En lo que va de enero las empresas agroexportadoras liquidaron en el mercado de cambios oficial apenas u$s596 millones y enero cerrería en torno a u$s1.000 millones, lo que representa un retroceso de más de u$s1.400 millones respecto al mismo período del 2022 cuando el sector aportó un total de u$s2.400 millones.
Luego de la segunda edición del denominado Dólar Soja el Gobierno esperaba una caída considerable en la liquidación de divisas del campo pero a eso se le suma además la incertidumbre que está provocando la sequía no solo en el sector sino también en la economía en general
En primer lugar las ventas de la oleaginosa están prácticamente paralizadas luego de la segunda edición del Dólar Soja que culminó el 30 de diciembre pasado. Es decir que aquel productor que tenía intención de vender grano ya lo hizo y actualmente quedan por comercializarse alrededor de 8 millones de toneladas de la campaña 2021/22. Mientras tanto, el actual ciclo avanza signado por una sequía sin precedentes. En segundo lugar, los productores siguen de cerca el dólar y el ritmo económico en un contexto que dolarizarse es cada vez más caro, con precios de los granos que a su vez siguen sostenidos pero con tendencia a la baja.
La suma de factores hace prever que el primer trimestre de este año no podrá asemejarse para nada al récord del 2022 cuando entre enero y marzo ingresaron casi u$s8.000 millones. En este 2023 la economía contará con menos dólares porque se esperan recortes significativos en la cosecha de soja y maíz, sumado a lo que ya sucedió con el trigo.
Según el último trabajo de la Bolsa de Comercio de Rosario ya se perdieron 12 millones de toneladas de una cosecha de soja prevista de antemano en 49 millones de toneladas, es decir el 25% del total. En tanto, la campaña de la oleaginosa, el principal producto aportante de divisas del país, terminaría con una cosecha de solo 37 millones de toneladas y sus exportaciones podrían caer en más de u$s7.500 millones.
En tanto, las últimas proyecciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires adelantan que las exportaciones de los principales complejos de granarios caerían entre un mínimo de u$s9.200 millones hasta un máximo de u$s14.100 millones. Esto representa nada menos que un descenso del PBI de entre el 1 y el 1,8% y en términos de recaudación fiscal el Estado dejaría de percibir entre u$s3.100 y u$s4.700 millones.
En este contexto durante este año también jugará un factor clave que también puede demorar las ventas de los productores como ha ocurrido otros años. Es que las elecciones presidenciales y un posible cambio de rumbo económico o no, termina por establecer un compás de espera en las ventas de soja. En definitiva, venderá aquel productor que necesite financiarse, pero lo cierto es que muchos otros esperarán a tener un panorama más claro.
Fuente: Ámbito
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— misionesonline.net (@misionesonline) January 13, 2023
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