Tras la declaración de más de 45 testigos en la primera semana del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, los imputados Máximo Thomsen, Luciano y Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli fueron identificados como agresores directos de la víctima, mientras que otros dos de los rugbiers, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz, fueron ubicados entre quienes arengaban o golpeaban a amigos suyos que intentaban defenderlo.
El único acusado que no fue mencionado con una participación activa en el hecho en ninguna de las cinco audiencias que se desarrollaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores fue Blas Cinalli, aunque una joven que declaró citó mal su nombre y un efectivo policial dijo que estaba presente en el lugar, de acuerdo a uno de los videos que registraron la escena del ataque y que fueron exhibidos durante el debate.
La madrugada del 18 de enero de 2020 en la localidad balnearia de Villa Gesell, declararon entre otros sus padres, amigos que veraneaban con él y también sufrieron lesiones, el remero de Zárate incriminado falsamente en el hecho, personal de seguridad del local bailable, efectivos policiales, turistas y vecinos que presenciaron el ataque, y testigos que brindaron información que permitió la detención de los acusados.
Fueron en total 47 los testimonios brindados en el primer piso de los tribunales frente a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari y ante la presencia en cada una de las audiencias de Thomsen (23), Comelli (22), Benicelli (23), Cinalli (21), Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23), acusados por el crimen.
Los señalamientos de los testigos
En al menos seis de las declaraciones, Thomsen fue mencionado como agresor directo de Báez Sosa: un joven que veraneaba en Gesell dijo que lo vio mientras le pegaba «patadas en la cabeza, como puntinazos»; cuatro amigos de Fernando y un comerciante señalaron que lo golpeó «en el pecho» cuando ya estaba en el piso, que le dio «tres patadas en la mandíbula» y que los golpes tenían «intención de matar».
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Uno de los amigos de Fernando ubicó en tanto a Luciano Pertossi como un segundo atacante de la víctima y dijo que lo vio darle «piñas en la cara».
Este acusado fue identificado además por cinco testigos como parte del grupo, y algunos de ellos precisaron que atacó a quienes trataban de acercarse.
Además de la imputación por el «homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas», los rugbiers están siendo juzgado por las lesiones sufridas por los amigos de la víctima.
Otro de los imputados apuntados como agresor directo de Fernando fue Comelli, quien según uno de sus amigos le dio «uno de los primeros golpes y lo dejó arrodillado».
Ciro Pertossi, por su parte, fue identificado por otro de los chicos que veraneaban con Báez Sosa como quien lo golpeaba «en la espalda y costado».
El quinto rugbier señalado como agresor directo fue Benicelli, aunque en su caso no fue mencionado por su nombre, sino descripto por el jefe de seguridad de «Le Brique» en la madrugada del crimen, como «uno con rodete» que «le pegó una patada en la cabeza y ahí (Fernando) no se levantó nunca más».
En su caso, también fue identificado entre los agresores de los amigos que trataban de defenderlo.
Dos testigos señalaron a Lucas Pertossi como parte del grupo y como atacante de quienes buscaban ayudar, y lo mismo ocurrió con Viollaz, aunque en su caso además «arengaba».
Pese a que a que a lo largo de la instrucción del caso se indicó que Cinalli «también golpea a unos sujetos que se encuentran en el piso», y que según la fiscal de Villa Gesell a cargo de la instrucción, Verónica Zamboni, «fue uno de los agresores directos de Fernando», la única mención en su caso surgió del testimonio brindado por una joven que trabajaba en una cervecería a metros del lugar del ataque, quien dijo que reconocía a Cinelli (sic) como uno de los atacantes.
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La misma testigo declaró además que escuchó decir a uno de los agresores «a este me lo voy a llevar como trofeo», sin poder precisar quién era.
Ciro Pertossi, Thomsen, Comelli y Viollaz fueron reconocidos además como parte del grupo, sin detallar sus roles, por el comisario Jorge Stavrakis, al visualizar uno de los videos de la causa en su declaración.
Otra testigo, que declaró en el cierre de la semana, dijo que esa madrugada los vio huir del lugar y pasar frente a su trabajo en el hotel «Inti Huasi», que los escuchó decir «le rompí toda la jeta» y «le llené la jeta de sangre», y que iban «riendo, festejando entre ellos, todos».
En la misma audiencia, se pudo precisar por primera vez desde el inicio de la causa, a partir del testimonio de dos policías, que fue Thomsen quien incriminó falsamente al remero Pablo Ventura, al señalar al momento de su detención luego del crimen, que era suya la zapatilla marca Cyclone negra con suela blanca manchada con sangre encontrada en la vivienda alquilada por los agresores para veranear.
En el marco de la primera semana, se estableció además a partir del testimonio de un custodio del boliche, que en el cruce que tuvo Fernando con algunos de los imputados al tratar de separar una pelea con sus amigos, golpeó con un trompada a Thomsen en el estómago, antes de que ambos grupos fueran expulsados del lugar cerca de las 4.40 del 18.
Tras el cierre de las testimoniales, tanto los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García, como la querella encabezada por el abogado Fernando Burlando se mostraron «muy conformes» con la prueba presentada.
El defensor Hugo Tomei, en tanto, sostuvo a lo largo de la semana los cuestionamientos a la instrucción, en los que basó una serie de planteos de nulidad en el inicio del debate oral, y en distintas audiencias puso el foco en el tipo de asistencia que recibió Fernando tras caer inconsciente
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El juicio se inició el lunes con un testimonio conmovedor de Graciela Sosa Osorio, madre de la víctima, quien sostuvo que hace tres años «es como que el tiempo se detuvo», y que es «una mujer acabada, sin ganas de vivir».
Graciela y Silvino Báez, padre de Fernando, quien también declaró, estuvieron presentes en el resto de las audiencias, y al cierre de la última, se vio cómo ella estiraba su remera con la foto de su hijo y un rosario cuando retiraban a los rugbiers de la sala.
A lo largo de la semana, ambos se abrazaron con distintos testigos que los saludaban al salir, con muchos de los cuales se emocionaron y lloraron.
El juicio continuará a partir del próximo lunes a las 9 con una nueva rueda de testimoniales, hasta completar el miércoles 18 la lista de más de 150 testigos.
(Fuente: Télam)
Juicio por Fernando Báez Sosa | Un testigo dijo que fue Máximo Thomsen quien incriminó a Pablo Ventura en el crimenhttps://t.co/vsHLvrTHli
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