En general, cuando consumimos un producto 0% azúcares lo hacemos con el objetivo de comer sano, ya sea por la salud o cuestiones estéticas. Incluso, la mayoría de las veces estos productos cuestan más caro que las versiones tradicionales, pero prometen ser mucho mejores.
Sin embargo, no siempre esto es una realidad. Los alimentos 0% azúcar se definen como aquellos que contienen menos de 0,5 gramos de azúcar por cada 100 gramos (o por cada 100 mililitros en el caso de líquidos) es decir, que no es cierto que estén libres de azúcares al 100%. El control sí está en la cantidad de azúcar que contienen, pero no en los demás nutrientes como las grasas, proteínas, sodio, etc.
Esto significa que muchas veces estos productos son reducidos en azúcar, pero pueden contener más cantidad de grasas y sodio, siendo perjudicial para la salud. En la industria se añaden otros ingredientes como edulcorantes, mejoradores de sabor, color, aroma, conservantes, entre otros, con el objetivo de lograr un alimento agradable al paladar, lo cual no implica que sea más saludable.
Si bien, no quiere decir que consumir un alimento 0% azúcar esté mal, la realidad es que si los elegimos igualmente debemos controlar las porciones. Si estamos cuidando nuestra alimentación para bajar de peso, se debe hacer un control en el total de calorías diarias consumidas y gastadas por el ejercicio, lo cual incluye a todos los alimentos ingeridos. Se contabilizan tanto los “azucares” o hidratos de carbono, como las proteínas y las grasas. Esto significa que, quizás un alimento sea bajo en azúcar, pero alto en grasas, por lo cual aporta muchas calorías igualmente.
Algunos aspectos importantes para tener en cuenta:
–Los alimentos ‘light’ se pueden incluir en una dieta equilibrada pero no deben ser la base en la que se sustente la misma.
–En el caso de usar alimentos ‘light’ se debe controlar la porción adecuada a cada persona, y no nos debemos confiar y abusar del mismo.
–En la elección de un alimento ‘light’ en la dieta hay que valorar que los nutrientes que contenga tengan propiedades adecuadas: bajo contenido calórico, adecuado perfil de grasas (predominio de grasas mono o poliinsaturadas), y de hidratos de carbono (hidratos de carbono complejos, no azúcares), reducido en sodio.
–El uso de bebidas light, como jugos o gaseosas, deben realizarse con moderación y vigilando la cantidad de azúcares y del contenido calórico de las mismas. En ningún caso deben sustituir al agua como base de la hidratación.
Lic. Romina Krauss- Nutricionista
M.P. n° 147
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