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Ernesto Engel, el segundo artista en el mundo en quemar sus obras originales luego de transformarlas en formato digital

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 A través de Misiones Online, se retransmitió en vivo la quema de cuatro obras del artista misionero Ernesto Engel, que cuentan con certificado de autenticidad y que pasaron a formar parte del mundo del Blockchain. 

 

Engel fue contactado por la empresa Black Panther Group, radicada en el Parque Tecnológico de Misiones, que se enfoca en la economía de educación, energías renovables y blockchain (criptomonedas). El equipo le propuso construir  piezas únicas que representan una de las costumbres más importantes de Argentina, el mate

 

En esta colección denominada «Cripto Mates», se unen pasado, presente y futuro quedando certificado en una blockchain esta nueva creación artística. Al mundo NFT ya se sumaron reconocidas galerías de arte como Christie´s, marcas globales como Coca-Cola y hasta el futbolista Leo Messi que recientemente lanzó su colección.

 

ernesto engel

Los cuatro cuadros representan a Misiones, Corrientes, Jujuy y Santa Cruz.

 

 

Los criptoartes serán una colección de 25 (criptoactivos) obras únicas que representarán la imagen de una mate por cada provincia de Argentina, haciendo hincapié en la cultura popular según la visión y creatividad del artista, ya que expresara la unión de 500 años de historia del mate fusionando con la misma tecnología disruptiva que utilizan las criptomonedas y cada obra fue quemada, quedando cómo registro único y eterno su versión digital.

 

Luego de la quema realizada este viernes en el Espacio de Bellas Artes, las obras dejaron de existir físicamente y solamente están disponibles en formato NFT, siglas que en inglés significan non-fungible token (una versión digital elaborada con tecnología blockchain, que no puede ser copiada ni plagiada). 

 

De esta forma, las cuatro piezas digitales serán las únicas que existan en el mundo y no podrán ser alteradas, una solución creada para permitir representar objetos con cualidades únicas, irrepetibles e indivisibles dentro de una blockchain. 

 

Las obras tardaron poco más de tres minutos en consumirse en cenizas. Sus versiones digitales fueron subastadas , una tienda online de ‘bienes digitales’, donde los pagos sólo se realizan en criptomonedas. Fueron vendidas en 10 minutos entre los 900 y 2000 dólares. Los compradores son de Estados Unidos, Colombia y una obra fue comprada por Black Panther Group.

 

El segundo en el mundo y el primero en Sudamérica 

 

El primer artista que incursionó en la experiencia de transformar sus pinturas en objetos digitales y quemarlas una vez vendidas, fue el popular artista callejero británico, Banksy. Incineró su obra titulada “Imbéciles” durante una transmisión por Internet que luego fue vendida por 380 mil dólares en formato NFT. 

 

 

ernesto engel

Una obra de arte de Banksy de 96.000 dólares quemada y luego digitalizada,

 

Este 1 de octubre, Ernesto Engel se convirtió en el segundo artista del mundo en destruir sus obras físicas, quedando cómo registro único y eterno su versión digital. 

 

Fuego y Yopará 

 

La quema simbólica se realizó en el Espacio de Bellas Artes, en una noche marcada por la tradicional fiesta del Karaí de Octubre. Además se expusieron obras de arte de artistas misioneros y los invitados disfrutaron de una experiencia visual, un proyecto que Ernesto Engel llevaba 23 años gestandoló. 

 

De la celebración participaron el vicegobernador de la provincia, Carlos Arce, el intendente de Posadas, Lalo Stelatto, QUIEN MAS.  

 

Los invitados disfrutaron del tradicional Yopará,  proveniente de la leyenda guaraní que refiere al paso de un duende por los hogares para inspeccionar la abundancia de alimentos y sobrellevar el mes.

 

 

El ABC del criptoarte: guía elemental para entender un nuevo mercado

 

Registrar un meme, comprar un tuit, ofrecer un cuadro, es decir: pensar como bienes digitales las piezas que circulan libremente en la red. Darles valor incluso una vez compartidas en la web. Los «non-fungible token» son la novedad del momento y permiten hacer cosas como esas.

 

En pocos meses se comprobó que no se trataba solo de una estrategia de marketing, y que algo nuevo vinculado con las criptomonedas estaba desafiando las reglas del mercado. Lo que falta todavía es comprender un fenómeno complejo que aspira a cambiar paradigmas y que tuvo este año un crecimiento vertiginoso, cuyos hitos se detallan a continuación.

 

Token No Fungible: NFT 

 

Es un certificado de titularidad y autenticidad, único e irreproducible, registrado en la blockchain (cadena de bloques que funciona como un libro contable, público e inviolable, en la que se basan las criptomonedas). La mayoría los crea (o “mintea”, según la jerga de los expertos) en la blockchain Ethereum porque permite el uso de contratos inteligentes, cuyas condiciones se activan de manera automática cuando se cumple lo acordado. Esto permite acceder a la historia del NFT: quién lo creó, quién lo posee y todos los movimientos que se hicieron con él desde que fue creado. Incluso se puede estipular por ejemplo el pago de un porcentaje al artista cada vez que la obra se revenda.

 

La posibilidad de registrar un NFT o «non-fungible token», un «vale» criptográfico que deja sentado que son dueños de esa pieza única, indivisible y que nadie más podrá registrarla como propia sin comprarla al dueño. De esa manera se intenta resolver el «problema» de la abundancia de un bien, algo que lo haría invendible, para crear una escasez artificial que permita comercializarlo.

 

El sistema que se utiliza para hacer los registros de NFT son las cadenas de bloques o blockchain, un sistema criptográfico que permite documentar de manera inviolable que tal persona (en realidad, una identidad asociada a una billetera virtual) compró una determinada obra y es su único «propietario». La plataforma más utilizada para esta función es Ethereum, que utiliza su propia criptomoneda para las transacciones, los ETH.

 

Blockchain es, resumidamente, una combinación de tecnologías que permite registros digitales seguros y descentralizados. Bitcoin es su ejemplo más difundido y conocido: por medio de este sistema cada transacción que se hace debe ser validada por los nodos que pertenecen a la red. De esta manera, en lugar de contar con una institución centralizada que produce billetes y se encarga de que nadie los falsifique, hay una red de pares que valida y registra las operaciones.

 

Esto hace de bitcoin una moneda muy atractiva para quienes desconfían del Estado, tanto desde el extremo libertario como el anarquista. Y también la hace muy atractiva para los especuladores, por supuesto, que ven en ella las oscilaciones que la transforman en una ruleta de ganancias y pérdidas, siempre esperando gozar de las primeras y evitar las segundas, por supuesto.

 

Las cadenas de bloques permiten también contratos inteligentes o smart contracts, en los que se registra una sucesión de transacciones que no se pueden modificar. Con estos contratos, por ejemplo, podría hacerse un registro inmobiliario inviolable y avalado por la red de pares. Este tipo de uso de blockchain es lo que aprovechan los NFT para registrar la propiedad de todo tipo de bienes, incluso aquellos que por su abundancia no parecían susceptibles de propiedad exclusiva.

 

De esta manera se crea una escasez artificial no del objeto en sí, si no de la posibilidad de registrarlo como propio aunque siga circulando por internet, cualquiera pueda verlo o copiarlo y no se obtenga ningún derecho de propiedad sobre los ingresos que podría producir. En este contexto la palabra «poseer» adquiere un nuevo y elusivo sentido.

 

 

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