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Análisis semanal: Massa estrena su congelador de precios y JxC busca evitar una guerra que ya fue declarada

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Desde que el presidente Alberto Fernández haciendo abuso de su inclinación hacia la incontinencia verbal le declarara la guerra a la inflación, los precios aumentan cada vez más rápido. Remarcadora en mano, el enemigo avanza en todos los frentes ante un Gobierno que ya no sabe con qué tirarle.

Urgido por la necesidad imperiosa de contener ese avance, el ministro de Economía Sergio Massa desempolva un arma que sus antecesores ya habían usado sin mucho éxito, pero confía que con algunos cambios, ahora sí podría resultar efectiva.

El ministro a cargo de la gestión del Gobierno anunció un nuevo acuerdo de precios, bautizado Precios Justos, del que participan más de 100 empresas que son responsables por más del 85% del abastecimiento y comercialización de todos los alimentos que se venden en el país. Alrededor de 1.800 productos deberán mantener sus valores congelados de diciembre a febrero y los restantes no podrán aumentar más de 4% por mes.

No es la primera vez que un gobierno intenta reducir la inflación por vía de un acuerdo con las empresas “formadoras de precios”, es algo que se intentó muchas veces, la gran mayoría de ellas con resultados poco alentadores. Sin embargo desde el equipo que lidera Massa están convencidos de que esta vez será diferente.

Hay dos motivos para pensar que este acuerdo sí podría funcionar.

El primero es el contexto: en oportunidades anteriores, los acuerdos de precios se plantearon como alternativas para evitar la vía ortodoxa del ajuste monetario, pero este acuerdo llega acompañado de un programa de ajuste del gasto fiscal y apretón monetario.

El otro motivo surge del aprovechamiento creativo de una limitación precedente. Esa limitación es la falta de dólares que obligó al Gobierno a retacear la liberación de divisas para importaciones. Tan difícil se volvió conseguir dólares para importar, que ahora el Gobierno usa esa necesidad del sector privado como arma de seducción para que las empresas cumplan lo firmado.

Las compañías que respeten lo acordado tendrán acceso al “canal verde” del Sistema de Importaciones SIRA, lo que les permitirá anticipar el acceso a divisas para comprar insumos, bienes intermedios y maquinaria, con previsibilidad respecto a las fechas de pago.

También hay novedades en los mecanismos de control, una de ellas es la instrumentación de una aplicación para celulares que permitirá a los consumidores denunciar incumplimientos y se buscará que los municipios tengan un rol central en los controles territoriales, para ellos también hay una zanahoria: se les permitirá quedarse con un porcentaje de lo recaudado en concepto de multas.

En Economía confían en que una política monetaria contractiva sumada al programa Precios Justos será suficiente para que la inflación baje del parámetro actual de 7% a 4% mensual, si lo consiguen, la inflación del año próximo estará en línea con los 60 puntos proyectados en el Presupuesto 2023.

 

En reserva

Además de la inflación, que según los números de las consultoras privadas se habría acelerado en octubre, las reservas son la otra luz roja que titila con intensidad en el tablero de comando de Massa.

El festival de exportaciones esponsoreado por el dólar soja aportó un alivio pasajero, pero desde comienzos de octubre a esta parte, el flujo de ingresos por ventas al exterior cayó al contrario de la demanda de divisas para importar, que sigue creciendo.

En lo que va del mes, el Central perdió 760 millones de dólares de sus reservas y la sangría no se revertirá al menos hasta el año próximo, cuando el agro vuelva a liquidar, siempre y cuando el Gobierno lo seduzca con un tipo de cambio más generoso que el oficial.

A pesar del saldo negativo en la compra – venta de divisas, se sostiene la pax cambiaria en toda la amplia variedad de cotizaciones que ofrece el peculiar sistema cambiario argentino.

Los analistas lo atribuyen a un mejor clima político en la alianza de gobierno (mejor que el caos que sucedió a la renuncia de Guzmán) y a las tasas de intereses positivas que ofrecen los instrumentos financieros nominados en pesos. Los depósitos a plazo fijo están creciendo a 8,5% mensual y no son pocos los economistas que advierten por la vuelta del carry trade como opción estrella para la especulación financiera.

 

De interna en interna

Con Massa adoptando medidas económicas alejadas del catecismo nacional y popular, el kirchnerismo busca despegarse de un gobierno en el que acapara la mayoría de los cargos. Cristina se refieren a “nuestro gobierno” solo cuando habla de algo que ocurrió entre 2003 y 2015 y su hijo Máximo fue todavía más ostensible en el cierre de un acto que encabezó en Entre Rios cuando aseguró sin ponerse colorado que “el cambio somos nosotros”.

Un Presidente devaluado, una alianza de gobierno que no consigue ocultar sus enfrentamientos internos y una crisis económica que pone a ese Gobierno ante la necesidad de ajustar el gasto en un año electoral, conforman un combo propicio para el crecimiento de la oposición. Pero Juntos por el Cambio no consigue capitalizar el contexto favorable a sus intereses porque su propia interna termina tapando cualquier otro ruido.

Cambiemos nació con un contrato muy claro que luego quedó totalmente desnaturalizado. En 2015 el PRO tenía lo que le faltaba a la UCR y viceversa y ambos estuvieron dispuestos a ceder algo para arribar a un acuerdo.

El PRO tenía a un líder con chances reales de encabezar una lista ganadora y la UCR sabía que no lo tenía. Pero la UCR tenía la presencia territorial que le faltaba al PRO. Los radicales estuvieron dispuestos a ceder la candidatura presidencial y los amarillos los recompensaron con muchos ravioles en el organigrama del Estado. Además, ambos partidos cedieron en sus concepciones ideológicas para encontrarse en un punto medio.

Ninguno de esos elementos que propiciaron la alianza y la mantuvieron unida está presente en la versión 2022 de Cambiemos, rebautizado Juntos por el Cambio.

No hay un liderazgo indiscutido que aglutine a todos, modere ambiciones y ordene desde la cabeza hasta la base. En cambio hay un coro de dirigentes que se autoperciben presidenciables y demuestran estar dispuestos a embarrarse hasta las narices para satisfacer sus aspiraciones personales.

La UCR no está dispuesta a encolumnarse detrás de ningún candidato del PRO y el PRO ya no depende como antes de la territorialidad radical.

Entonces los radicales se animan a recordar los nefastos resultados que tuvo la gestión de Macri en el plano de la economía y el expresidente atribuye esos malos resultados a que no pudo hacer las transformaciones que le hubiera gustado porque se vio en la obligación de moderar su liberalismo para satisfacer el gen populista que anida en los radicales.

Como todo matrimonio por conveniencia, cuando desaparecen los motivos que volvían mutuamente conveniente a la unión, se manifiestan las diferencias que siempre estuvieron presentes pero se mantenían ocultas por temor a una ruptura.

Salen a la luz las profundas diferencias ideológicas y de concepción del Estado que siempre hubo entre los componentes de la alianza. El PRO ya no encuentra motivos para disfrazar su identidad de derecha pro-mercado dejando a los autodefinidos herederos de Alfonsín ante la difícil misión de acompañar posiciones ideológicas totalmente opuestas a las que sostenía aquel expresidente.

Las aspiraciones personales superan a los debilitados fundamentos de la alianza. El negocio ya no pasa por buscar la unidad sino por diferenciarse, por encontrar un nicho propio, una trinchera para dar la batalla interna.

Patricia Bullrich lo encontró situándose en la extrema derecha punitivista en terrenos lindantes con el anarco-capitalismo. Macri volvió a su perfil de dirigente empresarial poco afecto a la redistribución del ingreso y le cedió a Rodríguez Larreta su antiguo disfraz de dialoguista de centro dispuesto a hacer concesiones a la progresía vernácula para sostener la paz social.

Entre los radicales la división se da entre los que quieren encabezar, como Facundo Manes y Gerardo Morales y quienes se conforman con secundar, como Alfredo Cornejo.

En ese caldo, la interna de JxC se fue calentando hasta romper el punto de ebullición hace algunos días cuando Bullrich amenazó con romperle la cara al jefe de gabinete de Larreta y se ocupó de que su entorno grabara y viralizara ese episodio que la presentaba como la persona frontal y violenta que le gusta ser.

Para bajar los decibeles de la pelea y buscar una foto de unidad que le diera algún mínimo sentido a la alianza, JxC convocó a una nueva reunión de su mesa nacional. “Hoy nuestros candidatos a presidente son Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta”, dijo Cristian Ritondo tras el desayuno, definición que recortaba el espectro de candidaturas que había antes de la reunión, pero luego sus dichos fueron desmentidos desde el entorno de Macri que  reiteró que recién resolverá su situación en marzo.

 

Desaprobación

Tanta pelea interna que no hace más que revelar las inconsistencias de la alianza opositora y las mezquindades y ambiciones personales de sus principales representantes alejan a la gente que por estos días está más preocupada por sus problemas reales y concretos que por las disputas para definir candidaturas.

Eso se notó particularmente en Misiones hace algunos días cuando Horacio Rodríguez Larreta pasó sin pena ni gloria por la capital provincial y se repitió luego con las visitas intrascendentes del presidente de la UCR nacional, Gerardo Morales, y del exministro de Economía de Mauricio Macri, Alfonso Prat Gay.

Atrás quedaron los tiempos en los que referentes nacionales de Juntos por el Cambio tenían capacidad de convocar a los misioneros como alguna vez lo hiciera Mauricio Macri. La principal alianza opositora a escala nacional ya no mueve la aguja en la Tierra Colorada, perdió la capacidad de generar expectativas.

Pasaron de ser una novedad en la escena política para convertirse en otra fuerza política que fracasó cuando le tocó ponerse al frente de la administración nacional. Y lo curioso es que la interna lleva a los mismos dirigentes de JxC a destacar el fracaso de Macri, como lo hizo Morales en Misiones cuando dijo que el expresidente no tuvo plan de gobierno en los cuatro años de gestión, y mostró una diferencia central que los aleja: “no estoy de acuerdo en privatizar Aerolíneas Argentinas”, remarcó.

La interna nacional se traslada a la conducción provincial de JxC. El radicalismo pretende imponerle al PRO su mayor estructura territorial y aspira a quedarse con los lugares en las listas que antes ocuparon los hermanos Schiavoni que en 2023 deberían renovar sus mandatos.

Pero la huida permanente de jóvenes radicales, decepcionados del manoseo de su partido, enciende alarmas que la dirigencia tradicional y conservadora se niega a reconocer. La tentación por preservar sus cargos niega oportunidades a las nuevas generaciones y el partido pierde una de sus bases de sustentación.

Las encuestas indican que la juventud misionera se inclina mayoritariamente por la candidatura de Javier Milei como opción de cambio. Más del 50% de los menores de 24 años lo votaría en la provincia.

Esa juventud que adhiere a las ideas de Milei, en Misiones se inclina claramente por el Frente Renovador porque lo ven como el un espacio político que abre las puertas, brinda espacios y oportunidades de desarrollo a los jóvenes. Ese mismo motivo es el que llevó a tres camadas de radicales a sumarse al misionerismo en los últimos meses.

Lejos de actuar de manera refractaria a esta irrupción de los jóvenes, desde la renovación aseguran que están aprovechando esto para llevar adelante una suerte de refundación de ese espacio político que se alimenta de sub-40 radicales, peronistas e independientes que provienen de ámbitos profesionales, deportivos, rurales, empresariales y civiles.

El frente que gobierna Misiones no deja de recibir nuevos integrantes que se acercan con interés en ser parte de ese espacio, porque entienden que así ayudan a que la provincia siga creciendo como lo viene haciendo, diferenciándose de la Nación y de los dos grandes frentes nacionales que no han generado nada para el interior del país durante sus mandatos presidenciales.

Justamente por eso Carlos Arce aparece por lejos como el candidato con mayor intención de voto en la categoría senador en una encuesta realizada en la primera semana de noviembre en todo el territorio misionero. El vicegobernador triplica en votos a los postulantes de Cambiemos y el Frente de Todos, que apenas llegan a un dígito, entre los que se midieron a Humberto Schiavoni, Florencia Klipauka, Martín Goerling y Cristina Brítez.

Queda mucha tela por cortar pero el panorama es claro. En Misiones la certeza del gobierno incentiva a los ciudadanos a cuidar la gestión, colaborar y hacer que siga creciendo la economía. En lo nacional, el hartazgo con los dos grandes frentes da lugar a una nueva experiencia encarnada en el candidato liberal de leonina cabellera.

 

Paisaje forestal

Después de tres años, San Vicente volvió a recibir a la Fiesta de Madera en una edición que se plantea como puntapié para potenciar el desarrollo de la foresto-industria en el eje de la ruta 14.

Con números artísticos de jerarquía nacional, la fiesta reverdeció los laureles de las ediciones más recordadas, pero también recuperó su sitial de encuentro para los empresarios del sector y de vidriera para mostrar los últimos avances en materia de tecnología.

Además fue marco para una nueva reunión de la Mesa Forestal que reúne a autoridades gubernamentales y a representantes de las empresas y los trabajadores.

Durante la inauguración, el gobernador Oscar Herrera Ahuad se refirió a las gestiones que desarrolla la Provincia para que las exportaciones del sector tengan alícuota cero de retenciones. Aclaró que es una cuestión que se está trabajando con la Secretaría de la Producción de la Argentina, el Ministerio de Economía y la Secretaría de Agroindustria. “Creemos que podemos llegar a tener buen resultado y va a potenciar mucho la actividad económica foresto industrial”, declaró.

Para el turismo la que pasó también fue una semana especial. El  viernes  se celebró un aniversario de la consagración de Cataratas como Maravilla Natural del Mundo. En ese marco, el gobernador Oscar Herrera Ahuad acompañó el desfile de la Ruta del Diseño Misionero con la presencia del diseñador argentino Benito Fernández, actividad que buscó potenciar la industria de la moda en la tierra colorada en el marco de los festejos de la ciudad.

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