El propietario de la firma Carber de Eldorado, y especialista en Comercio Internacional, sostiene que hay interés concreto de compradores externos por la madera de pino de la provincia, pero los aserraderos esperan que el gobierno nacional adopte medidas urgentes en logística y otras que mejoren la competitividad. “Las industrias están trabajando a un 40% de su capacidad y comenzaron a despedir funcionarios en forma alarmante. La exportación es necesaria para reactivar al sector”, advirtió Carlos Berninger.
“Las intenciones de hacer negocios con Argentina desde el exterior son concretas”, sostuvo el empresario de Eldorado, pero advierte que para lograr avanzar los aserraderos están a la espera de “medidas urgentes que ya fueron planteadas meses atrás al Gobierno Nacional, para acompañar el escenario y para ganar competitividad con una mejor posición como oferentes en la región frente a nuestros competidores de Brasil, Chile y Uruguay”, precisó.
Con un mercado interno deprimido por la inflación y bajo consumos de los productos de base forestal, el “único” camino de reactivación que avizoran en el sector forestal es hacia la exportación. “Es la única alternativa, o exportamos o se comenzará a sentir el cierre de fábricas y despidos en el corto plazo”, expresó con preocupación, ante la información que comparte con sus colegas de la Zona Norte.
En aparente tranquilidad transitan este enero los madereros, pero puertas adentro aseguran que están llamando de todas las industrias con capacidad y calidad para exportar, para sumar productos y hacer volumen, de manera de responder a la consulta de potenciales compradores.
En contacto con ArgentinaForestal.com el especialista analizó el escenario y admitió que “se está tratando de hacer todo lo posible para comenzar a vender la madera de Misiones al exterior”.
Es que la pérdida de competitividad no sólo trae como consecuencias las caídas de las ventas, sino también la disminución de la producción y el despido de empleados. También se pierden los clientes externos, con son un gran capital para las empresas porque sostener la confianza y constancia en los pedidos a través del tiempo tiene un valor agregado para cualquier exportador.
“Luego de mucho insistir, pude convencer a dos importantes clientes del exterior de venir a visitar las industrias de madera misioneras, para que me crean que aún estamos produciendo y tenemos muchas posibilidades de fabricar lo que precisan”, relató Berninger.
“La impresión de los clientes que visitaron los establecimientos fue excelente. La Argentina puede cubrir la demanda con creces con toda la producción que genera, ya que el mercado respecto al volumen que se puede exportar no tiene límites. Los clientes se mostraron muy conformes respecto a las características del pino que se produce, la capacidad de producción de las empresas, el empaquetado, etcétera. Hay nivel para exportar productos de madera, los compradores quedaron muy convencidos de comenzar cuanto antes a trabajar con la Argentina”, asevera el empresario de Eldorado.
Pero los problemas se presentarían a la hora de las cotizaciones, más que nada teniendo en cuenta que lo que estaban buscando son productos de bajo valor agregado (Tablas rusticas o cepilladas), que pueden ser producidas por prácticamente todas las industrias de la zona. “No menos de 50 establecimientos podrían comenzar a exportar inmediatamente estos productos si las condiciones fueran adecuadas”, asevera Beringer.
¿Por qué no se exporta madera?
En forma didáctica, Berninger brindó ejemplos de las trabas que enfrentan los madereros y que no les permite exportar hoy. “Las industrias son competitivas puertas adentro, el problema es la logística y las medidas anti-exportadoras aplicadas por el gobierno nacional, como lo manifestamos ya muchas veces. Hoy una tabla rústica tiene un precio aproximado de U$s 180/m3 FOB Buenos Aires, o por lo menos es el nivel de precio al que pueden vender otros países. Pero cuánto le queda al productor argentino a este costo es lo que hay que entender”, indicó.
Al respecto, si bien consideró que hubo una importante devaluación y el gobierno nacional sostiene que está trabajando en la reducción de costos logísticos, Berninger aseveró que “a casi dos años de formada la Mesa de Competitividad Forestal, los costos siguen siendo prácticamente iguales. Están en los U$ 65/m3 en promedio. Con la vuelta de las retenciones a las exportaciones, hay que sumar otros U$ 15/m3 de costo adicional, ya que las mismas se aplican también sobre la logística, que como vemos representan un 33% del precio FOB del producto. Entonces, tenemos que de un precio FOB de U$ 180/m3, el productor argentino recibe en la fabrica sólo U$ 100/m3. Los otros U$ 80 (45% del valor FOB), son costos debido a la ineficiencia del gobierno a nivel logística y a los impuestos que se aplican a la exportación”, analizó el experto.
En este contexto, “en productos de bajo valor agregado, la ineficiencia del gobierno nacional hace que de cada U$ 100 del precio del producto de exportación, el productor tenga que pagar U$ 45 entre logística e impuestos”, remarcó el exportador.
En comparación con los competidores de la región, con productores de Brasil o Chile, que envían los mismos productos a los mismos mercados, indicó que “tenemos que un fabricante brasilero recibe U$ 160/m3 por el mismo producto, ya que el costo de exportar es de U$ 20/m3, mientras que un productor chileno recibe U$ 170/m3, siendo su costo de U$ 10/m3”.
Competitividad “cero”
En conclusión, del análisis del experto en Comercio Exterior se desprende que por más devaluación que se considere beneficiosa para el sector exportador en general, está claro que sigue siendo “una misión imposible” poder exportar productos de base forestal, cuando los mismos “podrían representar la reactivación inmediata de todas las industrias de la zona, que están trabajando a un 40% de su capacidad y comenzando a despedir funcionarios en forma alarmante”, advirtió.
Para Berninger, la solución debiera ser más simple de lo que parece, imposible: “sin esperar bajar la logística en el corto plazo, es imperante eliminar las retenciones a la exportación para estos productos y restablecer los reintegros que fueron reducidos a la mitad, o incluso mejor, evaluar la propuesta que ya se presentara para la correcta distribución de los mismos de acuerdo al producto a exportar. Esto podría, además de devolver los impuestos indirectos, ayudar a mitigar los costos de logística”.
En su reflexión, el empresario sostuvo que “si no hay exportaciones, no hay recaudación de impuestos tampoco. Los impuestos a las exportaciones de cero, van a ser cero, cuando la incidencia fiscal de quitar las retenciones al sector forestal son mínimas, no llegan al 1% de lo que podría costar el desdoblamiento de las elecciones de la provincia de Buenos Aires, que se está discutiendo con tanto énfasis. Lamentablemente, desde el interior del país lo que se ve es que las prioridades son otras”, concluyó.
Por Patricia Escobar
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