Los manifestantes anticuarentena no estaban respetando las reglas de seguridad exigidas por el gobierno. Alemania, como muchos países europeos, se enfrenta desde hace semanas a un aumento de los contagios.
La policía berlinesa interrumpió la manifestación de unos 18.000 opositores a las mascarillas y a las restricciones impuestas contra la pandemia de Covid-19 porque no se estaban respetando las reglas de seguridad exigidas por el gobierno.
Los manifestantes «incumplieron la distancia mínima (de seguridad entre personas) pese a las reiteradas demandas» de las fuerzas del orden, informó la policía, que justificó que «no hay otra posibilidad que disolver la manifestación».
La protesta anticuarentena fue interrumpida poco después de su inicio, en la mítica puerta de Brandemburgo.
Tras el anuncio de la policía, muchos manifestantes se quedaron en el lugar, sentados en el suelo en medio de la calzada, y gritaban «resistencia» o «somos el pueblo», una consigna usada por la extrema derecha, mientras otros entonaban el himno nacional.
«Pensadores libres», activistas antivacunas, partidarios de la teoría de la conspiración y simpatizantes de extrema derecha se dieron cita en esta protesta, bautizada como «fiesta de la libertad y de la paz».
Una manifestación similar reunió el 1 de agosto a unas 20.000 personas en Berlín, la mayoría cercanas a la extrema derecha. En aquel caso también fue dispersada por la policía por las mismas razones.
«Estamos aquí para decir: ¡hay que tener cuidado! Con crisis de coronavirus o sin ella, hay que defender nuestras libertades», dijo a la AFP Christina Holz, una estudiante de 22 años, que llevaba una camiseta en la que reclama la liberación de Julien Assange, el fundador de Wikileaks, detenido en Reino Unido.
El ayuntamiento de la capital alemana prohibió inicialmente la manifestación de este sábado por «razones de salud pública»: la imposibilidad de respetar la distancia de al menos 1,5 metros entre los manifestantes.
Pero el tribunal administrativo dio la razón a los organizadores al dictaminar que «la existencia de un peligro inmediato para la seguridad pública» no era un motivo válido, aunque puso condiciones.
Esta protesta se llevó a cabo en un contexto de creciente malestar entre la opinión pública alemana por las restricciones decretadas contra la pandemia, pese a que no han sido tan draconianas como en España o Italia, países mucho más golpeados por el Covid-19.
Alemania, como muchos países europeos, se enfrenta desde hace semanas a un aumento de los contagios, con una media de alrededor de 1.500 nuevos casos declarados a diario. El sábado, el instituto de vigilancia RKI informó de 1.479 nuevos contagios en 24 horas.
La canciller Angela Merkel dijo el viernes que prevé una evolución de la pandemia «aún más difícil» en los próximos meses.
Este deterioro en los últimos días, en parte atribuido a la vuelta de las vacaciones, ha llevado a las autoridades a adoptar nuevas medidas restrictivas, como la limitación de las reuniones privadas o la imposición de multas a aquellos que no lleven puesta la mascarilla en los lugares donde es obligatoria.
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