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El vídeo, ampliamente compartido en redes sociales, muestra el momento en que una mujer llega en motocicleta a la estación para cargar nafta. En cuestión de segundos, un niño desciende del vehículo y, con una rapidez sorprendente, sustrae lo que parece ser un celular que se encontraba sobre uno de los mostradores. Lo más alarmante es que, al observar con detenimiento, se puede intuir que la mujer estaba al tanto del acto, esperando a que el menor cometiera el hurto para luego emprender la huida juntos.
Esta evidente complicidad y aparente coordinación entre la mujer y el niño han desatado un aluvión de comentarios y críticas. La imagen del niño, involucrado en un acto delictivo y bajo el amparo de un adulto, posiblemente un pariente, ha generado indignación y un profundo debate sobre la responsabilidad de los adultos y la vulnerabilidad de los menores en contextos de delincuencia.
Diversos sectores de la comunidad han expresado su preocupación sobre el rol de los adultos en la formación y acciones de los menores.
La YPF se ubica en la colectora del Acceso Sur en Garupá.
Autoridades de YPF han confirmado a este medio que el hecho se registró en la estación de servicio ubicada en Garupá. El playero afectado, llamado Sebastián, añadió que el hecho ocurrió este martes 3 de octubre en horas de la siesta.
Se espera que las autoridades actúen de manera decidida no solo en la recuperación del objeto robado, sino en el abordaje de un problema que tiene raíces profundas en la sociedad.
Este hecho, más allá del robo en sí, evidencia la necesidad de una reflexión colectiva sobre el papel de los adultos en la educación y formación de los menores, y sobre cómo abordar y prevenir la delincuencia juvenil en nuestra sociedad. La comunidad demanda respuestas y acciones que vayan al corazón del problema.
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