Después de 17 días sin nuevos contagios, Misiones sumó dos nuevos casos positivos de coronavirus: un camionero sanvicentino que contrajo la enfermedad cumpliendo su labor en San Pablo y su mujer. Paradójicamente los nuevos positivos se confirmaron el mismo día que los médicos del Hospital de Posadas daban de alta al primero de los infectados en la provincia. Con solo cinco casos registrados en un lapso de 22 días del primero al último, Misiones sigue estando entre las provincias con menor incidencia de la enfermedad a pesar de que debe lidiar con el riesgo extra que implica su extensa frontera con Brasil, el país que registra mayor cantidad de casos en toda Sudamérica.
Tras conocerse la noticia, se repitieron en San Vicente conductas de histeria colectiva, las redes sociales volvieron a llenarse de comentarios que aseguraban haber visto a los más recientes contagiados violando la cuarentena de manera flagrante. Lo mismo había ocurrido en Posadas cuando se confirmó el primer caso y luego en Puerto Iguazú cuando se conocieron los dos siguientes.
El tiempo se ocupó de poner algunas cosas en su lugar. Pasado más de un mes del regreso de Europa del primer caso confirmado en la capital provincial, sigue siendo el único caso positivo en esa ciudad, lo que demuestra que el hombre cumplió responsablemente su cuarentena y que mucha gente que dijo verlo recorriendo supermercados mintió descaradamente. Algo parecido puede decirse del caso del boletero de Rio Uruguay en Puerto Iguazú, ciudad que no registra nuevos casos desde hace 18 días.
Pero más allá del rigor con el que el camionero haya cumplido la cuarentena una vez que volvió a San Vicente, hacer la trazabilidad de contactos en su caso es más difícil que en los anteriores, lo que ameritó un operativo sin precedentes de los ministerios de Salud y de Gobierno para localizar inmediatamente a los compañeros de ruta del chofer que se encuentra internado en grave estado en el Samic de Oberá.
Lo más probable es que se haya contagiado en el principal mercado de frutas y hortalizas de San Pablo, lugar al que concurrió a inicios de abril y que días más tarde fue identificado por las autoridades sanitarias del vecino país como uno de los mayores puntos de contagio en esa ciudad, la más grande de Sudamérica. Solamente en ese lugar se sabe que tomó contacto con otros ocho transportistas que hacían la misma ruta San Pablo – Buenos Aires. Entre ellos hay un misionero con quien el sanvicentino compartió paradas en el camino.
La Policía logró localizarlo esta madrugada en un parador de Entre Rios y ya le informaron que lo esperan en los límites de la provincia para aislarlo completamente. En San Vicente ya pusieron en aislamiento y se practicarán análisis a todos los compañeros de trabajo que tomaron contacto con el camionero infectado, según confirmó el intendente de esa localidad, Fabián Rodríguez.
De vuelta al pago
Conforme se extiende la cuarentena en Argentina –que cumplió el mes más largo del que tenga registro la historia de la humanidad- se hace cada vez más imperioso resolver algunas situaciones insostenibles que se generaron a partir del confinamiento obligatorio.
El desafío para los estados en este punto pasa por hallar soluciones que no impliquen un incremento del riesgo de contagio. Encontrar los mecanismos para hacer efectivo el paradigma de cuarentena administrada que enunció el presidente Alberto Fernández cuando extendió el confinamiento.
El regreso de aquellos que fueron sorprendidos por la cuarentena en puntos del país lejanos a sus lugares de residencia es sin dudas uno de los puntos más urgentes a resolver, en tanto muchos de ellos no tienen medios materiales para continuar aislados lejos de sus casas.
Como en otras decisiones que hubo que tomar desde que irrumpió el coronavirus, Misiones marcó el camino. Fue la primera en suspender las clases, una de las primeras en establecer la obligatoriedad del uso de barbijos y también se anticipó al resto al elaborar un protocolo y arbitrar los medios para repatriar a sus habitantes. Gracias a ello hoy sábado llegó a Posadas el primer contingente de misioneros varados en Buenos Aires.
El mismo día que llegaban los primeros misioneros, la Nación habilitaba la posibilidad de solicitar permisos especiales para quienes se hayan quedado varados en provincias distintas a las que residen, puedan volver por vía terrestre en sus vehículos particulares. En su primer día de funcionamiento, el sistema recibió 20 mil solicitudes en pocas horas y dejó de operar por haberse cumplido el cupo. Ahora el Gobierno nacional analizará cómo seguir en los próximos días.
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Oferta sobria
Argentina finalmente presentó una oferta concreta de reestructuración de deuda externa bajo jurisdicción extranjera. Los términos de la propuesta presentada por el ministro de Economía Martín Guzmán no fueron tan agresivos como podría haberse anticipado tomando en cuenta las declaraciones públicas que venían formulando tanto el presidente como el propio Guzmán.
Argentina propuso un canje de bonos que implicará una reducción de alrededor de 62% de los intereses y una mucho menor del capital de la deuda, de 5,4% y un período de gracia de tres años. Claramente el Gobierno no plantea un “paga Dios” pero tampoco un Megacanje. No busca patear el tablero y desentenderse de los compromisos asumidos por anteriores gestiones, pero tampoco está dispuesto a otorgar beneficios insostenibles a los acreedores a cambio de que se le reabra la posibilidad de volver a tomar crédito.
Tomando en cuenta la situación particular de una Argentina quebrada y el contexto mundial de crisis por la pandemia, los términos presentados por el Gobierno argentino fueron leídos como una propuesta mesurada, lo que provocó una suba de dos dígitos en la cotización de todos los bonos argentinos que cotizan en dólares y una baja de 12% del riesgo país.
Ello no implica sin embargo que una mayoría significativa de los tenedores de bonos estén dispuestos a aceptar la propuesta, de hecho ya dejaron entrever a través de analistas económicos que operan como lobbystas de los grandes fondos de inversión, que no lo harían a menos que el Gobierno la mejore la oferta. Después de todo, en la ley del regateo nunca se acepta la primera oferta.
La novedad que aporta la presentación formal de una oferta por parte de Argentina es que queda establecida una base concreta sobre la cual se podrá avanzar en las negociaciones. La duda en todo caso pasa por saber cuánto más estaría dispuesto a ceder el Gobierno respecto de su postura inicial y cuáles serán las exigencias de los bonistas.
Un punto que seguramente pondrán sobre la mesa los acreedores es la posibilidad de que Argentina agregue a su oferta un pago inicial para quienes acepten el canje de bonos. El objetivo de los inversores es salir de la mesa de negociación con algo de dinero asegurado en el corto plazo, no solo con una promesa de pago dudoso cumplimiento.
Anticipándose a esa jugada, Guzmán se ocupó de remarcar durante la conferencia en la que presentó la propuesta, que “hoy Argentina no puede pagar nada” y que esa imposibilidad se extenderá durante al menos tres años, de allí el período de gracia incluido en la propuesta.
A esta altura de los acontecimientos está claro que los inversores que compraron bonos argentinos durante la administración de Mauricio Macri no supieron analizar el riesgo que implicaba prestarle dinero a un país deficitario que se estaba endeudando de una manera muy acelerada y a plazos de pago muy cortos. Ese error técnico tiene un costo económico cuya cuantificación es el núcleo del debate de la reestructuración de la deuda.
Todo indica que el camino de la renegociación será largo y no está muy claro como incidirá el desarrollo de una crisis global que pone un manto de dudas en la capacidad de pago de las deudas soberanas de un conjunto cada vez más grande de países.
Misiones reclama 3.300 millones
Para ganar apoyo a la propuesta Argentina para la renegociación de su deuda, el presidente Alberto Fernández convocó a todos los gobernadores a una reunión que se realizó en Olivos justo antes del anuncio de la oferta a los bonistas. La convocatoria a una reunión presencial en tiempos de confinamiento obligatorio no estuvo exenta de polémica y algunos mandatarios provinciales como el cordobés Juan Schiaretti pegaron el faltazo aduciendo riesgo sanitario. Los demás debieron someterse a cuarentena una vez que regresaron a sus provincias.
Ajeno a las polémicas, el gobernador misionero Oscar Herrera Ahuad mantuvo una reunión en privado con Fernández en la que le reiteró el respaldo de Misiones a las gestiones nacionales para reestructurar la deuda. Pero también le dejó en claro que su prioridad pasa por la defensa de los intereses de Misiones y aprovechó la oportunidad para reclamarle al presidente el pago de una serie de deudas que Nación mantiene con la Provincia y que ascienden a la nada despreciable suma de 3.300 millones de pesos.
Dentro de esa cifra hay 2.800 millones correspondientes a obras, la mayoría de vivienda, que ya fueron certificadas. Toda la documentación fue remitida a Nación que la recibió sin objeciones, pero los desembolsos no llegaron nunca. Misiones reclamó en varias oportunidades, hasta ahora sin más respuestas que promesas de pronto pago y pedidos de paciencia. Para la administración provincial el tema resulta prioritario porque de esos pagos depende en gran medida la posibilidad de reactivar la rueda de la obra pública, rubro fundamental para pensar en la rápida recuperación de la economía que será necesaria ni bien se reduzca el riesgo sanitario que implica el coronavirus.
Herrera Ahuad también reclamó 120 millones de pesos de garantía salarial docente que la Provincia ya adelantó a los trabajadores de la educación con fondos propios. La mayor parte de la deuda corresponde al segundo semestre del año pasado, cuando la gestión de Cambiemos literalmente les cerró el grifo a las provincias.
Otros 380 millones de la suma que reclamará el gobernador corresponde a dinero que la Anses debería remitir a la caja previsional de Misiones. En este caso la suma final dependerá de cómo la Nación calcule el déficit de la caja previsional provincial.
El orden fiscal que sostiene la Provincia le permitió hasta ahora cumplir con sus compromisos a pesar de los incumplimientos de Nación, sin embargo la situación se vuelve más ajustada conforme la cuarentena desinfla la recaudación propia y fundamentalmente, los envíos de coparticipación.
Al respecto, el titular del área de Hacienda de Misiones, Adolfo Safrán, advirtió que la coparticipación no se había resentido tanto durante marzo, pero en la última semana mostró una caída de 30%. Señaló que la recaudación propia también está retrocediendo, aunque en menor medida, gracias a que en la economía provincial hay mayor incidencia de rubros exceptuados, especialmente la producción de alimentos.
Una hermandad que rindió frutos
En los últimos 15 años Misiones viene llevando adelante una política de Estado que consiste en tejer relaciones estrechas con gobiernos subnacionales de distintos países del mundo cuyas características presenten complementariedades con Misiones. Ello abrió puertas para que los empresarios misioneros pudieran buscar mercados para su producción, favoreció la llegada de inversiones y permitió varias formas de intercambio cultural, de conocimiento y de tecnología.
En el contexto actual una de esas alianzas resultó de enorme utilidad: hace 15 años, el entonces gobernador Carlos Rovira firmaba un convenio de hermanamiento con la provincia China de Fujian.
Gracias a ese convenio Misiones viene recibiendo información privilegiada y tecnología para el combate contra el coronavirus desde el país que convive hace más tiempo con esa enfermedad y que logró dominarla. Esa relación iniciada en 2005 permitió además que esta semana Misiones recibiera la donación de 5.000 barbijos de primera calidad y otros 10 mil descartables, totalizando una suma cercana a los 10 millones de pesos en elementos de seguridad.
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