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Alemania está tomando medidas para ahorrar energía

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En esta nueva realidad, con la guerra latente entre Rusia y Ucrania- que ya lleva más de 6 meses y con toda la crisis que esto provoca a su alrededor en distintos ámbitos, los líderes europeos analizan las mejores estrategias para ajustarse los cinturones y hacer frente a los meses de frío que se aproximan.

En este marco, hace un par de meses el gobierno alemán anunció que será necesario ahorrar energía y la gente parece haber comprendido.

De esta forma tomó medidas como ser lo que ocurre en varias ciudades, donde se apagan las luces de los edificios históricos (que normalmente permanecían iluminados), y además se redujo la intensidad del alumbrado público en las calles.

De acuerdo a Deutsche Welle (DW), no solo se ahorra en iluminación para cumplir la meta trazada por la UE (Unión Europea) de reducir en un 15 por ciento el consumo de energía, también en las oficinas, los aparatos de aire acondicionado se usan de manera cuidadosa, y en invierno se calefaccionará con un máximo de solo 19 grados (cuando normalmente estaban en 21 grados, esto teniendo en cuenta que un grado significa 6% de ahorro energético) y detallaron además que ya no se calefaccionarán más los pasillos, solo las oficinas.

Sube el gas

En las últimas semanas también se dio a conocer la noticia que Alemania impondrá a los consumidores un impuesto sobre el gas de 2,4 centavos por kilovatio hora a partir de octubre, para ayudar a importadores afectados por la disminución del suministro de gas ruso.

En este marco, Trading Hub Europe (THE) la fusión de operadores de redes de gas en Ratingen, anunció que el gravamen del precio del gas entrante en Alemania, que está destinado a distribuir los altos costos de reemplazar el gas ruso entre todos los consumidores finales a partir de octubre, se fijó en 2,4 centavos de euro por kilovatio hora (kWh).

Es decir, que para una familia media de cuatro personas, esto supondrá un coste anual adicional de unos 480 euros, según calcula la agencia de noticias Reuters.

Y en este contexto de ahorro energético, muchos buscan consejo de los asesores energéticos que hay en el país, quienes ofrecen información, por ejemplo, sobre aspectos básicos de la energía fotovoltaíca, el aislamiento de edificios y sistemas de calefacción entre otras cosas.

Es así que la demanda en las empresas de energías renovables se ha incrementado notablemente en este 2022.

 

Inflación

El índice de precios al consumo (IPC) se situó en julio en el 7,5%, lo que supone una de las cifras más elevadas de toda la serie histórica que se inició en 1991 tras la reunificación del país, con la caída del muro de Berlín. Y hacía 49 años que la economía germana no registraba una inflación similar.

«Una tasa de inflación similarmente alta se registró por última vez en el antiguo territorio de la República Federal en el invierno de 1973/1974, cuando los precios del petróleo aumentaron considerablemente como consecuencia de la primera crisis del petróleo» explicó Georg Thiel, presidente de Destatis, la oficina alemana de estadística germana.

La principal razón de la alta inflación sigue siendo el aumento de precios de los productos energéticos, aunque también se aprecian aumentos para otros bienes, como ser los alimentos.

Otros factores que afectaron a las subidas de los precios al margen de la energía fueron los cuellos de botella, debido a las interrupciones en las cadenas de suministro causadas por la pandemia y los marcados aumentos de precios en las etapas iniciales del proceso económico.

Un dato importante a tener en cuenta es que en la pandemia el consumo se frenó por el aislamiento social, y actualmente esto ha provocado una demanda mayor de los consumidores en todos los ambitos.

 

Medidas ante la inflación

Ante esta realidad inflacionaria el gobierno alemán actuó rápidamente aplicando medidas como ser reducir el impuesto especial a los combustibles, para que el consumidor final pueda pagar menos dinero al recargar, lo que hizo descender el precio a alrededor de 1,85 euro el litro de nafta súper (que era lo que costaba más o menos antes del aumento), cuando en mayo llegó a los 2.20 euro por litro. De igual manera, cabe destacar que los precios del combustible varían constantemente.

En general los alemanes ven con agrado que baje el combustible pero manifiestan con preocupación que sería muy bueno que también bajen los alimentos que se han visto incrementados en los últimos meses.

«Lamentablemente los alimentos en los supermercados no bajan los precios tan rápido, estamos a la espera de que también se tomen medidas en este sentido» indicaron.

Otra medida que lanzaron desde el gobierno alemán, fue la de descuentos en los tickets de transportes públicos, como ser un ticket para utilizar cualquier tipo de transporte público, por 9 euros al mes, algo que funcionó bien en el mes de julio y que se continuará aplicando pero con otra estrategia.

Además se brindó un plus económico a las familias con hijos a través del «Kindergeld» para paliar las subas de los últimos meses.

 

Centrales eléctricas de carbón

La crisis energética está contribuyendo a la reaparición de las centrales eléctricas de carbón en Alemania. De acuerdo a lo informado por DW, para ahorrar gas en el suministro eléctrico, se ha sacado otra pila de la reserva. La central eléctrica de Heyden, en Petershagen (Renania del Norte-Westfalia), en la frontera con Baja Sajonia, ha vuelto a la red con regularidad desde la madrugada del 29 de agosto, ha dicho un portavoz del operador Uniper.

Según informaciones anteriores, debería producir electricidad hasta finales de abril. Con una capacidad de 875 megavatios, la central de Heyden 4 es una de las centrales de carbón más potentes de Alemania, según Uniper. Llevaba en funcionamiento desde 1987 y era la última en la reserva de la red. Esto significa que sólo produjo electricidad temporalmente para la estabilidad de la red.

La coalición del canciller socialdemócrata Olaf Scholz autorizó a 27 centrales de carbón reanudar operaciones hasta marzo de 2024. Desde el anuncio de esas posibles reanudaciones, a fines de junio, solo una central reabrió a plena capacidad: la de Mehrum (norte), a inicios de agosto, con una capacidad de 690 MW. El sector, al igual que toda la industria alemana, enfrenta una grave carencia de mano de obra.

En Moorburg, «la mayor parte de quienes se fueron, encontraron empleo en otros sitios o se jubilaron», comentó Robert Wacker, director de la central.

El grupo energético RWE, que prepara la reapertura de tres bloques de 300 MW cada uno, confirmó a AFP que necesita «varias centenas de puestos».

A inicios de julio, la central de Jänschwalde, en el este a 150 km de Berlín, dijo que buscaba contratar a cien trabajadores. Algunas plantas ya fueron parcialmente desmanteladas.

Trabajo y demanda laboral

De acuerdo a un estudio reciente hay una demanda de 1.200.000 puestos de trabajo en todo el país.

De los cuales medio millón son puestos para oficios en diferentes áreas (como ser electricistas, sanitaristas, puestos en ámbitos de la educación, la salud y la hotelería, entre otros).

Por ahora, en pleno verano europeo, el sol brilla fuerte sobre el país teutón. Pero los alemanes no permiten que el sol los encandile y se preparan con precaución para la llegada de un duro invierno.

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