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Las comunidades Tava-í, Nuevo Sapucay y Guaporaity recibieron ayuda solidaria tras la difícil situación que enfrentan por la pandemia y la sequía

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Comunidades Mbya Guaraní encontraron respuesta a su pedido de su ayuda en la persona de Patricia Alegre -azafata de profesión, empresaria y pastora evangélica-, quien recibió en forma directa meses atrás y en plena restricciones por la pandemia, un llamado solidario a través de las redes sociales y escuchó las necesidades por las que atravesaban las familias indígenas en Misiones: “Amiga, necesitamos ayuda, estamos muy mal”.

 

De esta forma, inició su contacto que en pocos meses se fortaleció en una amistad. Y este miércoles emprendió otro viaje a los municipios de Hipólito Irigoyen y Puerto Leoni para visitar las aldeas Tava-í, Nuevo Sapucay, y Guaporaity, tres comunidades Mbya Guaraní asentadas a pocos kilómetros de las rutas y el ejido urbano, en un entorno de monte, pinares y chacras misioneras, que debido a la pandemia y las condiciones climáticas, sufren muchas necesidades básicas.

 






Un pedido desesperado que tuvo respuesta

En principio, el primer mensaje recibió un amigo entrerriano de Patricia que trabaja en acciones solidarias con comedores comunitarios con una organización civil bonaerense. Patricia reside en Capital Federal y Posadas, por su trabajo, su vida se divide entre Misiones y Buenos Aires, ya que es Tripulante de Cabina de Pasajeros, profesión que la apasiona.

“Primero debíamos corroborar la veracidad del llamado realizao porque se trataba de aldeas indígenas y era desesperante. Fue así que por medio de Mirta y Francisco, miembros de la Aldea Guaporaity en Hipólito Irigoyen, confirmamos la veracidad del pedido de ayuda e iniciamos el contacto. Efectivamente ellos buscaban ayuda desesperada por internet con la palabra “solidarios” y el primero que le apareció en Facebook fue mi amigo Marcelo Bujía”, relató.

“Realmente me conmovió mucho la situación, porque estábamos en medio de la pandemia, y el pedido era de alimentos, ropa, colchones, frazadas, lo que sea porque habían perdido todo consecuencia de un fuerte temporal y las lluvias caídas durante varios días los afectaron mucho. Además atravesaban momentos de muchas necesidades, no tenían recursos suficientes para conseguir para asistir a todas las familias que integran la aldea. La pandemia los había afectado, como a todos, pero ellos necesitaban fortalecerse porque se sentían muy solos, rezaban por ayuda”, relató Patricia respecto al inicio de su contacto con estas tres aldeas Mbya Guaraní.

 


Víctor Benitez, cacique de la comunidad Nuevo Sapukai

 

En las comunidades no tienen buena conectividad de señal móvil, “pero cuando tenían, me escribían por WhatsApp y me explicaban cómo llegar hasta su comunidad y cuáles eran sus necesidades.  Para mí fueron muy fuertes sus relatos, era catastrófico saber lo que vivían y no dar respuestas. No podía dejar ese pedido de ayuda sin responder y no estaban permitidos en ese momento los permisos para viajar. Pero escuchaba esos audios y eran desgarradores, así fue que comencé a pensar cómo ayudar, porque siempre estoy trabajando en forma personal en acciones solidarias, pero debía viajar desde Capital Federal a Misiones, y llegar hasta las aldeas en plena pandemia», contó Patricia.

Así fue que comenzó primero a llamar a empresas amigas de Buenos Aires y algunas de Misiones, y al mismo tiempo el gobierno provincial estaba habilitando el paso de ingreso a la provincia. «Se abrió el cielo para mí y para las aldeas, y fue así que comenzamos este contacto que hoy se transformó en una gran amistad”, relató con entusiasmo la Pastora.

 

Rápidamente se organizaron, Marcelo Bujía acercó donaciones de alimentos. Por otro lado, Claudia Franco, de la organización civil “Caminos Solidarios de Quilmes” envió encomiendas con más mercaderías. En Posadas la panadería Tahona colaboró con cientos de kilos de panificados, entre otros particulares que preparaban lo que tenían para donar de ropas y calzados para las mujeres y niños de la comunidad, o chapas para sus techos, semillas o insumos para los trabajos de la tierra. “Fui con mi camioneta cargada de cosas para ellos”, recordó con satisfacción. Y las visitas con la ayuda solidaria se repitieron desde entonces.

 


 

En la comunidad Sapucay fue recibida este miércoles por el cacique Víctor Benítez, su esposa e hijos, la abuela María (83) y sus nietos. La nueva aldea tiene 9 familias asentadas en una  zona de montes nativos, pinares y chacras vecinas.

“Verdaderamente sentí el pedido de ayuda de estas familias hermanas, era desesperante su situación. Tenían y tienen muchas necesidades y enfrentan muchas penas y dolores, sin embargo no pierden la sonrisa ni las esperanzas, y están sanos que es lo más importante”, agregó.

En la comunidad todos trabajan a la par, ya sea en la tierra cultivando (zapallo, tomates, sandía, mandioca, maíz), cortando leña, construyendo o reparando sus viviendas. “Vi que las mujeres trabajan a la par de los hombres, algunos hombres van a realizar trabajos a las chacras vecinas o al pueblo, mientras que ellas realizan los trabajos en las casas, en la tierra, cuidan a los hijos y producen sus artesanías”.

 

 

En las comunidades hay muchas historias de la vida cotidiana que son muy tristes. Muchas mujeres jóvenes que están solas con sus hijos, que no tienen un techo propio, que no pueden salir a trabajar.

 

“Se deprimen mucho porque sienten que no encuentran una salida a su situación.  Pero solo necesitan ser escuchadas y ser alentadas, fortalecidas en espíritu para salir adelante. Y eso fue lo que hice desde entonces. Solo busqué la manera de escuchar su pedido y acercarles las donaciones de lo que necesitaban como ropas y alimentos, y ese primer encuentro fue maravilloso, como es cada uno de nuestros encuentros. Oramos, nos reímos, compartimos un momento”, describió Patricia en la entrevista con Misiones Online.

 

 

Desde entonces, cada vez que llega con algunas donaciones hasta las aldeas, las familias la reciben con alegría, comparten risas y cantos. “Estos encuentros también los alienta a seguir adelante, saben que no están solos”, relató la pastora.

 

En la visita a la aldea Leoni – Tava-í, en Puerto Leoni, ubicado dentro del departamento Libertador General San Martín, la esperaban mujeres, niñas y niños, y jóvenes de la comunidad guaraní la esperaban que llegara con las donaciones, compartieron los alimentos y celebraron en agradecimiento. La comunidad indígena está conformada por unas 35 familias.

 

Encuentros. Patricia Alegre y la abuela Gregoria Duarte en la aldea Leoni Tava-í

 

Estas tres aldeas están organizadas en cuanto a escuelas bilingües para que los niños y niñas del nivel primario accedan a la educación, hay docentes indígenas, y promotores de salud.

En Guaporaity tienen problemas de acceso seguro al agua o saneamiento adecuado respecto a las instalaciones de los sanitarios, entre otras necesidades básicas que requieren. Es un asentamiento con 33 familias, y el terreno donde habitan esta en una loma alta, por lo que necesitan apoyo para solucionar la provisión de agua frente a la actual sequía. «No tenemos un arroyo cerca y no es suficiente el agua que disponemos con un solo tanque para toda las familias de la aldea», explicó el cacique Joaquín Piriz. 

 




El cacique Joaquín Piriz realizó infructuosas gestiones para lograr mejorar el acceso al agua

 

Es así que las familias indígenas esperaban la llegada de Patricia con las donaciones y compartieron con naturalidad un momento de gratitud y oraciones con una imborrable sonrisa en sus rostros.

Gregoria Duarte, Carmelo Ramírez, Clemencia Ramírez, reunieron a la familia para compartir un momento de alegría, charlas y oraciones de agradecimiento, que cerró con música y guitarra ofrecida por los jóvenes artistas de la aldea.

 

Comunidad Mbya Guaraní Leoni – Tava-í, en Puerto Leoni. 

 

Finalmente cerró el recorrido de visitas a la aldea Guaporaity – también en Hipólito Irigoyen- que está conformada por un asentamiento con 33 familias. Fue recibida por el cacique Joaquín Piriz (33), mujeres, jóvenes, niñas y niños de la comunidad.

Las necesidades eran muchas y diversas. Son asentamientos que requieren mejorar el acceso a lo más básico y esencial como es el agua y los sanitarios. Todos quienes quieran colaborar con la misión solidaria  a través de la empresaria y pastora Patricia Alegre, pueden contactarse a través de su instragram (@patriciaelizabethalegre.)

 

 

“Me considero como una elegida,  solo soy parte del eslabón de una gran cadena solidaria donde necesitamos de todos con su colaboración para llegar con la misión de ayudar a estas familias que realmente lo necesitan. Hay que escuchar el dolor y las necesidades de los que menos tienen, y en este caso las comunidades indígenas que conocí, realmente pedían colaboración para un mejor bienestar de sus familias: desde alimentos, ropa de cama, colchones, techos, medicamentos de primeros auxilios para curar sus heridas, o materiales para construir su gallinero, les llevamos semillas y aumentaron su siembra, y gente muy sanas! Es un propósito muy grande poder ayudar a otros. Sanación y salvación para todas estas personas que viven en paz y bondad. Y por ello, extiendo este pedido por medio de Misiones Online para que cada vez sean más los corazones solidarios que se acerquen a estas comunidades a conocer su realidad, escucharlas y ayudarlas, sean ONGs, organismos o personas que puedan asistir a estas comunidades muy necesitadas”, concluyó en la entrevista con este medio.

 

 

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

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