido en semanas previas.
El dato estadístico más reciente marca un incremento de 82% en la recaudación en junio, que fue el vigésimo mes de crecimiento en términos reales en ese ítem. La Economía volvió a crecer en el primer trimestre y por arrastre estadístico está garantizado un crecimiento de al menos 4% este año.
Esos datos desentonan con el contexto de alta incertidumbre que percibe el mercado. Mucho incide en eso el ruido que mete la interna oficialista, especialmente en lo referente a las limitaciones que encuentra el ministro de Economía para llevar adelante su gestión.
Eso se traduce en problemas serios para sostener el financiamiento del programa económico a través de la colocación de bonos en pesos ajustables por inflación, cuya caída en las semanas previas puso en serias dudas la sostenibilidad no solo de los bonos -que el Banco Central salió a sostener, mediante compras que financió a fuerza de emisión monetaria- sino de la política económica.
Quien asuma deberá lidiar con este panorama y arreglárselas para generar algo de credibilidad en un momento en el que todo parece caos.
Soluciones concretas a problemas reales
En Misiones el clima político y el contexto económico son absolutamente diferentes, impera el orden institucional, las gestiones funcionan en todas las áreas y las actividades de la economía están trabajando a pleno. Aun así la provincia no escapa a algunos de los problemas que derivan de estar inserta en un país y en mundo convulsionado.
Uno de esos problemas es la falta de combustible, que comenzó a escasear en todo el mundo como efecto directo de la guerra en Europa y de la falta de previsión del Gobierno nacional.
Entonces es cuando surge la necesidad de tomar el toro por las astas para generar soluciones rápidas y concretas. Lo hizo el gobernador Oscar Herrera Ahuad y como resultado consiguió 1.300.000 litros de gasoil de las petroleras YPF y Shell que permitirán la continuidad de la cosecha de yerba mate.
El sector yerbatero tuvo esta semana otro motivo para sumar tranquilidad, porque después de un flojo primer trimestre las ventas al exterior de yerba mate se recuperaron con fuerza en abril y mayo y ese último mes alcanzaron el nivel más alto del último lustro según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Durante el primer trimestre se había registrado una caída interanual de 31% en las ventas al exterior de yerba mate, cuestión que preocupó a todo el sector que desde hace años viene impulsando diferentes acciones para incrementar las exportaciones y abrir nuevos mercados.
La tendencia negativa se revirtió en el bimestre abril – mayo cuando se registró un crecimiento interanual de 36%, suficiente para compensar la retracción de principios de año y cerrar el período enero-mayo con un crecimiento interanual de medio punto porcentual.
Fue tan importante la recuperación que mayo pasado se convirtió en el mes con mayor cantidad de exportaciones desde que el INYM comenzó a difundir ese dato, en enero de 2018. En total fueron más de 5 millones de kilos de yerba los que se enviaron en el quinto mes del año.
Para el turismo y la gastronomía las expectativas están centradas en las vacaciones de invierno. Las reservas se acercan al 100% en los principales atractivos de la provincia y la gastronomía se prepara para un período de altísima demanda.
El crecimiento económico se refleja en inversiones permanentes en todos los rubros, altos niveles de consumo, de construcción privada y de empleo privado, superior a las otras nueve provincias del Norte Grande. El indec reflejó hace poco a Posadas como la tercera ciudad del país con mayor crecimiento de la actividad laboral y la quinta con menor desocupación.
Así como a escala nacional la política tiene una gran responsabilidad por la incertidumbre respecto a la economía, en Misiones el buen funcionamiento de la economía también está ligado al factor político. La vara alta de la activa gestión de Herrera Ahuad y Lalo Stelatto, sumado a Carlos Arce y Rovira desde la Legislatura, le han impreso una dinámica de trabajo, gestión y política que muestra buenos resultados y se replica en los ministerios y las diferentes áreas.
La intensidad del trabajo requiere atención plena y permanente. Los cambios constantes son producto de un gobierno que va buscando mejorar día a día, corriendo y optimizando recursos y lugares. La respuesta de la sociedad a los cambios es más que positiva. Las caras nuevas en los ministerios son bien recibidas.
La renovación tiene eso, busca los mejores talentos de la sociedad y les abre un abanico de oportunidades para potenciarse y desarrollarse: hay mérito en elegir el talento y también en guiarlo. Es por eso que son cada vez más los misioneros, principalmente los jóvenes, que se acercan interesados en formar parte del modelo político y colaborar con la gestión.
Varios ministros nuevos son ejemplo de ello, incluso algunos que no tenían trayectoria en la política. Otro ejemplo a destacar es el intendente de Oberá, quien en pocos meses y en base a profundos cambios, logró una serie de transformaciones que han tenido y tienen una altísima aceptación de los obereños. La ciudad se está transformando con dinámica.
En línea con las caras nuevas, una que reaparece después de mucho tiempo en silencio es la de Pablo Tschirsch, un experimentado dirigente que tendría intenciones de competir por el sillón municipal de Alem. Incluso ya se conoció una encuesta donde los alemseños expresaron que lo tienen alta estima como para que conduzca los destinos de la ciudad. Se posiciona varios puntos por encima del candidato oficialista y del radical Anderson.
De interna en interna
Esta semana visitó Misiones la exministra de Seguridad de Macri y una de las presidenciables opositoras, Patricia Bullrich. Estuvo en Puerto Iguazú donde pasó desapercibida y su presencia evidenció divisiones internas en la dirigencia misionera de Juntos por el Cambio. Se notó una clara distancia entre las diferentes facciones. Mientras algunos la pretendían exponer como la candidata natural a presidente, con su referente misionero Martín Goerling, otros la consideran solo una más de las tantas pretensiones personales que se quieren posicionar para el 2023.
Es que JxC tiene por lo menos diez presidenciables y cada uno tiene su propio referente en Misiones. El problema es que están divididos y cada uno busca frenar el crecimiento del otro, reciben órdenes diferentes y los locales quedan alineados a intereses divididos. Es una interna permanente y constante donde se disputan el poder, la caja y los cargos.
A nivel provincial también hay, por lo menos, ocho con intenciones de gobernador. Solo la UCR tiene cuatro o cinco, a los que se suman los del PRO.
Las peleas, tanto a nivel nacional como provincial, son producto de la falta de liderazgo. A nivel nacional la mala gestión presidencial de Macri le impide ser el candidato natural y todos se le animan. A nivel provincial Arjol, que pretendía ser el natural, no consiguió aglutinar a los diferentes sectores. Incluso algunos le achacan falta de experiencia en gestión ya que en 10 años como concejal y diputado nacional no consiguió nada positivo para los posadeños ni los misioneros. Muchos dentro de su mismo frente entienden que todavía no da la talla para una candidatura tan importante.
Para la gente común, los actuales pretendientes son lo mismo que se presentó en 2015 pero ahora más veteranos y más peleados.
Otro aspecto negativo que perjudica a JxC es la defensa permanente, de varios de sus dirigentes, de un modelo como el que aplica Corrientes. Se concentran en la ventaja fiscal que beneficia a los grandes empresarios, pero no se detienen a explicar que justamente esa característica es la que impide a esa provincia prestar servicios de calidad en los que Misiones se destaca. En salud, educación y obras Misiones puede mostrar mejores resultados aun con una coparticipación menor. Incluso en la justicia, donde hay más juzgados y jueces por cada 10 mil habitantes para dar respuestas más rápidas y eficientes.
Actividad legislativa
El intenso trabajo del Gobierno provincial algunas veces es acompañado y otras encabezado por la tarea realizada en la Legislatura. Desde ahí Carlos Rovira marca los tiempos de las soluciones que se brindan a los misioneros en forma de leyes, mejorando aspectos de la salud, de la educación, de la seguridad, de la formación de los jóvenes e incluso la planificación de la provincia o la ampliación del servicio de justicia como ocurrió el jueves pasado.
En su sesión semanal, la Cámara de Representantes aprobó los pliegos que habían sido remitidos por el gobernador para cubrir cargos en la Justicia en los municipios de Oberá, Iguazú y Apóstoles. También creó el Programa Misiones Sin Dolor, el Régimen de Asistencia Integral del Lupus Eritematoso Sistémico, el Plan de Asistencia de la Salud Mental a Distancia y el Instituto Misionero de Investigación, Genética y Análisis Veterinario. Asimismo, declaró de utilidad pública y sujetos a compraventa o expropiación a los inmuebles que se requieren para la construcción de obras de la travesía urbana de Posadas.
El Programa Misiones Sin Dolor se enfoca en la investigación, prevención, tratamiento, control y rehabilitación de aquellas personas que padecen el síndrome de sensibilidad central, como por ejemplo fibromialgia, migrañas, y los síndromes de fatiga crónica y de colon irritable.
Serán beneficiarios quienes tengan diagnóstico de algunas de estas patologías asociadas, y residan en la provincia desde hace por lo menos 2 años; no tengan cobertura social y se encuentren en situación de vulnerabilidad socio económica que les impida solventar los gastos de los tratamientos.
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