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Las criptomonedas llegaron para quedarse

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Criptomonedas, bitcoin, blockchain, si no escuchaste estas palabras en los últimos 12 meses, estás dentro de un porcentaje muy pequeño dentro de la población mundial. Está creciendo globalmente a una velocidad de adopción de 881% superior al año pasado, esto supera incluso a la que tuvo internet en los años 2000. Las criptomonedas llegaron para quedarse. ¿Por qué? Porque proveen respuestas a problemas, soluciones rápidas, eficientes y seguras tanto para empresas como para gobiernos e individuos. Y lo más importante, puede impactar directamente en tu bolsillo.

A las personas les permite ahorrar en activos que protegen contra la inflación, ya seas de Argentina o de EE.UU (lugar donde este año contemplan inflación récord de 7%). Te puede proveer más seguridad y privacidad, además de ahorrarte comisiones y trámites bancarios.

Con este espacio se puede enviar dinero de una billetera a otra, de un lugar del mundo a otro, con comisiones menores al 1% y en menos de 5 minutos, el sueño de todo profesional freelancer. No existe ninguna entidad bancaria que permita algo como esto en ninguna nación del mundo sin cobrarte por la gestión un porcentaje nada despreciable. Y otros tipos de problemas que en Argentina aún no conocemos (en Europa las cajas de ahorros de empresas tienen tasas de interés negativo).

Lo que considero esencial saber para personas que quieran adentrarse en las finanzas digitales es lo siguiente.

– Existen miles de criptomonedas, Bitcoin es solo una de ellas (la más famosa por supuesto, pero además la que más dinero tiene invertido).
– Cualquier persona con acceso a internet puede crearse una billetera virtual y guardar sus cripto activos en ellas.
– Las criptomonedas pueden comprarse contra cualquier divisa (pesos o dólares, reales o guaraníes) y no es necesario ingresar con mucho dinero (1000 pesos argentinos es suficiente).

A las empresas les abre un abanico de inversión que en el mercado de valores tradicional no existe. Desde reserva de valor a intereses atractivos, colecta de capital semilla para proyectos o inversiones de riesgo alto con retornos que hacen que inversionistas tradicionales sueltan una carcajada burlona la primera vez que escuchan los números.
Además pueden brindar más seguridad ante ataques informáticos y resguardo de los datos propios o de clientes a través de la aplicación de la tecnología blockchain en sus procesos de almacenamiento y transferencia de información sensible.
También aplicable a la administración pública. El gobierno puede generar valor agregado para suplementar las arcas del estado, como lo está haciendo Nueva York con su “NY citycoin”, a través de tokens, que utilizan para, entre otras cosas, dar acceso a determinados sitios o beneficios. El alcalde también dio a conocer que las escuelas incluirán contenido de finanzas digitales. O Miami, que con su propio token en marcha divulgó que en la medida que aumente el uso de su cripto activo podrían usar el rendimiento para la financiar proyectos de la propia administración.
Puede utilizarse para darle transparencia a los procesos, además de facilitarlos. Algunos estados están transformando el registro público inmobiliario, convirtiéndolo en asientos digitales a través de blockchain, esto asegura la publicidad de las transferencias y minimiza los errores burocráticos.
El ejemplo más extremo de adopción estatal en la actualidad es el de El Salvador, país que por ley adoptó Bitcoin como moneda de curso legal. Con todo lo que ello implica. Este evento merece un estudio mucho más a fondo y todavía no se conocen las repercusiones positivas o negativas que tendrá a largo plazo.
Lo que sí se puede saber al momento es que El Salvador ya ganó millones de dólares de diferencia con sus tenencias de Bitcoin. Hoy un Bitcoin ronda los 60.000 dólares, pero todas las predicciones son alcistas sin rebuscar mucho es vox populi que el banco más renombrado del mundo, JP Morgan, pronostica que Bitcoin llegaría a valer más de 145.000 dólares por unidad.
Hoy en día todavía existe una sensación de guerra entre los Estados y el espacio cripto, combate que tiene su génesis en la tarea titánica (coqueteando con la directa imposibilidad) que conlleva su fiscalización y legislación.
La administración debería tratar de sacar provecho a este espacio y no combatirlo o rechazarlo.
A nivel nacional se sigue tratando de regular con impuestos y recomendaciones sin mucho éxito a la fecha.

Por: Ireneo Alba Posse – Abogado

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