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Las importaciones de yerba canchada volvieron a crecer y los productores encendieron una alerta

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importación de yerba

En el primer trimestre de 2021 se importaron 5.720 toneladas de yerba mate canchada, casi el doble que en igual período del año pasado. Productores plantearon al ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, su preocupación por la calidad del producto que entra de Brasil y Paraguay, pero en realidad lo que más los inquieta es el efecto que la entrada de ese producto tiene en los precios. Reconocen sin embargo que detrás de la importación de yerba no hay una maniobra especulativa sino una necesidad de abastecimiento de la industria por el crecimiento de la demanda y la baja producción de los yerbales misioneros.

 

La producción de yerba mate atraviesa uno de los mejores momentos de las últimas décadas. El mercado paga precios muy superiores a los oficiales y lo hace prácticamente de contado, lo que permitió recuperar la rentabilidad del sector primario. La yerba hoy deja plata y los productores lo reconocen, sin embargo hay un factor que los tiene cada vez más preocupados: el crecimiento de la importación de materia prima, una práctica que comenzó a fines de 2019 y encontró su pico promediando el año pasado.

 

Durante todo 2020 se importaron más de 30.000 toneladas, mayormente provenientes de Paraguay, pero también de Brasil, por las cuales se pagaron poco más de 34 millones de dólares, dinero que podría haber quedado en manos de productores misioneros y correntinos.

 

Tomando en cuenta que ese mismo año la industria yerbatera argentina despachó 311.000 toneladas entre ventas al mercado interno y exportaciones, la materia prima importada representó poco menos del 10% del total de la producción de yerba elaborada. Dicho de otro modo, de cada 10 kilos de yerba que vendieron las empresas argentinas, poco menos de 1 kilo fue elaborado con materia prima paraguaya o brasileña.

 

 

La misma práctica se viene manteniendo este año. Durante el primer trimestre se importaron 5.700 toneladas por 7,4 millones de dólares, lo que representó un crecimiento de 91% respecto a lo importado en igual período del año pasado.

 

El pico de las compras de yerba a Brasil y Paraguay se registró durante el tercer trimestre del año pasado, cuando ingresaron 13.644 toneladas. Todo según datos de AFIP recopilados por el INDEC.

 

El motivo por el cual la industria yerbatera volvió a importar canchada después de unas seis décadas es la escasez. Provocada en gran medida por la persistente sequía, pero también por la baja productividad de muchas plantaciones, especialmente en las zonas Centro y Sur de la provincia.

 

El tema preocupa a los productores. Se lo hicieron saber al ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, durante su reciente visita a Misiones. El diputado nacional y productor de la zona de Andresito, Julio Peterson, le hizo llegar una nota firmada por varias asociaciones del sector primario a través de la cual manifestaban su preocupación por la calidad de la yerba que ingresa, especialmente en lo referente a contenido de palo, presencia de químicos y exceso de humo.

 

Vale aclarar en este punto que la calidad del material importado es controlada por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) que además verifica la calidad del producto elaborado.

 

Pero lo que más preocupa en realidad a los productores no es la calidad del producto importado sino el efecto que genera la importación en la relación oferta/demanda de materia prima, que en definitiva es la que termina definiendo los precios de la hoja verde y la canchada.

 

Está claro que para la industria es más barato comprar un kilo de canchada  en Misiones que traerlo de Brasil o de Paraguay, pero el ingreso en grandes cantidades del material importado reduce la demanda de materia prima en la plaza local y eso termina “desinflando” los precios de la canchada.

 

El precio oficial de la hoja verde actualmente es de 24,39 pesos por kilo, pero el mercado está pagando hasta 42 pesos si el material es de buena calidad. Los propios productores reconocen que su rentabilidad es buena, pero entienden que podría ser mayor sin la importación. Temen además que el contexto cambie y la inflación termine evaporando su rentabilidad.

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