Ester Roa contrajo el coronavirus, no encontró cama para internarse y tuvo que permanecer en su casa mientras la monitoreaban por teléfono.
Ester Roa vive en la localidad rionegrina de Fernández Oro, muy cerca de Cipolletti, y tiene 85 años: siendo persona de riesgo por su edad, se cuidó pero igual terminó contagiándose de coronavirus. Podía esperarse lo peor…
Sin embargo, Ester recibió el alta este viernes: logró vencer al COVID-19. Pero no todo fue color de rosa, porque una vez diagnosticada no encontró cama en un hospital de Río Negro y por eso tuvo que hacer la internación en su propia casa, en soledad.
Según informa el diario La Mañana de Neuquén, los médicos la monitoreaban por teléfono luego de que, al no hallar lugar en nosocomios de la zona, le pidiera a su hija volver a casa: «Si me tengo que morir, que sea en mi casa”, dijo Ester.
Y este viernes, finalmente, pudo salir, alzando un cartel que, lacónica y contundentemente, expresaba su sensación: «Gracias a Dios vencí al COVID-19». Orgullosa, agradecida a la vida. Y expresó a sus vecinos: «Hagan caso a los médicos, al intendente, cuídense».
Su familia y vecinos también celebraron el acontecimiento: llenaron la casa de globos y la esperaron en la calle a los bocinazos. Hasta el Municipio se hizo eco de la buena noticia.
Fuente: Minuto Uno
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