Amigos de diversas profesiones y ocupaciones, conocedores de la injusticia que trae ya la propia vida en numerosos aspectos, pero también conscientes de que dicha injusticia se conforma en círculos de poder no necesariamente políticos, lo peor corporativos que no dejan avanzar, y que censuran a personas que no conforman parte de su elite, sabedores que esto es contrario a lo que señalara Alberdi también y que por desgracia se visualiza: “El Estado es libre en cuanto absorbe y monopoliza las libertades de todos sus individuos, pero sus individuos no lo son, porque el gobierno les tiene todas sus libertades”.
En este especial día para los abogados en que se celebra en homenaje a Alberdi el redactor de Bases y puntos de partida para la Organización política de la República Argentina, esto es el alma mater de la Constitución Argentina, que se jurara en 1.853 y se consolidara con la incorporación de la Provincia de Buenos Aires en 1.860, lo es precisamente porque fue el genio de la Ley Fundamental que regiría los destinos de nuestra nación. Siguiendo esta grandeza y honestidad intelectual ha habido y habrá grandes abogados, que más allá de sus rutinas son fuentes creadoras de doctrina. Prestigian nuestra profesión.
No basta con decir, “brindemos por el Día del Abogado”, no, en lo más se trata de la realidad que atraviesan la mayoría de los abogados, sobre todo aquellos y aquellas que comienzan o transitan la profesión. Esta profesión que es sufrida, que quita horas al sueño, que exige una constante actualización, que exige siempre exige, pero que da u otorga un orgullo a quien “la profesa que lo supera”. Y digo que esto se debe más a aquellos que no conforman elites, ni se aprovechan del poder de un Colegio de Abogados para haber establecido una dinámica eleccionaria que los tiene siempre ejercitando el poder de la colegiatura. Y que “puede ser” legalmente constituido, pero que carece de legitimidad en esencia. Porque no representa en realidad a los abogados y abogadas que se conformen a la estructura del buró.
Un Colegio como todo Colegio, Asociación Profesional (Contadores, Arquitectos, Médicos etc. Etc.) que debe asegurar la administración de la matrícula percibiendo las gabelas correspondientes y asegurando luego de un debido proceso legal la aplicación del Código de Ética y que tiene por encima de todo incluso de todo poder del Estado ajeno a la injerencia en el Colegio a la Asamblea como órgano máximo del Colegio, extravió en los últimos 15 ó 20 años el rumbo, cuando se conformó como una corporación elitista de los mismos de siempre que viven “rotando” el poder del Colegio.
Aseguro, ellos, no tienen ningún problema económico, y detentan estudios corporativos o un poder adunado a lo político que solo garantiza su existencia como persona ideal a través de lo único que es humano, pero no por ello menos censurable: “la teoría del poder para tener, poseer y ejercer un poder formal y otro del cual carece legitimidad”.
Como señalé al principiar el párrafo, no veo que otro Colegio Profesional se inmiscuya en la política del Estado y genere incluso actitudes que, bajo pretexto al amparo de la profesión de abogado, generando un espacio de poder extra poder del Estado y alejándose de las miras que tiene en realidad institucionalmente como persona jurídica de derecho público no estatal.
La crítica no, la denuncia es que con una normativa inconstitucional que permite la degradación del derecho de defensa, trivializándola formalmente y que desconoce la autoridad soberana de una Asamblea que le ordenó aggiornar su reglamentación en los procedimientos que lleva a cabo para aplicar el código de ética, lo que implica un desconocimiento a propósito de dicho mandato asambleario sigue adelante con el vetusto reglamento para el Tribunal de Disciplina p.ej. que la misma Asamblea ha declarado inconstitucional.
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¿Por qué? Porque de ese modo tiene en su mano el poder omnímodo de lo que es hoy un “sub-estado” elitista y corporativo que amenaza implícitamente con ejercer la facultad disciplinaria a cualquier abogado, ocupando métodos reglamentados por una dictadura militar (el RPTD es del año 1978 dictado por una dictadura militar) la que por fuera de cualquier poder que repudiaría como ilegítimo constitucionalmente el mismo Alberdi, consagra una suerte de nepotismo y de una solapada dictadura por la carencia que en esencia tiene de constitucionalidad en el poder disciplinario. No existe allí seguridad jurídica para ningún letrado que haya caído en la telaraña de la “justicia del Colegio de Abogados”.
Se arroga también la representación en lo que considero una extralimitación para tener representantes en la selección de jueces, no siendo representantes del pueblo e ignorando su carencia de facultades legítimas para ello. El Poder instituido por la Constitución de Misiones, en su división de Poderes, ya depende en gran parte de esto, porque hasta el poder constituido legítimamente que es el Estado también se somete por temor a esta comisión extra poder.
Que no sirve para nada si su simpatía es la que vale en la elección de judicantes, o en la intromisión en el Poder Judicial vía críticas apretadoras que en nada fortalecen al sistema republicano y democrático de gobierno, más bien lo empequeñecen.
Qué harán por ustedes abogados que con esta altura de las circunstancias donde la gran mayoría no tiene estudio jurídico, depende de estos poderosos corporativos que por ahí los emplean, y que dignamente gastan sus zapatos en la calle para trabajar en la profesión, y que pagan la matrícula, y tienen gastos por el solo hecho de litigar “manteniendo” la riqueza patrimonial de un Colegio al que obligadamente deben estar inscriptos para el mismo hecho de trabajar en condiciones desiguales, sin que se vea que desde la Colegiatura se hace algo para invertir en ellos, al menos otorgar créditos para estudios, y para ya el mismo pasar personal y de su familia.-
La profesión de abogado es romántica, pero no es romántico lo que deben atravesar en esas circunstancias para ser realmente abogados que viven plenamente de su profesión.
Y más, excedería esta nota. Pero siquiera rinden cuentas, o tienen algún respeto pese a estar incluidos en la Ley de Personas Jurídicas para realizar como los demás Colegios y Asociaciones Profesionales el acatamiento a la ley y a los órganos de gobierno de control.
A esta altura se llega a ver al CAM con un “poder legítimo”. No solo son compradores fervientes de brillantina.
¿Dirán qué tiene que ver hoy el Día del Abogado esto? Todo, no se trata de que les llamen “doctor” la profesión es la más apasionante si se estudió por vocación de serlo. Pero existe la familia del abogado, el abogado mismo, la esencia de la profesión no es un signo o símbolo es un servicio que tiende a la más eficaz defensa en juicio o representar otros no menores intereses patrimoniales y extrapatrimoniales de quien contrata el servicio; exige medios tecnológicos y un estudio, adquisición de material bibliográfico, de medios para procurar las causas y mantenerlas ordenadas, de una infraestructura. A esta altura reconocerán conmigo esto.
Lo ayuda el Colegio de Abogados o su función es pasar meramente por crear campeonatos de fútbol, tertulias o cursitos para jóvenes profesionales en donde promocionan solo a su acotada comisión directiva…-
Esto es tan importante como celebrar la profesión de Abogado, yo lo seré siempre por más que el C.A.M haya desconocido en forma arbitraria, intencional y como dé lugar en inobservancia de la Constitución y de la misma decisión soberana de una Asamblea que le ordenó adaptarse a la Constitución y las Convenciones de que forma parte en su ordenamiento interno.
Nada hizo ni hará es un formidable mecanismo de opresión hacerse el distraído y seguir con anciana normativa, palmariamente inconstitucional. Ese es un mecanismo de defensa para el buró no para el colegiado. Es una amenaza institucional…caben las reflexiones de Bretch: “«Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero, tampoco me importó. Mas tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen por mi, pero es demasiado tarde.»
Mi posición personal, compartida por cientos de colegas pasa por no dejar pasar esto, cada vez que se celebre el Día del Abogado yo y quienes padecen diariamente algún tipo de injusticia saludamos a quienes lo son, pero más a los que en el trajín diario se dan cuenta de las carencias que tienen para llevar a cabo su tarea profesional, y no gozar de la seguridad económica que se necesita para poder actuar y pensar el derecho, cuando la familia y el profesional mismo son los que deben pagar el precio de ese Colegio paquidérmico que no les sirve de nada; quizás en un futuro no muy lejano el C.A.M se jacte de tener hasta obras de arte adquiridas con el patrimonio que tiene de los pagos de sus afiliados para seguir litigando.
Esto es un dejo irónico, por esto es que vaya mi saludo al Abogado de a pie, ese que realmente jerarquiza la profesión, que no se inserta en la vanidad de la profesión, ese que debe dominar el conocimiento de nuestra Constitución Nacional y que debe interpretar sus conceptos y defenderla aunque en ello se le vaya todo e incluso la vida. Para ellos Feliz día Abogados !!!
Por Héctor Alejandro Jabornicky, Abogado.
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— misionesonline.net (@misionesonline) August 29, 2022
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