Con el kirchnerismo imbuido en la denuncia de una inexistente proscripción contra Cristina y con Alberto citando a Benedetti desde la Base Marambio, el ministro a cargo de la administración del Gobierno nacional, Sergio Massa, y su equipo se pasaron la semana saltando de los headquarters del FMI en Washington a la reunión de banqueros centrales y ministros de economía del G20 en La India, con un único y excluyente objetivo: lograr que el organismo de crédito modifique las metas establecidas en el acuerdo firmado con Argentina.
Haciendo gala de su consumada habilidad de lobbysta de altas esferas, el tigrense consiguió que el FMI se comprometiera a modificar la meta de más difícil cumplimiento, la que comprometía al país a sumar 5.800 millones de dólares a las reservas netas. Una utopía si se considera que para este año se proyecta una caída superior a los 10 mil millones de dólares en las liquidaciones de las exportaciones del agro por culpa de la sequía.
La revisión que el Gobierno nacional anunciará el lunes contemplará las metas trimestrales y anuales en materia de reservas, pero no habrá cambios en las metas fiscales y monetarias que representan el núcleo del acuerdo y son ejes centrales del programa económico que pretende llevar adelante Sergio Massa.
Todavía no se definió –o al menos no lo sabe quien escribe este artículo- cuánto se reducirán las metas de acumulación de reservas, dato del que dependerá la disponibilidad de dólares que tendrá el Gobierno nacional para repartir a tipo de cambio oficial entre los importadores.
El asunto es de importancia superlativa, porque de la cantidad de dólares “oficiales” que se puedan destinar a importaciones depende en buena medida el nivel de actividad de la industria, que utiliza de insumos y materias primas importadas, y de la inflación, que se dispara cada vez que los importadores se ven obligados a recurrir a tipos de cambio bursátiles o directamente postergan sus importaciones lo que provoca problemas de abastecimiento en distintas cadenas.
En la reunión que tuvo el ministro de Economía con Kristalina Georgieva en La India la directora del FMI le comunicó además que el lunes el Fondo oficializará la aprobación de la revisión correspondiente al cuarto trimestre del año pasado, lo que habilitará la llegada de 5.400 millones de dólares a fines de marzo.
Datos preocupantes
Según los datos más frescos del Estimador Mensual de la Actividad Económica que elabora el INDEC, Argentina cerró 2022 con un crecimiento interanual de su economía de 5,2%, con ello hilvanó dos años seguidos de crecimiento y rompió “la maldición de los años pares”, una característica derivada del carácter electoral que impera en la política económica del país desde hace décadas independientemente del color del gobierno de turno.
La estadística es muy buena cuando se observan los números globales del año, pero el análisis del desagregado mensual permite notar el efecto que tuvo el giro hacia la ortodoxia que dio la política económica nacional luego de la crisis desatada tras la renuncia de Martín Guzmán a la jefatura del Palacio de Hacienda.
A las puertas de una crisis financiera y cambiaria, el Gobierno nacional se vio obligado a la disciplina en el gasto fiscal y en el consumo de divisas para evitar una mega devaluación que hubiera sido criminal para los sectores bajos y medios de la población.
Así se logró estabilizar una situación que presentaba altísimos niveles de volatilidad, pero al precio de un progresivo enfriamiento de la economía.
Los últimos cuatro meses de 2022 mostraron caídas intermensuales en términos desestacionalizados del nivel de actividad y diciembre fue el primer mes con caída interanual (1,2%) en el mismo índice.
Los últimos cuatro meses de 2022 mostraron caídas intermensuales en términos desestacionalizados del nivel de actividad y diciembre fue el primer mes con caída interanual (1,2%) en el mismo índice.
El enfriamiento se explica en parte por el recorte del gasto público y la moderación en la emisión monetaria en un contexto altamente inflacionario, pero en mayor medida por el cierre al grifo de los dólares baratos para importar que también tuvo efecto en los precios y por ende, en el consumo.
Lo preocupante del caso es que el panorama para lo que queda de 2023 no es bueno en materia de disponibilidad de divisas, porque desde hace meses la Pampa Húmeda atraviesa la peor sequía de las últimas décadas y la economía de Argentina depende muchísimo de las exportaciones generadas por el agro en esa zona.
Según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Rosario, este año se liquidarían 10 mil millones de dólares menos que en 2022 a causa de la sequía, a lo que debería sumarse el efecto provocado por el adelantamiento de exportaciones a partir de las dos ventanas del dólar soja en la segunda mitad del año pasado.
Como viene ocurriendo en Argentina cada vez que se opta (por convicción o necesidad) por el camino del ajuste fiscal, con el transcurrir de los meses se verifican puntualmente los efectos negativos esperables de estas políticas (un enfriamiento de la actividad económica y el consumo por ejemplo) pero la desaceleración de la inflación que siempre se plantea como uno de los efectos positivos de este tipo de receta, no llega con la misma puntualidad.
La inflación no solo no baja sino que aumenta: en noviembre fue de 4,9%, en diciembre 5,1%, en enero 6% y las estimaciones de las consultoras privadas barajan números superiores para febrero.
La inflación interanual ya supera el 100% y los bolsillos de los trabajadores la sienten con crudeza. Quienes tienen el respaldo de sindicatos con mucho poder de presión o se desempeñan en actividades que consiguieron sostener sus niveles de rentabilidad (como los bancos, eternos ganadores en todos los contextos) son los únicos trabajadores en condiciones de seguirle el paso a los precios, todos los demás pierden por poco, por mucho o por muchísimo.
Eso se traduce en una creciente caída del consumo de productos de consumo masivo.
De acuerdo a mediciones de la consultora privada Scentia, especializada en consumo, las ventas de productos de consumo básico cayeron 1,2% en enero y de acuerdo a estudios de la Federación de Supermercados, las ventas de esos mismos productos en las dos primeras semanas de febrero cayeron 2,5% en cantidades.
Más que preocupante el dato es escandaloso, porque la canasta básica es el último gasto que ajustan los hogares en situaciones de crisis y toda reducción en el consumo de esos productos se relaciona directamente con crecimiento en los niveles de pobreza e indigencia.
Alianzas que se descosen
La crisis económica conspira contra las chances electorales de la alianza de gobierno, pero también con las del principal frente opositor que tiene tantas o más responsabilidades que quienes hoy llevan las riendas de la economía.
Sin pandemia, sin guerra en Europa, sin sequía, contando con el respaldo de todo el establishment financiero nacional e internacional y hasta con una ayudita extraordinaria de 50 mil millones de dólares del FMI (que será un palo en la rueda de la Argentina durante décadas) la gestión de la Economía durante el gobierno de Mauricio Macri resultó un fracaso reconocido hasta por los propios cambiemitas.
La inflación se duplicó, la deuda externa se disparó, las tasas de interés se multiplicaron, la economía cayó durante tres de los cuatro años de ese gobierno, la pobreza y la indigencia aumentaron y la actividad industrial cayó a pisos históricos.
En un contexto internacional extraordinariamente desfavorable y habiendo cometido errores estratégicos y de gestión, el gobierno de Alberto no consiguió resolver ninguno de los problemas que heredó y la falta de resultados derivó en una crisis política interna que trajo más problemas a la economía.
En un acto de cinismo sin precedentes, el kirchnerismo intenta despegarse del gobierno que integra (porque se podrá renunciar a la lucha, pero nunca a los cargos) y la fractura dentro del Frente de Todos avanza.
En su intento por desentenderse del manejo del Gobierno, el kirchnerismo se planta en su disputa contra la justicia federal y enarbola la supuesta proscripción a Cristina como bandera de lucha.
Su agenda entonces se separa de los temas que le interesan al grueso de una empobrecida población que exige desesperadamente una solución a la inflación y a la pérdida progresiva del poder adquisitivo de los salarios.
El ensañamiento de buena parte del FdT por mantener a la disputa entre Cristina y la Corte Suprema al tope de la agenda política del país los llevó a impulsar un pedido de juicio político contra los supremos, una patriada que no tiene ninguna chance de prosperar en un Congreso dividido.
El resultado es un Poder Legislativo virtualmente paralizado porque la oposición se niega a dar quorum mientras el oficialismo siga impulsando el pedido de juicio político.
Con una jugada política tan sencilla y reprochable como la de no dar quorum, JxC consiguió sacar de la agenda el tema que el kirchnerismo pretende instalar y le generó al oficialismo la dificultad de tener que gobernar con el Congreso virtualmente cerrado. Una irresponsabilidad que el FdT permite con su tozudez por impulsar un proyecto que tiene nula posibilidad de ser aprobado.
Mientras tanto, Sergio Massa no consigue que se aprueben leyes que necesita para amortiguar los efectos de la crisis. Como la ley de blanqueo de capitales que serviría para paliar la carencia de dólares.
En medio de tanto desmadre, cuatro senadores del Frente de Todos se separaron en la última semana del bloque oficialista en la Cámara alta y armaron rancho aparte bajo la batuta de Alejandra Vigo, senadora por Córdoba y esposa del gobernador Juan Schiaretti.
Con eso, el FdT pasó de ser mayoría a ser segunda minoría en el Senado por detrás del bloque de JxC y el kirchnerismo perdió una importante cuota de poder.
En la vereda cambiemita no se habla de otra cosa que de las listas. Horacio Rodríguez Larreta lanzó oficialmente su precandidatura a presidente mientras Mauricio Macri sigue desojando la margarita, Patricia Bullrich promete dar pelea hasta el final y Eugenia Vidal no pierde las esperanzas.
Entre los radicales crece la resignación y algunos hasta se contentan con eso de esquivarle al bulto a las responsabilidades de gobernar sin perder derecho a participar activamente del reparto de cargos en un eventual gobierno.
Con las dos alianzas confeccionadas desprolijamente con los retazos que quedaron del sistema bipartidista descosiéndose, crecen los movimientos que supieron mantenerse al margen de estos grandes armados, como los libertarios de Milei y las fuerzas provinciales como la renovación misionera.
Inminente zona aduanera
Este contexto de crisis de las principales alianzas nacionales resultó un río revuelto en el que el Frente Renovador misionero demuestra ser buen pescador. La estrategia de boleta corta instrumentada a partir de 2019 le permitió al Gobierno provincial negociar con voz propia frente a su par nacional lo que puso a Misiones a las puertas de un logro histórico: la instrumentación en todo su territorio de un área especial aduanera que traiga beneficios impositivos.
En una reciente reunión que mantuvieron el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el ministro Sergio Massa se avanzó en los últimos detalles para poner en marcha una primera etapa de esta zona especial aduanera.
Según anticipó Adolfo Safrán, secretario de Hacienda de Misiones y principal responsable del enorme trabajo técnico que implicó el desarrollo de esta propuesta para la provincia, la instrumentación concreta de beneficios para Misiones se anunciará en cuestión de semanas.
Indicó que se habilitará un tipo de cambio diferencial para las exportaciones de la forestoindustria, tabaco, té y yerba mate, lo que repercutirá de manera directa en la competitividad y la rentabilidad de estos sectores perjudicados en los últimos años por un dólar oficial atrasado.
Se habilitará un tipo de cambio diferencial para las exportaciones de la forestoindustria, tabaco, té y yerba mate, lo que repercutirá de manera directa en la competitividad y la rentabilidad de estos sectores perjudicados en los últimos años por un dólar oficial atrasado.
Otra medida, esta vez de impacto directo en los bolsillos de toda la población, será una reducción impositiva en el gas, con lo cual se compensará parcialmente a la provincia por la ausencia de un gasoducto que traiga el gas natural a su territorio.
También está previsto instrumentar beneficios para las exportaciones relacionadas a las economías del conocimiento, de rápido crecimiento en la provincia.
A clases
Más de 400 mil niños, jóvenes y adultos volverán esta semana a clases en Misiones. Muchos de ellos se encontrarán con aulas o incluso con escuelas nuevas o refaccionadas que se construyeron o mejoraron gracias a un intenso programa de refacción y mantenimiento que se ejecutó en los 78 municipios.
Los más de 70 centros de apoyo pedagógico que funcionan a lo largo de la provincia y que tuvieron un rol preponderante durante a pandemia y en la etapa de readaptación a la vida escolar que siguió a ese período, volvieron a jugar un papel decisivo durante estas vacaciones al brindar apoyo gratuito a los alumnos que debían materias de cursos anteriores, lo que permitió que Misiones registrara niveles de aprobación muy altos en las mesas de examen de febrero.
Con las clases también volverá a tener plena vigencia el Boleto Educativo Gratuito en Misiones, una herramienta que financia la Provincia y que se traduce en los bolsillos de las familias en un ahorro equivalente a dos salarios mínimos por año.
En tiempos de crisis económica, la presencia del Estado provincial con inversiones concretas como la educación y la salud públicas se vuelve decisiva no solo para garantizar derechos elementales que de otra manera no estarían cubiertos, sino también para mejorar la calidad de vida de la gente que encuentra en los servicios de buena calidad que brinda el Estado provincial de manera gratuita, una herramienta para ahorrar dinero.
Los programas Ahora, que aportan financiamiento a tasa cero en tiempos en que ninguna opción en el mercado comercial ofrece tasas por debajo del 100% anual en créditos para el consumo y además ofrecen reintegros de hasta 41%, representan otra solución concreta y efectiva que el Gobierno provincial, junto a entidades bancarias y comercios, pone al servicio de la gente.
La presencia del Gobierno provincial ofreciendo servicios gratuitos de salud y educación y herramientas como los programas Ahora, permitió que la crisis económica nacional se sintiera mucho menos en Misiones.
Así queda demostrado en indicadores de empleo, de actividad comercial, de consumo, de construcción y muchos otros que muestran a Misiones por encima de las demás provincias de la región a pesar de contar con una coparticipación mucho menor a las demás.
A diferencia de lo que ocurre a escala nacional y en otras provincias, en Misiones la política no genera incertidumbre en la economía, sino que las decisiones de Gobierno respaldadas por la planificación estratégica que parte desde la presidencia de la Legislatura aportan certidumbre a todos los actores de la sociedad.
Por otra parte, la gestión en todos los niveles de gobierno dentro de Misiones goza de altos niveles de respaldo de la población, lo que también aporta previsibilidad y despeja los ruidos que podría generar un eventual cambio de signo político en la provincia o algún municipio.
En Posadas la gestión del intendente Lalo Stelatto que le dio un aire de modernidad no solo al centro y a la Costanera sino a toda la ciudad, generó niveles de adhesión inusitados que se traducen no solo en las encuestas que marcan un claro triunfo para la renovación sino también en la participación de ciudadanos independientes, profesionales, deportistas, empresarios, que están haciendo un aporte sustantivo para mantener a la transformación de Posadas y preservar el camino trazado por la actual gestión que se propone consolidar a la ciudad como la mejor capital del interior del país.
Según indican los números que manejan desde el oficialismo, las mediciones de hoy refieren que la gestión de Lalo, sumada a las nuevas figuras incorporadas acapara hasta el 90 por ciento de la intención de voto en Posadas.
La oposición en cambio, aparece desmembrada, dividida, sumida en enfrentamientos internos y sin la posibilidad de ofrecer candidatos con propuestas propias. La estrategia más trillada por quienes se perciben como candidatos en los espacios opositores consiste en atacar desde las redes sociales a quienes llevan adelante la tarea de gobernar.
Tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio no le están ofreciendo prácticamente nada en materia de propuestas al ciudadano misionero y eso se refleja en las encuestas que anticipan la continuidad del gobierno de la renovación.
Sus principales referentes prefieren as redes sociales antes que las chacras o los barrios, tampoco ponen la cara para explicar qué hicieron en los últimos dos años desde sus bancas nacionales o provinciales. Desde las redes sociales dan clases de liderazgo pero no consiguen ordenar sus propios partidos en constante estado de interna.
Incluso el partido de Javier Milei no se inscribió en Misiones y no participará de las elecciones provinciales, previendo una derrota muy dura que sería un mal antecedente para sus aspiraciones presidenciales, donde tiene cada vez mejores posibilidades. Se guardan de un mal resultado en mayo para reaparecer con fuerza en las PASO y luego en octubre.
Como dato de color queda ver la tremenda crisis productiva que están pasando las otras provincias del país, con sequías que causaron pérdidas severas y anticipan un año muy crítico. Misiones mantuvo la humedad todo el verano, logrando que cada rubro se proyectara con buenas cosechas.
El modelo de agricultura sustentable, con asistencia técnica del Estado y distribución masiva de millones de kilos de fertilizante orgánico elaborado en Misiones están haciendo la diferencia.
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