El presente artículo tienen por finalidad analizar en forma breve el impacto de la pandemia del Covid-19, en el cambio climático global, y en especial respecto del objetivo 13 de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de acción por el clima, dado que el mismo tiene por finalidad adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático, para lo cual se analizaran distintos artículos e informes intentando elaborar una conclusión objetiva al respecto.
En diciembre del 2019 aparece el Covid-19, como un disparador que nos obliga a ponderar e incluso repensar algunos de los desafíos que subyacen en el funcionamiento de la economía actual y nuestras sociedades, donde convergen los planteos y cuestionamientos referidos a la economía, el funcionamiento de las instituciones políticas e incluso los alineamientos geopolíticos que se reorganizan.
La actual pandemia viene a recordarnos el vínculo sensible entre la salud humana y la naturaleza, y la importancia de mantener el equilibrio de los ecosistemas para evitar situaciones de emergencia como la del presente. La conducta humana está llevando a una perdida severa de la biodiversidad, cambiando la interacción animal -humano y distorsionando los procesos del ecosistema que regulan la salud planetaria y controlan muchos servicios de los que dependemos.
Las personas viven las consecuencias del cambio climático, que incluyen cambios en los patrones climáticos, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos más extremos, mientras tanto las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por las actividades humanas hacen que esta amenaza aumente.
A continuación gráfico con la síntesis de los impactos del Covid-19 en los ODS:
Descripción
La pandemia ha impactado sin duda el ambiente, pero ¿cuánto es de positiva para el cambio climático?
Los datos son contundentes: según los registros más recientes la pandemia del coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia, la actividad aeronáutica se redujo y el tránsito terrestre también, además el consumo de energía, el comercio y la actividad industrial se han reducido notablemente en el mundo por lo menos hasta junio de este año.
La NASA ha detectado una disminución de gases contaminantes en la atmosfera, los sismólogos han notado que la tierra ha vibrado menos, pero esta situación general no termina de ser alentadoras dado que está directamente relacionada a los efectos temporales de la pandemia, varios informes indican que estamos viviendo una caída sin precedentes en la emisión de CO2. En este sentido la Directora Ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente y Secretaria General adjunta de la ONU, manifestó que los impactos relacionados a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero se deben directamente a la crisis económica que el mundo vivió durante la pandemia.*
La Agencia de Energía Internacional (EIA) estima que en el 2020 el mundo usara un 6% menos de energía, la caída global del carbón será de un 8%, disminuyéndose entre un 4 % y 8% de las emisiones para este año, lo que representa entre 2.000 y 3.000 millones de toneladas menos de gas en la atmósfera. Uno de los sectores de mayor impacto en la disminución de emisiones de CO2 ha sido el transporte, tanto terrestre como el aéreo, siendo el primero es más significativo **
En los últimos 100 años varias crisis han significado una disminución de las emisiones de CO2 derivadas del petróleo, gas y carbón, como lo fue la gripe española, la gran depresión y el fin de la segunda guerra mundial, pero la caída más importante sin duda la ha causado el coronavirus en pocos meses.
Otro de los gases como el dióxido de nitrógeno ha detectado caídas entre el 20 % y 30% en algunas regiones como en Italia, China y Estados Unidos, este es emitido por motores de vehículos, plantas de energía y complejos industriales. En este marco los precios del petróleo se han desplomado causando también un impacto importante.
Mientras tanto tímidamente se ven algunas iniciativas a favor del ambiente en el marco del coronavirus como en París con la habilitación del ciclo vías y el plan para reducir el uso de autos y priorizar a peatones y ciclistas en Milán.
Sin embargo el panorama es complejo, dado que las grandes potencias como China y Estados Unidos, han visto como la pandemia destruye su economía y están desesperadas por volver a los niveles de producción anteriores al virus, o sea recurriendo a los confiables combustibles fósiles. Encontrándose en el dilema entre rescate a las empresas o industrias contaminantes y usar ese rescate para imponer reformas con enfoque ambiental o dejar que vuelvan al uso intensivo del carbono como medida más rápida. En este marco y ante el descrédito del calentamiento global Donald Trump ha decidido ayudar a las compañías petroleras.
Por otro lado China aprobó en marzo pasado la operación de plantas impulsadas por carbón en una cantidad mayor que el año pasado según el centro de investigaciones ambientales Global Energy Monitor (GEM), y además invertirá en construcción de infraestructuras carboneras en varios países en vías de desarrollo, dando señales claras de la decisión de impulsar sus industrias luego de la caída producida por la pandemia.
Lo cierto es que para lograr una reducción notable en las cantidades de CO2 en la atmosfera, se debiera logar una disminución sostenida del 10% a nivel global en el uso de combustibles fósiles durante un año según el Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de San Diego. La NASA advierte que la disminución en las emisiones de gases como el CO2 necesitaría ocurrir durante un periodo de tiempo largo y sostenido para que pueda tener un impacto medible en el clima.
Ahora bien si el mundo ha visto un futuro sombrío con la aparición del Covid 19 los efectos de un calentamiento global de 3-4 °C a fines de siglo nos presentan un nivel de incertidumbre completamente diferente, incluso en términos de salud.
La acción temprana dentro de una agenda de trabajo a largo plazo, para abordar el cambio climático, evitar la destrucción y fragmentación de hábitats, revertir la pérdida de biodiversidad, reducir la contaminación y mejorar la gestión de desechos, será fundamental para una recuperación transformadora y ecológica.
Toman vital importancia los programas de apoyo económico y paquetes de estimulo fiscal para la recuperar el camino hacia el desarrollo sostenible con la reconversión de industrias, la creación de empleos verdes y el acceso a la tecnología limpia.
En este marco el Covid se presenta como una nueva oportunidad de cambiar el rumbo de las economías y los procesos industriales, en un informe del Instituto para la Economía del Clima (I4CE) claramente establece que los paquetes de financiación para la inversión pública y privada son el camino para la recuperación económica post pandemia.***
Para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otras organizaciones, los paquetes de estímulos fiscales a gran escala son una oportunidad para colocar a las economías y sociedades en un camino mas resiliente en línea con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible», según Ligia Noronha, director de la División de Economía de PNUMA.
Según el informe sobre las Brechas de Emisiones 2019 del PNUMA, se debe reducir las emisiones globales en un porcentaje de 7,6% cada año durante esta década si queremos limitar el aumento de temperatura a 1,5° C para fines de siglo, esto significa que todos los países del mundo quintupliquen la ambición de sus compromisos climáticos mediante claros compromisos, políticas y acciones.
La Agenda 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el acuerdo de Paris sobre el Cambio Climático siguen siendo nuestra mayor oportunidad para lograr un futuro mejor. Seguramente y de haber avanzado más rápido en estos procesos, el mundo hubiera estado mejor equipado para hacer frente a la COVID 19, con sistemas de salud más fuertes, menos personas en situación de pobreza, menor desigualdad de género, un medio ambiente más saludable y sociedades mas resilientes.
Respecto al liderazgo climático, el Reino Unido será el anfitrión de la COP26 asociado con Italia, y presidirá la Conferencia, mientras que Italia llevara adelante el evento previo (Pre-COP) encuentro para jóvenes en reconocimiento del impacto que el cambio climático tendrá en ellos. Además como presidencia entrante el Reino Unido trabajara con Chile, los actuales Presidentes de la COP.
En este marco buscaran asegurar que los países desarrollados cumplan con el compromiso de movilizar US$ 100.000 millones anuales de financiamiento climático para países en desarrollo y respaldar la definición de una nueva meta de financiamiento para los próximos años. Realizaran esfuerzos para desbloquear acciones del sector de servicios financieros, instituciones financieras internacionales, bancos centrales, reguladores y ministerios de finanzas; se hará un llamado a que las instituciones financieras asuman compromisos concretos para cambiar sus inversiones alejándolas de sectores intensivos en carbono y canalizándolas hacia actividades alinearlas con el cumplimiento de las metas del A P.
En abril de este año se tomo la decisión de posponer la COP26 hasta el 2021sin fecha establecida) para que pueda celebrarse en persona atento la importancia de la misma.
Conclusiones
Finalmente, el contexto actual planteado por el Covid 19 deja en evidencia la crisis sistémica que atravesamos, en términos climáticos, ambientales, productivos, de consumo, de cuestiones económicas macro estructurales, laborales, sociales, entre otras.
Esto puede ser una oportunidad para que distintos actores y sectores reflexionen sobre el rol que tienen en el proceso de transformación del sistema hacia un desarrollo bajo en carbono. La recuperación de la economía post pandemia no debería darse bajo los mismos términos de producción y consumo de las últimas décadas, sino girar hacia un cambio sistémico que propicie sociedades más equitativa y resilientes.
El Covid 19 al contrario de lo que parecería, no representa algo prometedor para el medio ambiente, sino mas bien proporciona un impulso para plantearnos nuestra relación con la naturaleza y construir un mundo con mayores oportunidades para todos.
En este marco se espera que los gobiernos reaccionen a la altura de las circunstancias y respondan con decisiones políticas superadoras e inversiones adecuadas, y que claramente también estén dirigidas a la reducción de la contaminación del aire y la emergencia climática.
Mientras tanto desde el atril de la ONU Inger Andersen proclama: «Cualquier impacto ambiental positivo que surja de esta aborrecible pandemia debe ser un cambio en nuestros hábitos de producción y consumo hacia un ambiente más limpio y ecológico».
¿Lo lograremos?…
(*) Por: Dra. Silvia Elizabeth Kloster
Abogada. Postgrado en Derecho Ambiental. Diplomatura en Economía del Cambio Climático
* Inger Andersen: «Los impactos positivos visibles, ya sea la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, no son más que temporales, ya que se deben a la trágica desaceleración económica y al sufrimiento humano». Directora Ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente y Secretaria General Adjunta de la ONU.
**Inger Andersen: “Si bien las reducciones relativas en el transporte terrestre son menores que las del transporte aéreo, las reducciones absolutas del terrestre son mucho más significativas». Directora Ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente y Secretaria General Adjunta de la ONU.
*** Ian Cochran, director del Programa para Instituciones Financieras de I4CE, dice «I4CE está convencido de que la acción climática no es un obstáculo para la recuperación de la crisis, sino una respuesta efectiva a la demanda de resiliencia que probablemente surgirá en Europa».
Fuentes consultadas
CEPAL, Informe sobre «La emergencia del cambio climático en América Latina, 2020».
Juan Rodrigo Walsh, «Desarrollo sustentable, ambiente y los desafíos socioeconómicos para el Mundo y la Argentina, en los tiempos posteriores a la pandemia del Coronavirus», Revista Electrónica del Departamento de Derecho Económico y Empresarial, Universidad de Buenos Aires, Año III Numero 1 abril 2020.
IPCC, Informe especial sobre «Cambio Climático y la Tierra, Que significa para América Latina?» CDKN , marzo 2020.
ONU, Informe sobre «La pandemia del Covid- 19 no debe poner en pausa la acción climática, abril 2020.
Articulo BBC News Mundo sobre «Coronavirus y cambio climático: por qué la pandemia no es realmente tan buena para el medio ambiente», Carlos Serrano, mayo 2020.
Informe de «Cambio Climático 2020, donde estamos y hacia donde seguimos», Sustentabilidad sin Fronteras.
PNUMA, Informe sobre «Sobre la brecha de emisiones 2019» noviembre 2019.
PNUMA, Informe «Trabajar con el medio ambiente para proteger a las personas» respuestas del PNUMA a la Covid 19.
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