Comenzó el ciclo lectivo 2021 bajo una modalidad que combina lo virtual con lo presencial. La tecnología está presente en nuestro día a día, atraviesa casi todas nuestras actividades y durante la pandemia se crearon hábitos que llegaron para quedarse. La comunidad educativa tiene el desafío de integrar equipos innovadores con tecnología de punta que facilite la tarea diaria y sea funcional a los nuevos esquemas de aprendizaje.
Las aulas se convirtieron en espacios híbridos, es decir, hay estudiantes presentes en el aula física, pero también participantes que se incorporan a la clase en forma virtual desde sus hogares. En este contexto, las soluciones que brinda la tecnología resultan más necesarias que nunca para para acompañar la transformación de la educación y facilitar el cumplimiento del protocolo por COVID-19 en los espacios de estudio.
Los centros educativos deben contar con herramientas que acompañen las nuevas prácticas de capacitación y desarrollo. Es importante contar con aliados tecnológicos que permitan que la dinámica de las clases se vea lo menos afectada posible por la situación. Un ejemplo claro puede ser la implementación de videoproyectores en el aula, brindando la posibilidad a la institución de utilizar espacios físicos más amplios respetando la distancia requerida, pero sin dejar de lado la visualización perfecta del contenido.
Los videoproyectores cumplen perfectamente la función de un “pizarrón” digital e interactivo con el que los alumnos pueden interactuar, ver videos, escribir, y reproducir diferentes contenidos audiovisuales sin ningún tipo de límites.
A la hora del estudio en el hogar, es recomendable planificar el horario del alumno, asignar un espacio adecuado para el desarrollo de sus actividades académicas y no alterar el orden de las rutinas de estudio. En relación a lo que sostiene el neuromarketing (la aplicación de técnicas pertenecientes a las neurociencias), el uso de material audiovisual permite que la atención del estudiante sea más fácil de capturar, lo que traerá como consecuencia un mayor rendimiento y productividad en sus estudios. Asimismo, permite que haya conexiones emocionales que beneficiarán a la retención de información ya que los sonidos e imágenes en movimiento producen un impacto mayor en su psiquis.
En este sentido, se puede pensar también en la utilización de herramientas de videoproyección que le harán sentir al estudiante que está en un ambiente académico y real. Con esta tecnología es posible lograr interactividad, alta luminosidad, imágenes brillantes, amplia conectividad y clases 100% participativas. Estas soluciones logran de manera muy simple mantener a los alumnos cautivados y atentos durante la clase.
No es lo mismo ver una imagen estática en un libro de texto, que ver un video o una presentación interactiva en donde niños y jóvenes puedan hacer de sus clases algo emocionante y participativo. También es importante resaltar que existe una mayor capacidad de memoria fotográfica a través de las videoproyecciones, dado que el lenguaje audiovisual es una técnica bastante asertiva que sin duda mejorará la experiencia de aprendizaje.
En base a lo mencionado, ¿qué hacer para que los niños y adolescentes se adapten a esta modalidad de estudio? Desde Epson sostenemos que si bien la adaptación con la nueva tecnología aplicada a la educación es compleja, es un desafío que se puede superar con el uso y la implementación adecuada de soluciones tecnológicas de vanguardia que den vida al aprendizaje, y que están al alcance de instituciones educativas y de los hogares.
(*) Por Sebastián Fernández
Product Manager de la línea de Videoproyectores de Epson.
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