Pariente cercano de “Quien se excusa, se acusa”, este refrán apela a la ironía para pedirle a alguien que está dando demasiadas explicaciones sobre un asunto que la haga corta, porque termina complicando las cosas y generando aún más confusión. Del dicho se hacen merecedores los mentirosos, seriales y esporádicos, y también quienes han metido la pata.
Comentarios