En este medio entendemos que los discursos de odio no deben tener lugar en una sociedad que valore la convivencia armónica y que los primeros responsables en no propagarlos son los dirigentes políticos.
Reafirmamos nuestro compromiso irrenunciable con la tolerancia y el respeto porque estamos convencidos de que nada bueno ni duradero se puede construir dejando de lado esas bases.
Entendemos que la cercanía con lo que pudo ser una tragedia de dimensiones que no alcanzamos a dimensionar, puede convertirse en una oportunidad para unificar a la clase política nacional en defensa de la democracia y en el compromiso para comenzar a cerrar una grieta que atraviesa a toda la sociedad con dolorosas consecuencias.
Como sociedad hemos avanzado significativamente en un período relativamente corto para llegar a consensos amplios que desterraron la tolerancia que en algún momento hubo a formas de violencia como el racismo o la misoginia, es tiempo de hacer lo mismo con los discursos de odio relacionados a la política.
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