Las alarmas estaban encendidas en todo el mundo por el avance del coronavirus . En este contexto inédito, son varios los países que detuvieron la actividad deportiva, o las realizan a puertas cerradas, para evitar una concurrencia masiva de público. Entre esas cancelaciones aparecen varias competencias preolímpicas.
Como si hubiera estado ajeno a lo que ocurría en el resto del planeta, el COI siguió adelante con los preparativos de Tokio 2020 : afirmó que no había un plan B y aseguró que los Juegos Olímpicos se harían en tiempo y forma. Incluso a pesar de las masivas voces en contra en distintos países y organizaciones de todo el mundo y pese a que uno de los infectados es Kozo Tashima, vicepresidente del Comité Olímpico Japonés.
Hasta hoy. Cuando el primer ministro japonés, Shinzo Abe (el mismo que hace dos semanas desestimó cualquier tipo de postergación), comunicó que hay acuerdo con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, para posponer por un año la cita, inicialmente programada para comenzar el 24 de julio y finalizar el 9 de agosto. Aunque sea en 2021, oficialmente se llamarán Tokio 2020 y serán los Juegos de la XXXII Olimpiada .
En los últimos días, los mensajes que enviaban desde el COI iban a contramano del sentido común y de las noticias que se ven a diario desde hace al menos un mes en todo el mundo. El 10 de marzo la cuenta oficial de Twitter de Tokio 2020 anunció con un simpático video que las mascotas Miraitowa y Someity habían llegado a Paris. Y con una presencia muy limitada de público, el 12 de marzo se encendió la llama olímpica en la ciudad de Olimpia , el escenario donde se realizaron los primeros Juegos de la Antigüedad en el año 776 A.C. En ese contexto , el jueves pasado se realizó en Grecia la tradicional ceremonia de traspaso de la llama olímpica a los organizadores de los Juegos Olímpicos , en un escenario desolador: un estadio Panathinaiko de Atenas vacío de público . Incluso, la marcha de la antorcha no se detuvo y llegó a Japón .
Esta situación no es nueva para Tokio , que ya conoce lo frustrante que significa suspender un Juego Olímpico por factores externos . Hace 80 años hubiera sido sede de la cita de 1940. Pero el estallido de la segunda guerra sino-japonesa en 1937 alteró todos los planes. Recién pudo ser olímpica en 1964 .
La postergación de la cita en la capital nipona puede ser muy compleja para las finanzas del COI y del propio país: casi el 75 por ciento de los 5.700.000.000 de dólares de ingresos que recibe el Comité Olímpico en el ciclo olímpico (cuatro años) que va de un Juego a otro dependen precisamente de la realización de los Juegos, que son televisados en directo a todo el planeta a cambio de miles de millones de dólares por los derechos de transmisión (el principal ingreso del COI proviene de la cadena estadounidense NBC). Al mismo tiempo, Tokio invirtió 12.600 millones de dólares en lo que serían los segundos Juegos de su historia. Si la postergación complica, y por eso se retrasó tanto este anuncio, una hipotética cancelación derivaría en consecuencias económicas inimaginables.
Solo tres suspensiones en 15 siglos
Hasta el momento fueron apenas tres las ocasiones en las que se suspendieron los Juegos Olímpicos . El 27 de mayo de 1912, en la 14ª Sesión del Comité Olímpico Internacional realizada en Estocolmo, Suecia, Berlín fue elegida como la sede de 1916 . En la designación, la capital germana dejó atrás a Alejandría, Ámsterdam, Bruselas, Budapest y Cleveland.
Con gran entusiasmo, en agosto de ese mismo año se iniciaron los trabajos del estadio olímpico (Deutsches Stadion), con una capacidad para 18.000 espectadores. El orgullo era tal que el 8 de junio de 1913 asistieron 60.000 germanos a la inauguración de la obra. También se presentó en sociedad el poster. Como si fuera poco, y en lo que podría considerarse la prehistoria de los Juegos Olímpicos de Invierno, estaba prevista una semana invernal en la cual se realizarían eventos deportivos de patín (en velocidad y artístico), hockey sobre hielo y esquí nórdico.
Sin embargo, el 28 de julio de 1914 comenzó la Gran Guerra (tal como se conoció a la Primera Guerra Mundial ), la llama olímpica nunca llegó a encenderse y todas las expectativas se apagaron. Apenas 20 años después de su restauración, los Juegos Olímpicos se cancelaban por primera vez en más de 14 siglos (los griegos vivieron en la antigüedad en constantes batallas, pero siempre respetaron el período de Tregua Olímpica ).
Como los Juegos coronan cada Olimpíada, el número romano con el que se enumera cada edición continuó adelante . Los Juegos de la VI Olimpíada fueron suspendidos y en Amberes 1920 se realizaron los Juegos de la VII Olimpíada. Berlín, en tanto, debió esperar hasta 1936 para organizar sus Juegos.
Precisamente luego de la cita olímpica en la Alemania Nazi de Adolf Hitler, en la que en plena propaganda de supremacía aria brilló el afroamericano Jesse Owens y ganó cuatro medallas doradas, un nuevo gran conflicto bélico detuvo la acción de los Juegos por 12 años: la Segunda Guerra Mundial.
Los Olímpicos de 1940 iban a realizarse en Tokio (venció a Helsinki por 36 votos a 27). El judo y el beisbol serían los deportes de exhibición. Todo estaba organizado y las competencias se realizarían entre el 21 de septiembre y el 6 de octubre. Estaba planeado usar como estadio olímpico el Meiji Jingu Gaien, sede de los Juegos del Lejano Oriente de 1930. Y a sus alrededores, las competencias de natación. Sobre esas tierras hoy se erige el Estadio Olímpico de Tokio. Sin embargo, el estallido de la segunda guerra sino-japonesa en 1937 obligó a que Japón renunciara a la organización.
Ante ese contratiempo, el Comité Olímpico Internacional eligió como sede alternativa a Helsinki , capital de Finlandia, que anticipó el calendario original: del 20 de julio y el 4 de agosto. El Estadio Olímpico de Helsinki, inaugurado en 1938, sería el centro de las actividades atléticas. Y en tierras finlandesas aparecería el vuelo sin motor como disciplina olímpica. Para llegar en tiempo y forma, el Gobierno finés otorgó un crédito extraordinario de 200 millones de marcos finlandeses, mientras que el Ayuntamiento de Helsinki aportó otros 100 millones. Incluso, a comienzos de 1939 ya habían confirmado 60 naciones. Todo avanzaba hasta que el estallido de la Segunda Guerra Mundial derivó en la suspensión definitiva. Años más tarde, Helsinki hospedó los Juegos Olímpicos de 1952.
El conflicto bélico también dejó sin efecto a los Juegos de la VIII Olimpíada, que desde 1939 estaba previsto que los alojara Londres en 1944 (se impuso a las candidaturas de Roma, Detroit, Lausana, Atenas, Budapest, Helsinki y Montreal). Pero a diferencia de Helsinki en la previa de 1940, el Reino Unido estaba tan involucrado en la Segunda Guerra Mundial que la capital de Inglaterra quitó de su lista de prioridades la organización de esos Juegos. El conflicto estalló en septiembre de 1939, Inglaterra renunció a aquella sede de 1944 y el COI se comprometió a cederles sin votación la organización de la edición de 1948, que sí se llevaron a cabo gracias a que la Guerra ya había finalizado.
Boicot, contraboicot y el efecto McDonald´s
Sin llegar a cancelarse, hubo otros dos Juegos que no se desarrollaron con normalidad. Los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 , oficialmente los de la XXII Olimpiada, se llevaron a cabo en la capital de la Unión Soviética entre el 19 de julio y el 3 de agosto de 1980. En 1974, en la 75º Sesión del Comité Olímpico Internacional, la ciudad venció por 39 votos a 20 a Los Ángeles.
Todo estaba encaminado a una nueva fiesta del deporte. Pero algo modificó los planes. La invasión soviética a Afganistán, ocurrida en diciembre de 1979 provocó la reacción del presidente estadounidense Jimmy Carter. Por diversos motivos, en total fueron 66 los países boicotearon aquellos Juegos. Entre ellos, la Argentina , que tenía un gran seleccionado de básquetbol integrado, entre otros, por Eduardo Cadillac, Miguel Cortijo, Carlos Raffaelli, Carlos Romano y Adolfo Perazzo, que no pudo participar después de una clasificación histórica.
Así reaccionan los atletas alreadedor del mundo al aplazamiento de Tokio 2020.https://t.co/4tlt1Ad1XZ
— #Tokio2020 en Español (@Tokyo2020es) March 24, 2020
Fue la división del mundo olímpico. Y hubo consecuencias tristes: en 1984, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles sufrieron un contraboicot soviético en el que se plegaron 13 países. Aunque fue un número bajo (un cuarto de los que no habían asistido a Moscú), fue muy evidente la ausencia de grandes protagonistas del medallero, como por ejemplo la Unión Soviética y Alemania Federal.
Fuente: La Nación
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