A 19 años de la desaparición de María de los Ángeles “Marita” Verón, su madre Susana Trimarco la recuerda con un posteo en Twitter, donde a pesar del tiempo transcurrido dice “te seguimos buscando”, porque aunque la causa tuvo su juicio con condenados relacionados a la trata de personas con fines de prostitución y trascendencia internacional nunca se supo que pasó con “Marita” ni se hallaron indicios de dónde pudo haber estado.
«Marita» Verón tenía 22 años cuando la raptaron, según testigos, desde un automóvil el 3 de abril de 2002 en la ciudad de San Miguel de Tucumán por un grupo dedicado a la trata de personas y la intensa búsqueda que emprendió su madre, Susana Trimarco, recorrió el mundo y convirtió al caso en un emblema de lucha contra ese delito en el país.
Susana Trimarco encaro sola la investigación desde el día de la desaparición de su hija, que a la vez era madre de una niña de 2 años, lo que permitió que los investigadores judiciales llegaran a la conclusión que la joven había sido rapada por una red de trata de personas que operaba en La Rioja, con fines de explotación sexual.
Según esas investigaciones, esa red estaba vinculada con el clan Ale, un grupo delictivo de Tucumán, según lo recolectado por la justicia.
Gracias al accionar de Trimarco, el caso Verón llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, convirtiéndose en una causa internacional, y la madre de la joven desaparecida obtuvo reconocimientos mundiales, entre ellos del gobierno de Estados Unidos.
Diez años después, en 2012 el juez de Instrucción Víctor Manuel Pérez elevó la causa a juicio contra 13 acusados por el secuestro: los hermanos vinculados al clan «Ale», María Jesús y Víctor Rivero; la dueña de prostíbulos riojanos Irma Lidia Medina, los hermanos José Fernando y Gonzalo José Gómez, Daniela Natalia Milhein, Andrés González , Carlos Alberto Luna, Domingo Pascual Andrada, María Azucena Márquez; Humberto Derobertis, Mariana Bustos y Cynthia Gaitán.
Durante todo ese año se desarrolló el juicio oral, que culminó en diciembre con la absolución de todos los imputados.
A finales de 2013, la Corte Suprema provincial revocó en forma parcial ese fallo y ordenó que una nueva sala fije la pena a 10 de los 13 acusados, ya que confirmó la inocencia de los hermanos Rivero y Medina había fallecido.
El tribunal consideró coautores del delito de retención y ocultamiento agravado para el ejercicio de la prostitución de la joven a los hermanos Gómez, que fueron condenados a 22 años de prisión, y a Milhein y González a 18 años. A su vez, condenó como partícipes necesarios a Luna y Andrada (17 años); Márquez (15 años); Derobertis (12), Bustos y Gaitán (10 años).
La sentencia no quedó firme, por lo que a fines de abril del año 2017, la sala II de la Cámara Penal ordenó la detención de los condenados, quienes recién entonces comenzaron a cumplir con la sentencia.
Fuente Télam
EP/E.J.
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