La licenciada advirtió que cada vez son más las personas que eligen estos alimentos. Desde carnes embutidas y/o enlatadas hasta menú enteros pre cocidos o congelados son ejemplos de ultraprocesados.
“Son todos aquellos alimentos que se le van a agregar otras sustancias que justamente son artificiales y va a tener poco o nula cantidad de alimentos en su forma natural. Son esos que ya vienen listos para consumir o requieren una nula preparación o muy poca cocción. Por ejemplo, el puré de papas que viene en sobrecito que ya viene prácticamente listo para consumir, o la sopa en sobre”, explicó Tuzinkiewicz.
“Justamente estos alimentos contienen sustancias artificiales que son las que conocemos como aromatizantes, conservantes, resaltadores del sabor que justamente son más peligrosos y están en esa letra chica que casi no se lee o es difícil de identificar por el consumidor, salvo que tenga cierta información, y eso lo vuelve más peligroso a la salud porque estamos hablando de alimentos artificiales y no es lo natural”, reveló.
“Estos agregados que la industria hace a estos productos suelen ser adictivos porque tienen tanto contenido de grasas, azúcar y sodio que nos lleva a querer comer hasta que no vemos el paquete vacío”, señaló.
“El mayor riesgo de tener sobre peso, diabetes, hipertensión justamente por el alto consumo de estos productos”, señaló y dejó en claro que la alimentación en este sentido es uno de los factores, aunque no el único.
Las enfermedades crónicas no hereditarias “antes no se veía en edades tan tempranas en niños y adolescentes y hoy si lo estamos viendo. Una de los motivos es porque dejamos de lado la comida casera, hoy en día esa costumbre se está perdiendo, es más fácil comprar alimentos congelados”, sostuvo Tuzinkiewicz.
“Todos estos alimentos industrializados generan un mayor riesgo justamente por las sustancias que contienen”, indicó.
Cuando pensamos en alimentos ultraprocesados debemos pensar en todos sus tipos, desde las patitas de pollo o pizzas pre hechas y congeladas, hasta galletitas dulces, golosinas y hasta jugos de frutas.
“Justamente para que duren más tiempos se le agregan muchos componentes artificiales y que lo hace más peligrosos”, aseveró.
“Decir que vamos a dejar de consumir del todo estos alimentos forma parte de una utopía, pero si hace falta reeducarnos para poder consumirlos de otra manera o empezar a incorporar también alimentos más sanos”, manifestó la especialista en Nutrición.
“Ya se está viendo que más del 60 % de nuestra población, es decir la población argentina va a tener sobrepeso u obesidad, más del 14 % tiene diabetes, más del 30 % hipertensión y esos son valores que surgen a partir encuestas y uno en la práctica diaria va viendo como aumentan porque realmente cada mes tenemos más hipertensos, diabéticos y no es algo que va quedando en un número fijo sino que va aumentando y lo más preocupante es que se estima que en unos cuantos años la gran mayoría de la población argentina tenga sobre peso u obesidad y es algo que nos preocupa y de lo que nos tenemos que ocupar para que no suceda”, expresó la licenciada Tuzinkiewicz.
Y reiteró que tampoco se tata de prohibir, sino de “buscar la manera de que haya una convivencia entre estos alimentos y otros más saludables”, aclaró.
Por qué se consume más alimentos ultraprocesados que antes
-Falta de tiempo
-Cambios en el estilo de vida y rutinas
-Falta de organización en la alimentación
-Falta de asesoramiento
-Desinformación
El consumo de ultraprocesados en la infancia
La licenciada señaló que la forma de alimentación es un hábito, no se construye de un día para el otro, por eso es fundamental “hacer partícipes” a los niños en su alimentación y a su vez ir creando consciencia en este sentido.
Hacerles participar de su alimentación pidiéndoles ayuda para cocinar y al momento del juego incluir temas vinculados a las comidas son dos formas para que ir creando esto en los más chicos y así enseñar a alimentarse.
“También es importante la educación en las escuelas, fomentar los quioscos saludables”, afirmó la nutricionista.
Apostar por las ferias
A su vez, la nutricionista reveló que una buena forma de reducir el consumo de estos alimentos es frecuentar las ferias francas o los distintos puntos de ventas de productores agrícolas, dado que ofrecen alimentos frescos y sin ser procesados.
“Hoy en día también tenemos muchas ferias con alimentos agroecológicos, es decir que la producción de alimentos no está hechas a bases de químicos, son alimentos 100 % saludables y eso facilita muchísimo no solo en la salud sino en una cuestión de precios”, recordó.
Además, aseguró que la mayoría de las personas piensan “que tener una alimentación saludable es más cara”. Sin embargo, basta con “planificar la alimentación diaria” para darse cuenta de que la comida casera es mucho más económica, además de sana y nutritiva, aseguró Tuzinkiewicz.
Ley de etiquetado frontal
“La ley del etiquetado frontal es el comienzo de una educación que va a llevar su tiempo”, aseguró.
Y aclaró que, sin dudas, “va a ayudar mucho porque justamente la persona que va a comprar, entre el poco tiempo que tiene para hacer las compras y la letra tan chiquita de la información nutricional, se dificulta mucho leer los ingredientes de un alimento y, si yo no entiendo o no tengo asesoramiento previo no voy a saber identificar que es sano y que no”.
Por ejemplo, señaló que muchas personas siguen creyendo que cualquier galletita de avena es sana, sin embargo, depende de los demás ingredientes que la componen.
En este sentido lo que propone la ley es que se detalle de forma simple y comprensible la información nutricional de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas. Justamente, esta legislatura aprobada en 2021, dispone que los envoltorios o envases contengan una etiqueta que revele “si tiene alto contenido de azúcares, grasas, sodio, etc.”
“La ley del Etiquetado también propone que la industria deje de fomentar el consumo de estos tipos de alimentos a través de la publicidad”, recordó por último Tuzinkiewicz.
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