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Análisis semanal: Milei empuja a JxC afuera del balotaje, Massa hace equilibrio entre China y EEUU y Misiones estrecha lazos con ambas potencias  

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Las encuestas de alcance nacional difundidas en la última semana muestran una novedad que hace un año era impensada: existe una posibilidad real de que Juntos por el Cambio mire de afuera las elecciones de segunda vuelta, que se disputarían entre un candidato del Frente de Todos y Javier Milei.

Las encuestadoras y consultores coindicen en un escenario de tercios (uno habla de cuartos tomando a los indecisos como cuarta fuerza) en el cual se viene registrando una tendencia consistente de crecimiento de Javier Milei. En un primer momento el libertario sumaba por igual votos del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, pero en los últimos meses (cuatro o seis, de acuerdo al politólogo que se consulte) la fuerza gobernante consiguió detener la sangría y hasta recuperar algunos puntos, pero la alianza opositora no deja de caer.

Hace un año, las encuestas mostraban a Horacio Rodríguez Larreta como cómodo ganador en primera y segunda vuelta en un escenario en el que JxC, con cualquier combo de precandidatos, acaparaba cerca del 40% de los votos en las PASO, sostenía ese caudal en primera vuelta y ganaba en cualquier escenario de balotaje.

Hoy los números de esa fuerza oscilan entre 22% y 26% en las PASO, con un empate técnico entre Patricia Bullrich y el jefe de gobierno porteño, y con un cambio sustancial: ya no hay transferencia directa de votos entre ambos candidatos de las primarias a las generales.

Es decir que no todos los que piensan votar a Bullrich en las PASO votarían a Larreta en primera vuelta (en caso de que su candidata perdiera la interna) y viceversa. Este comportamiento que es resultado directo de la virulenta interna entre ambos candidatos, resulta determinante para reducir las posibilidades de la alianza opositora de cara a las generales de octubre.

Juntos por el Cambio tiene un problema grave con la narrativa que ofrecen a su votante. Porque no están juntos ni representan un cambio, en tanto que ya fueron gobierno, demostraron sus limitaciones y no provocaron ningún cambio significativo, al menos no uno positivo.

El surgimiento de Milei con un discurso de extrema derecha, esmeriló parte de la base electoral cambiemita, que sin embargo consiguió conservar a su electorado de centro en un primer momento.

Pero la estrategia a la que apeló la alianza opositora para disputarle los votos de la derecha conservadora al libertario, demostró ser contraproducente. Especialmente para Rodríguez Larreta que endureció su discurso para parecerse más a Milei, lo que obligó a Bullrich a extremar todavía más sus posturas.

Con ambos candidatos del PRO intentando imitar al libertario en un esfuerzo por detener la hemorragia de votos, el grueso de los votantes de este espacio prefirió el original antes que las copias y terminaron engrosando los números de Milei. Así JxC pasó de perder solo los votos de derecha a resignar también los de centro.

Ese pensamiento lo expresó de manera inequívoca esta semana el diputado provincial Jorge Ratier Berrondo, quien fuera presidente del PRO en Misiones y ahora milita abiertamente por el candidato de la leonina cabellera.

“Sentí que hubo distracciones que nos hicieron perder el foco en lo que la gente realmente necesitaba y pedía en el país. Las internas nacionales, en mi opinión, nos alejaron un poco del centro de la escena, que debería haber sido enfocarnos en cómo resolver los enormes problemas que enfrenta nuestro país y, sobre todo, salir de esta crisis económica en la que nos encontramos”, dijo en entrevista con este medio.

“Me di cuenta de que Javier Milei expresa de manera mucho más clara esas ideas y la posibilidad de salir de esta situación. Realmente llevar a cabo un cambio significativo en el sistema, lo cual considero que es sumamente necesario para el país. Todo lo que hicimos hasta ahora nos llevó a este momento. Si no nos damos cuenta de que debemos considerar otras ideas y propuestas, cada vez estaremos peor”, advirtió Ratier a JxC.

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Lejos de escuchar la advertencia de quien fuera compañero de ruta de muchos ellos, los dirigentes provinciales de Juntos por el Cambio siguen empeñados en reproducir a escala provincial la interna nacional.

Alfredo Schiavoni milita la candidatura de Rodríguez Larreta y pretende encabezar la nómina de candidatos a senador de JxC en Misiones; su hermano Humberto y el ex director de la EBY Martín Goerling empujan el carro de Patricia Bullrich y ambicionan el mismo cargo que pretende Alfredo.

Los radicales están resignados a no tener candidato propio en las presidenciales (la conducción nacional se siente más cómoda como vagón de cola del PRO) pero eso no les impide pelearse por las candidaturas.

A comienzos de año la convención de la UCR había definido a Martín Arjol como candidato a gobernador y a Ariel “Pepe” Pianesi como primer candidato a senador, pero desde el arjolismo quedaron disconformes con el escaso espíritu militante que mostraron desde el sector de Pianesi en las elecciones del 7 de mayo y ahora coquetean con la idea de desconocer lo resuelto por la convención, algo que ya hizo Gustavo González hace dos años.

 

León en alza

Javier Milei empezó su campaña con un núcleo duro de votantes en quienes genera una identificación ideológica. Ese núcleo está compuesto en su mayoría por hombres jóvenes de clase media alta, media y media baja, que simpatizan con la versión más pura del liberalismo de mercado y son refractarios al crecimiento del feminismo, del reconocimiento de derechos a las diversidades sexuales y de género, creen en soluciones punitivistas frente al problema de la inseguridad y repudian cualquier forma de asistencia social.

Análisis semanal

Pero el crecimiento que tuvo el libertario, especialmente en el último semestre, ya no está impulsado por la gente que está de acuerdo con las propuestas o la postura ideológica de Milei, sino con su constante ataque a la clase política, a la que define de modo poco impreciso como “la casta”.

Con sus diatribas explosivas condimentadas con insultos, el libertario es el que mejor expresa el hartazgo que la clase política nacional supo ganarse luego de tres presidencias que estuvieron muy lejos de cumplir con las expectativas del electorado.

El votante de Milei que está por fuera de su (relativamente pequeño) núcleo duro no se identifica necesariamente con ninguna de sus propuestas, tampoco comparte muchas de sus posturas ideológicas, solo quiere verlo castigar a “la casta política” y romper todo, aunque no tenga ninguna certeza de la capacidad del libertario de rearmar algo a partir de las piezas rotas.

 

Con piso firme

Este escenario convulsionado de la oposición le permite al oficialismo ser competitivo a pesar de gobernar con una inflación de más de 100% anual. El desencanto que generó el gobierno de Alberto Fernández le costó muchos votos al Frente de Todos, pero las encuestas muestran que en los últimos meses esa caída se detuvo y hasta se revirtió levemente.

Dos elementos se combinaron para esto: por un lado la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía generó una sensación de mayor certidumbre y, por otro, el retiro de las candidaturas de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner bajó significativamente la intensidad de la interna en esa fuerza.

Los consultores coinciden en un diagnóstico que le garantizaría a la fuerza gobernante llegar a una segunda vuelta a menos que ocurriera alguna tragedia en el plano de la economía.

Mucho de la pérdida de votos del FdT se explica por la falta de resultados de su gobierno, pero otra parte no menor se debe a que durante mucho tiempo hubo una disociación entre el poder político (encarnado en Cristina) y el poder fáctico de gestión (la lapicera) en manos de Alberto.

Con el virtual retiro al ostracismo del Presidente y el surgimiento de Massa como una figura que concentra poder político y herramientas de gestión, el gobierno logró rehabilitar su imagen al menos en una parte de su electorado que le había perdido la confianza.

Pero entrar al balotaje es una cosa y ganarlo es otra bastante más difícil. En ese punto, las chances del FdT dependen de tres variables: el desarrollo de la economía hasta el día de la votación, el nombre que llegue como candidato propio y el rival que le toque enfrentar.

Desde el kirchnerismo están convencidos de que Milei sería el mejor villano de su película, porque su verba estridente y su extremismo ideológico podrían espantar a una parte del electorado lo suficientemente grande como para que el candidato del FdT consiga los 20 a 25 puntos porcentuales que le faltan para ganar una segunda vuelta.

Sergio Massa
Foto: Telam

En cuanto al candidato propio, la decisión todavía está abierta, pero el menú de opciones ya está mucho más claro.

El objetivo inicial del kirchnerismo de llegar a un candidato “de consenso” está prácticamente descartado, porque no hay dentro de ese espacio ninguna figura con el nivel de respaldo suficiente para imponer su liderazgo.

Massa es el que mejor rankea en las encuestas y el que, por su perfil de liberal moderado y ajeno al riñón kirchnerista, tendría más posibilidades de cosechar votos de Juntos por el Cambio (especialmente de Larreta) en un eventual balotaje.

Segundo aparece Daniel Scioli, que también cultiva un perfil moderado y tampoco está relacionado con el núcleo duro kirchnerista.

En tercer lugar aparece el ministro de Interior Eduardo “Wado” De Pedro, el menos conocido de los tres y que por ende tiene más posibilidades de crecer de confirmarse como candidato. Se propone como el representante directo de Cristina, lo que es al mismo tiempo su principal argumento para sumar votos y para perder en una segunda vuelta.

Si finalmente Cristina lo unge como su candidato (deslizó un guiño con aquello de “los hijos de la generación perdida”) seguramente se beneficiará con el traslado de los votos del kirchnerismo, pero también heredará el “techo bajo” de Cristina, lo que lo convierte en un candidato poco apto para una segunda vuelta en la que hay que sumar más de 50 puntos para ganar.

También se anotó el Jefe de Gabinete, Agustín “El Chivo” Rossi, último bastión del menguante albertismo. Se muestra muy entusiasmado, pero las encuestan no lo registran como contendiente.

 

De oriente a occidente

Los detractores políticos de Sergio Massa le endilgaron siempre una inclinación a jugar a dos puntas, arte que el ministro de Economía está explotando en este momento en su búsqueda de soluciones para sacar al país de la crisis económica que atraviesa.

Pragmático hasta el tuétano, intercala gestos de acercamiento a Estados Unidos y a China, las potencias que se disputan el sitial de mayor potencia global. Una semana después de haber otorgado concesiones a empresas estadounidenses de tecnología para la explotación de las frecuencias de la banda de 6 Ghz del espectro radioeléctrico al WiFi 6, en beneficio de los gigantes de Silicon Valley y en detrimento del protocolo 5G que tiene a la china Huawei como líder, Massa viajó a China en búsqueda de yuanes que reemplacen a los dólares que el FMI retacea.

Consiguió lo principal: renovó el swap con una ampliación paulatina que llegará el equivalente a 10 mil millones de dólares.

De acuerdo al comunicado oficial de Economía “están garantizados 5.000 millones de dólares más, que serán liberados una vez que se agoten los primeros”. De esa forma, el total de libre disponibilidad alcanzará en un mediano plazo los 10.000 millones de dólares, los cuales podrán utilizarse para financiar operaciones o intervenir en el mercado de cambios, además de financiar operaciones comerciales entre ambas partes.

Para una Argentina con eternos problemas de disponibilidad de dólares no es un tema menor porque podrá financiar con yuanes las importaciones chinas y tendrá mayor poder de fuego para contener una eventual corrida cambiaria.

Además avanzó en convenios para que lleguen fondos chinos en forma de inversiones de infraestructura, por ejemplo para terminar las represas en la Patagonia.

En la continuidad de una agenda frenética, el tigrense se bajará del avión que lo trae de China y se volverá a subir enseguida para visitar nuevamente Washington con la misión de reprogramar el más próximo vencimiento del préstamo electoral que le otorgó el FMI a Mauricio Macri (del que no quedó un solo dólar en las arcas nacionales) por 2.700 millones de dólares que opera a fines del mes en curso.

A la vuelta de ese viaje pasará por Brasil con la misión de lograr que los bancos de vecino país financien el déficit comercial que Argentina mantiene con el país más grande de la región y que este año se multiplicó por efecto de la sequía.

 

Diplomacia misionera

Misiones ocupa un lugar importante en el proyecto político de Massa. El tigrense todavía no tiene definido si será candidato, o al menos no lo anunció hasta ahora, pero lo que sí tiene en claro es que una alianza estratégica con el Gobierno de Misiones le resultará valiosa en cualquier contexto.

Es que el Frente Renovador misionero se convirtió en un actor muy respetado en el concierto político nacional, no solo por los sucesivos resultados electorales contundentes que acumuló a su favor sino también por haber construido un contexto de paz social y de convivencia armónica de las distintas expresiones partidarias, algo que la distingue en un contexto nacional en el que la política se ha convertido en un campo de batalla sucia.

De allí que reservara para un representante del Frente Renovador un lugar en la reducida comitiva que lo acompañó a China. El elegido fue el diputado nacional Diego Sartori que se reunió con autoridades de empresas chinas que ya están invirtiendo en Misiones en energías renovables. El objetivo es que los chinos inviertan en la construcción de más parques solares en distintos puntos de la provincia.

Durante la gira, Massa le confirmó a Sartori que en un plazo de dos semanas visitará Misiones con el decreto reglamentario de la zona aduanera especial bajo el brazo.

Misiones también aprovecha el contexto mundial marcado por la competencia de las dos grandes potencias por ganar influencia en América Latina, con el objetivo de gestionar beneficios para la provincia a ambos lados de esta grieta global.

Antes del viaje de Sartori a China, el gobernador Oscar Herrera Ahuad desarrolló una activa agenda de reuniones en Estados Unidos, orientada principalmente a abrir mercados para las exportaciones tradicionales de la Tierra Colorada, como la madera, el té y la yerba mate, pero también para productos menos habituales en la oferta exportadora, como chipa congelada, una delicatesen regional que gana adeptos en el gran país del norte.

Hablando de exportaciones, párrafo aparte merece la yerba mate que en el primer cuatrimestre del año logró un incremento de 35% en comparación a igual período del año pasado, en lo que se convirtió en el cuatrimestre con mayores ventas al exterior del que se tenga registro para este producto.

En el plano estrictamente político, el Frente Renovador está instalando su oferta electoral para las nacionales de octubre con una estrategia de campaña de contacto directo con la gente. Carlos Arce, Sonia Rojas, Colo Vancsik y Yamila Ruiz están caminando la provincia, recogiendo inquietudes de los ciudadanos y transmitiendo el mensaje central de la renovación: la defensa de los intereses de la provincia con independencia de criterio frente a decisiones o mandatos partidarios de fuerzas políticas cuyas cúpulas están instaladas en Buenos Aires y responden a los intereses del país central.

Juntos por el Cambio y el Frente de Todos corren de atrás porque no tienen sus candidatos definidos y están enfrascados en las internas de siempre para definirlos.

Para los candidatos cambiemitas el panorama se oscurece conforme sus presidenciables bajan en las encuestas, en tanto que su principal argumento para competir con la oferta electoral de la renovación es la tracción que pudiera generar la boleta presidencial.

Con Bullrich y Larreta cayendo y con la dirigencia provincial peleando a los codazos por los lugares de privilegio en las listas, la tentación para pasarse a las filas libertarias es cada vez más grande. Jorge Ratier ya cruzó ese arroyo y es esperable que lo sigan muchos más.

 

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