El juez federal de Quilmes Luis Armella -que heredó la causa de espionaje ilegal como subrogante del juzgado de Lomas de Zamora tras la salida de Juan Pablo Augé– deberá definir si convoca nuevamente a indagatoria a Martín Terra, el chef amigo de Gustavo Arribas que revistaba en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Así lo solicitó por escrito el empresario Cristóbal López, quien se presentó en su calidad de querellante luego de que Augé procesara a 38 integrantes de la organización que operó durante el gobierno de Mauricio Macri para realizar tareas de inteligencia ilegal sobre políticos, dirigentes sociales y detenidos a los que se vinculaba con el kirchnerismo.
El juez instruía la causa, hasta la semana pasada, responsabilizó a Terra por el espionaje sobre el vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli, a quien lo unía haber sido el exesposo de Analía Maiorana, actual pareja del dirigente del PRO. Pero dentro de su teléfono, el chef-espía, prófugo durante la primera etapa de la investigación, reclamaba fondos para “el seguimiento” a la modelo Ingrid Grudke y aparecía como el “encargado” de tener asignado el espionaje sobre López y su entorno.
En el pedido de la querella, se destaca además que el objetivo central era el propio López, a quien habían clasificado mediante el sistema “semáforo” que el grupo de espías había montado para establecer el orden de prioridades sobre los detenidos que iban a ser espiados. Eso incluía los entornos, abogados y relaciones comerciales, como ya se estableció en el capítulo penitenciario de la causa de Lomas.
“Existe un mensaje de Denise Aya Tenorio -quien evidentemente era una especie de coordinadora en el que envía “las preguntas del método que seguiremos en la cuestión denominada “La Roca”, y, por si quedaba alguna duda que se refería a los que estábamos privados de nuestra libertad sobre la base de causas armadas por el gobierno anterior, agrega: “(ver la película de 1996 protagonizada con Sean Connery y Nicholas Cage)”, señaló López en su escrito. “La Roca” era la denominación del penal de Alcatraz, donde transcurre la ficción a la que hacían referencia los espías.
En esa misma conversación se envió el listado del “semáforo” donde López tenía el nivel rojo, y se reseñó que el empresario sería “amigo especial” de “Martín”, en alusión a Terra, “quien evidentemente era el responsable del seguimiento ilegal sobre mi persona y círculo íntimo”, indicó el escrito presentado al juez. Con posterioridad, Terra -que siempre buscó desligarse de la trama de espionaje aduciendo que había sido una suerte de “ñoqui” dentro de la AFI sin tareas específicas- recibió por parte de Jorge “Turco” Sáez el listado de llamados a indagatoria que el juez Claudio Bonadio había ordenado en la causa “cuadernos”.
“Todas estas acciones se enmarcaban en una política macro de espionaje y seguimiento. Aquélla estaba diseñada y destinada a afectar la campaña electoral de 2019 en favor del gobierno de ese momento que iba en busca de su reelección. Y, asimismo, silenciar o aniquilar a quienes, como yo, el gobierno dirigido por Mauricio Macri consideraba sus enemigos políticos. Consecuente y tristemente, se valieron de todos los medios del estado a su disposición, como en este caso”, agregó López en el escrito.
Armella, y los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide deberán volver a convocar a Terra a declarar, según solicitó López, para imputarle el específico seguimiento en su contra y el de los detenidos en el IRIC. A Terra no le valió el descargo que hizo en su primera indagatoria: abjuró de Arribas, de su ingreso a la AFI y aseguró que “gracias a Dios no le habían dado participación” en las maniobras ilegales perpetradas. Las pruebas recolectadas indican lo contrario.
Fuente: Ámbito
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