Reflexivo, Lalo Mir se expresó en sus redes sociales tras el femicidio de Úrsula, la joven de 18 años asesinada a puñaladas en la ciudad bonaerense de Rojas por su exnovio, el oficial de la policía bonaerense Matías Ezequiel Martínez. “No somos parte del problema, somos el problema”, dijo categórico.
El locutor comenzó contando que tiene tres hijas y que “creció entre mujeres porque los hombres nunca estaban” y porque “los hombres, los que matan en todo sentido, se mueren primero, estadísticamente”. Y luego subrayó: “Estoy consternado con los femicidios, 48 en lo que va del año, más de uno por día. El femicidio de Úrsula es múltiplemente vergonzoso: por lo anunciado, lo obvio, lo previsible y por la falta de todo lo que no tiene que faltar. Hasta la madre y la hermana habían dado la alarma”.
Entonces, en el 17F, día en el que se realizó una marcha para pedir justicia por la joven, Lalo Mir enfatizó el reclamo popular que se encendió tras la noticia. “Ahí están las mujeres manifestándose, pidiendo justicia a los gritos y los hombres les tiran balas de goma”, dijo en una clara alusión al hecho de que los amigos y amigas de la víctima, quienes fueron a la comisaría de Rojas a manifestarse cuando se conoció el crimen, fueron atacados con balas de goma.
Luego, criticó el hecho de que se difunda más la fotografía de ella que la de Matías Ezequiel Martínez: “Se puede ver la hermosa sonrisa de la muerte hasta el cansancio. Es desgarrador. Pero al asesino le pixelean la cara, a él no podemos verlo”. Y cuestionó: “¿De qué lo protegen? ¿De qué lo protegemos los hombres? Porque está claro que al sistema lo manejamos los hombres”.
El femicidio de Úrsula es múltiplemente vergonzoso: por lo anunciado, lo obvio, lo previsible y por la falta de todo lo que no tiene que faltar.
Indignado, el locutor siguió: “Las madres del dolor; Las madres del paco; Mamá cultiva; Ni una menos; las Madres de Plaza de Mayo; antes, las Abuelas; Trimarco, madre de Marita Verón; la madre de Soledad Morales… Madres, siempre mujeres. ¿Dónde estamos los padres, los hombres? ¿Qué nos pasa? No tengo respuesta, tengo preguntas: ¿Qué sentimos? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo nos podemos involucrar?”.
“Como si las mujeres asesinadas no tuvieran el derecho a amar y ser amadas, como si no tuvieran padre, hermano o hijo que la quieran como vos querés a tu madre, a tu hermana, a tu novia o a tu hija. ¿En qué lugar nos paramos cuando nos tocan a una mujer querida? ¿También nos hacemos los boludos?”, cuestionó.
Así, Lalo Mir apuntó la mirada hacía el círculo de los asesinos, y comenzó por sus amigos: “¿Seguiremos mandándonos memes y chistes estúpidos que denostan a las mujeres?”. Y fue más allá al preguntarles a los hombres qué harían si los llama un amigo y les dice: “me mandé una macana” porque “esa es la frase recurrente de los femicidas denunciados, anunciados, reanunciados y protegidos”. “¿Una macana? Como si fuera la travesura de un pendejo…”.
Mir insistió en que los hombres se involucren para que se pueda terminar con los femicidios y recordó el tiempo en el que se veía a las mujeres “solo máquinas de parir”. “¿Lo siguen siendo? Yo creí que habíamos llegado a un punto más evolucionado, pero parece que no. Si no damos ese paso los varones, el asunto no tiene ni tendrá solución porque no somos parte del problema, somos el problema”.
Finalmente, se despidió con una promesa: “seguir pensando y actuando”. Y terminó: “Los invito a formar parte de esta avanzada que solo lucha por un poco más de amor y de humanidad. Siempre es posible. Lástima tanto dolor y necedad. A seguir participando”.
Fuente: La Nación
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