3809 días después, los expolicías Aldo Gabriel Aníbal Villalba (37) y Luis Albino Rotela (43) fueron condenados a 4 y 2 años de prisión en suspenso, respectivamente, como coautores del delito de abandono de persona en perjuicio de Mirta Carmen Rosa.
Para el fiscal Vladimir Glinka la causa está lejos de cerrarse y pidió iniciar un expediente paralelo trayendo a juicio a tres integrantes de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional X, el subcomisario Emilio Broemser y los sargentos Adrián Roberto Borda y José María Bernal. Todos ellos, declararon como testigos tanto en la instrucción como en el debate que cerró ayer.
El Tribunal Penal Dos, presidido por Gregorio Busse y acompañado por sus pares, César Antonio Yaya y Fernando Luis Verón (subrogante), condenó este miércoles a Villalba y Rotela a 4 y 2 años de prisión y, dictaminó a favor del pedido del Ministerio Público Fiscal.
¿Cuánto vale la vida humana para nosotros?
La última jornada de debate inició pasadas las 9 horas y el primero en alegar fue el Fiscal Glinka, quien alargó su discurso por casi una hora y media, teniendo en cuenta que ya habían pasado más de diez años del hecho.
Para la Fiscalía, Villalba y Rotela no le asignaron un valor a la vida de la docente, quien cabe aclarar, padecía esquizofrenia. “Tenemos que contestar esta pregunta para poder resolver esta causa ¿Cuánto valía la vida de Carmen Rosa?, ¿Qué valor tenía para el imputado Villalba? ¿Y para Rotela? Nunca le asignaron un valor. Si era de apellido Villalba o Rotela, iba a ser otra cosa. Nunca le asignaron un valor a la vida humana, fue discriminatorio. Es momento de responder por la decisión que tomaron”.
Aldo Gabriel Aníbal Villalba (37) llegó a juicio imputado por “abandono de persona seguido de muerte, en concurso ideal por incumplimiento de funcionario público y falsificación ideológica. Por su parte, sobre Luis Albino Rotela (43), pesaba la acusación de “abandono de persona seguido de muerte, en concurso con incumplimiento de funcionario público”.
Glinka explicó que el abandono de persona es un delito doloso, y consiste en abandonar a su suerte a una persona que no puede valerse por sí misma o ponerla en peligro, pero que la muerte de la mujer no les fue imputada a los ahora condenados. El segundo delito imputado es contra la administración pública y el tercero, la falsificación, contra la República.
El fiscal trazó líneas y contó la historia desde su perspectiva, iniciando su relato en la casa de la víctima en el barrio Santa Clara III de Garupá el 14 de febrero de 2013. “El marido se va de la casa cerca del mediodía, ella sale, emocionada porque estaban planeando su aniversario. No era un perro, no se escapó, salió por sus propios medios”.
Según la reconstrucción de los hechos, la docente llegó a una estación de servicio que hoy en día ya no existe, cuyos empleados, quienes declararon en el debate, mencionaron que la mujer llegó con sed y les pidió por favor una coca cola. No estaba sucia, pero si tenía un rumbo incierto.
Luego, ubicaron a la mujer en la casa de los Benítez, aproximadamente a 1700 metros de su domicilio. “Ella estaba en una situación de riesgo, por eso busco ayuda en un desconocido. Consiguió ese resguardo. La dueña de casa hizo todo lo que tenía que hacer. Carmen llegó descalza, cansada y pedía agua. Benítez declaró que cometió el error de llamar a la policía”.
La testigo, quien fue la última persona que tuvo contacto con la mujer antes de que se subiera al móvil policial, llamó al 911 pero no obtuvo respuesta. Su marido tomó su motocicleta y se dirigió directamente hacia la ex comisaría Seccional Quinta.
En esa dependencia trabajaban Villalba y Rotela, el primero oficial y el otro sub. Se subieron al móvil policial, una camioneta Chevrolet S10, y se dirigieron hasta casa de los Benítez, donde estaba la docente. “No hay discusión que ella subió al móvil, que le dieron un cartón para que no ensucie el auto y que ella estaba descalza. Ahí ellos se preguntaron qué hacían con la señora”.
De allí se hizo un repaso de las declaraciones de los uniformados en etapa de instrucción. Villalba el 20 de marzo de 2013, mencionó que dejó a la mujer en su domicilio, pero su declaración no coincidía con la de su camarada. La investigación del hecho estuvo, en principio, en manos de propio oficial que luego sería acusado de abandono de persona.
“Villalba dijo que estuvieron una hora con la señora y Rotela dijo que como mucho fueron 10 minutos. Mencionaron que se metieron por la cancha de Los Potrillos para cortar camino, pero fueron hasta ahí para deshacerse de la señora que estaba sucia y medio loca”.
“Los de la Brigada estaban haciendo cagada”
Para Glinka, los uniformados sacaron a la mujer de su zona de protección y la dejaron abandonada a su suerte en un lugar desconocido. El cuerpo de la víctima fue hallado junto al cartón que la familia Benitez le había dado a los policías para que colocaran en el asiento del móvil para que así la mujer no lo ensuciara. Por esa razón, todos los caminos conducían a Villalba y Rotela.
Un móvil de la Brigada de Investigaciones deambulaba por la zona. “Los de la Brigada, bandidos los tres, estaban haciendo cagada cuando se cruzaron con Villalba y Rotela. Carmen comenzó a discutir con ellos, la golpearon y la dejaron tirada ahí”, acusó Glinka.
Continuó, “Descubrimos en el juicio que Carmen fue asesinada, no fue una muerte natural. Voy a pedir que esta causa se remita a origen porque hay cosas que restan investigar sobre los efectivos de la Brigada”, adelantando que el subcomisario Emilio Broemser y los sargentos Adrián Roberto Borda y José María Bernal Broemser, Borda y Bernal, son presuntamente autores de los delitos de homicidio calificado criminis causa, apremios ilegales y falsedad ideológica.
Pidió 8 años de prisión para el exoficial Aldo Gabriel Aníbal Villalba, por abandono de persona, incumplimiento del deber de funcionario público y falsedad ideológica. Y para Luis Albino Rotela solicitó 5 años de prisión por incumplimiento de los deberes de funcionario público en concurso ideal con abandono de persona”.
Cerró su extenso alegato y dijo que “La señora Rosa fue heroica, nos ayudó a limpiar un poco más la Policía de Misiones. Se llevó con ella a dos policías y posiblemente el día de mañana se llevará a tres más”.
Las defensas
Mónica Olivera, defensora de Villalba, planteó la nulidad del alegato del Fiscal. “Yo le pediría que explique lo que usted cree pero que no hable de la defensa. De la defensa me ocupo yo”, le dijo a Glinka y comenzó su alegato.
Omitió la criminalística y se centró en el examen psiquiátrico de Mirta Carmen Rosa, estableciendo que en el expediente no consta que la mujer estaba medicada desde mayo del 2012. “La vida de la señora Carmen Rosa vale como toda vida. Acá nadie trato como menos a la ella. El cuidado que ellos tuvieron con ella fue bueno, le dieron valor a la vida de la señora, la trataron con dignidad. Todos nos sentimos culpables pero no asumimos esa culpa”.
Aseguró que no se acreditó el hecho de que los acusados hayan empujado a la victima para subirla a la camioneta como se dijo en un principio y mencionó que si el expediente tardó diez años en llegar a juicio, “no es culpa de los imputados, ellos no manejan los tiempos judiciales”.
Según la abogada, la mujer llegó primero a la estación de servicio y luego a la casa de los Benítez para pedir agua, no porque necesitaba ayuda. “La sed que ella tenía era por la falta de medicación. No estaba medicada en ese momento. Ella ese día salió con un rumbo fijo, pero por alguna razón se desvío del camino”.
Mencionó que todos son culpables por la muerte de la mujer, inclusivo el comisario jefe de la comisaría Seccional Quinta. “Acá ocurrieron hechos que no son responsables ni Villalba ni Rotela. Ellos cumplieron erróneamente, la dejaron donde ella les pidió. Ellos no son psicólogos ni psiquiatras, no pueden saber que le pasaba o que tenía la señora. No podían obligarla a quedarse en la patrulla, iba a ser una privación ilegítima de la libertad”.
Explicó que no puede haber abandono porque ellos cumplieron con el pedido de una persona que estaba tranquila, ya que ellos no podían saber que sufría de esquizofrenia. “No hay abandono, no tenían conocimiento ni voluntad de saber el estado de salud de la persona porque ella estaba ubicada en tiempo y espacio”.
Pidió la absolución para su defendido y solicitó que en el caso de que haya condena, se les mantenga en libertad hasta que quede firme la sentencia.
El reconocido abogado posadeño, José Luis Rey, asumió la defensa de Rotela y más que un alegato, dio una clase de derecho procesal. En simples palabras, coincidió en algunas partes con el Fiscal y consideró que la causa es compleja y que aun no ha sido resuelta.
“No sé advirtieron golpes externos, salvo el de la nariz y la boca que fueron producto de una caída. Villalba y Rotela dijeron siempre que la dejaron en la colectora, no es cierto que la bajaron en la cancha donde luego apareció muerta”.
Pidió la absolución.
“Nosotros también queremos justicia”
Aldo Gabriel Aníbal Villalba y Luis Albino Rotela tuvieron sus últimas palabras antes de que el Tribunal pase a deliberar. El primero de ellos, se paró y expresó “Hace 10 años empezó este calvario, detrás de mi están mis hijos y mi familia. Así como por Rosa se pide justicia, nosotros también lo hacemos. Jamás negamos haber estado con esa señora, nunca negamos no haber hecho ese procedimiento”.
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Mencionó que tuvo la posibilidad de viajar a Europa como cocinero pero eligió quedarse para así poder presentarse ante la Justicia cada vez que sea citado. “Dios es mi principal testigo de que nunca la lastime ni le hice nada a la señora para que termine como terminó”.
El exsuboficial se levantó del banquillo de los acusados y pidió perdón a la familia presente. “Nunca tuvimos intención. Tengo familia e hijas, jamás se nos ocurrió hacer algo así. Mis hijas quedaron expuestas por esto que pasó. Pido que esto termine para que yo pueda seguir trabajando para mantener a mis hijas”.
Aseguró que no tuvieron contacto con la señora y que jamás la lastimaron como se dijo en los medios. “Espero que esto se resuelva para bien. Simplemente quiero que esto termine, tengo una familia en casa que me espera”.
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