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Análisis semanal: Los desafíos de Massa, la interna cambiemita y las soluciones misioneras

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Como si la economía argentina no tuviera suficiente con los desbarajustes que viene arrastrando desde hace varias administraciones y los que impone un contexto mundial convulsionado, desde el fracaso del Gobierno en las PASO del año pasado debe lidiar también con un alto grado de incertidumbre política.

La puja de poder entre los socios del FdT desembocó en una crisis que estalló tras la renuncia del exministro de Economía Martín Guzmán y golpeó de lleno a la debilitada economía nacional. Los resultados de la mala praxis política comienzan a reflejarse de manera inapelable en la estadística.

La inflación de julio, según el INDEC, fue de 7,4%, la más alta desde 2002 cuando el país salía de la hecatombe pos convertibilidad. En junio pasado el mismo índice había sido de 5,3%, la diferencia de más de 2 puntos porcentuales entre un registro y el otro no encuentra otra explicación que la citada crisis.

En poco más de un mes, el dólar libre pasó del orden de los 240 pesos a los 300 y en los 13 días que van de octubre se perdieron más de 1.000 millones de dólares de las reservas. Nada de eso encuentra otro justificativo que el mal manejo político del Gobierno.

No se trata de numeritos que impactan solo en las pizarras de los bancos y las financieras, son reflejos de un proceso de deterioro que golpea de lleno en la vida de los sectores más vulnerables de la población. Parte de eso fue reflejado por un reciente relevamiento de Unicef que indica que más de un millón de niñas, niños y adolescentes saltean al menos una de las comidas diarias y su dieta perdió en materia de valores nutricionales.

más de un millón de niñas, niños y adolescentes saltean al menos una de las comidas diarias y su dieta perdió en materia de valores nutricionales.

Hasta la última crisis, Alberto creía que podía llevar adelante su gestión ignorando los constantes embates de su Vice y Cristina estaba convencida de que hacer oposición dentro del oficialismo le permitiría despegarse de la debacle del gobierno sin perder las cajas y los cargos que hasta ahora maneja.

Pero las consecuencias de la renuncia de Guzmán obligaron a los dos a recalcular sus descabelladas estrategias. Frente a la cercanía del abismo, ambos parecen haber entendido que sin un grado aceptable de unidad política se hunden el Gobierno, el FdT y las carreras de sus máximos referentes.

Por mezquindad política o simple torpeza, les llevó más de un mes aceptar que Sergio Massa era el único dentro del FdT con el peso suficiente para encabezar una reunificación ordenada de esa variopinta alianza.

Después del paso de Silvina Batakis que extendió de manera innecesaria la incertidumbre pos renuncia de Guzmán, el súper ministro Sergio Massa asumió con el enorme desafío de poner orden entre sus aliados y al mismo tiempo, mantener a flote una economía que hace agua por todos lados.

La entronización de Sergio Massa, un hombre con fluidos contactos con el establishment económico y financiero y con llegada directa a la embajada de Estados Unidos, fue bien recibida por los mercados. Pero lo improvisado de su llegada en un contexto muy delicado, lo obliga a actuar contra reloj.

Asumió sin equipo y los economistas más renombrados relacionados a su espacio político prefirieron no acompañarlo en tan compleja tarea. A más de dos semanas de su designación, todavía no consiguió incorporar a un especialista en macroeconomía que lo respalde como viceministro, algo que sería muy deseable dado que Massa ni siquiera es economista.

La semana pasada desde el entorno del tigrense dieron por sentado que ese puesto sería ocupado por Gabriel Rubinstein, lo que provocó que en las redes sociales se multiplicaran fragmentos de entrevistas y publicaciones en las que el economista de raigambre liberal criticaba duramente a Cristina. Después de eso no se supo más nada y el puesto sigue vacante.

Los anuncios que hizo hasta ahora el nuevo ministro, cuyos detales técnicos de instrumentación todavía no están claros, están lejos de configurar un plan de normalización pero permiten vislumbrar una línea de acción general que mezcla ajuste ortodoxo con paliativos para los sectores más humildes.

Lo grueso del ajuste del gasto público pasará por un recorte en los subsidios a la energía, los pormenores se conocerán esta semana, el establecimiento de topes de gasto, redefinición de prioridades en todos los ministerios y una auditoría de los planes sociales.

Para intentar contener la suba de precios apelará a la contracción monetaria y a sostener tasas de interés positivas (el jueves el Central aumentó casi 10 puntos la tasa de referencia). La misma receta con la que la gestión de Mauricio Macri terminó duplicando la inflación heredada, elevando la cotización del dólar de menos de 10 pesos a más de 60 y planchando los niveles de actividad.

Para aliviar el impacto social del ajuste y hacer que el sapo de gobernar con el manual del enemigo sea un poco más digerible para el kirchnerismo, el súper ministro ya anunció un bono para los jubilados de la mínima y anticipó que convocará a centrales obreras y cámaras empresariales para otorgar aumentos salariales en las escalas más bajas. En los pasillos de Hacienda se rumorea que si la concertación no prospera, habría aumentos por decreto.

Recomponer reservas es la otra gran urgencia que enfrenta la nueva gestión a cargo del tigrense. El plan consiste en rezar para que suban las temperaturas lo antes posible y con ello se reduzcan las importaciones de energía, prenderle una vela al campo para que acelere la liquidación de exportaciones y practicar recitados del Corán a la espera de un préstamo qatarí.

Massa se muestra más dispuesto que Guzmán a otorgar concesiones al campo (némesis del kirchnerismo) con el objetivo de que las cerealeras liquiden exportaciones por 1.000 millones de dólares en las próximas dos semanas. El viernes se reunió con representantes de la Mesa de Enlace, pero el problema es que el campo huele la debilidad del Gobierno y pone sobre la mesa exigencias que hasta hace solo dos meses hubieran sido inimaginables, como cobrar dólar bolsa en vez del oficial.

El plan que todavía no terminó de definir el equipo de Economía genera dudas por lo improvisado de su elaboración pero también por el respaldo político que vaya a tener cuando el ajuste incremente los niveles de descontento.

El plan que todavía no terminó de definir el equipo de Economía genera dudas por lo improvisado de su elaboración pero también por el respaldo político que vaya a tener cuando el ajuste incremente los niveles de descontento.

Lo que todos se preguntan por estos días es si el kirchnerismo tolerará medidas mucho más ortodoxas que las que no le permitió adoptar a Guzmán. Referentes del espacio que lidera la Vice, como su hijo Máximo Kirchner y el ministro del Interior Wado de Pedro, se cuidan de criticar a Massa y hasta lo acompañaron en distintas actividades, pero no dieron apoyo explícito a ninguna de las medidas anunciadas.

Cristina, más ocupada en resolver su situación judicial, por ahora calla pero no sabemos si otorga. Más allá del riesgo de terminar con una condena en su contra, el “Caso Vialidad” la somete a un alto costo político porque vuelve a traer al centro del debate lo desprolijo (por calificarlo en forma benévola) del manejo de la obra pública durante sus dos gestiones al frente del Ejecutivo nacional.

El reciente rechazo al pedido de recusación que presentó su defensa contra el juez y el fiscal que llevan adelante la causa significaron un duro revés porque garantizaron la continuidad del juicio.

El Presidente, devenido en socio minoritario de la alianza de gobierno, trajina actos para recuperar algo de la centralidad perdida con la llegada de Massa al Ejecutivo en formato piloto de tormentas.

Pero su incontinencia verbal le juega en contra. En un discurso en Lomas de Zamora anticipó un inminente acuerdo entre empresarios y sindicalistas para alinear precios y salarios. Desde el ministerio de Economía debieron aclarar luego (en off para evitar nuevas crisis) que todavía no había fecha para iniciar las negociaciones.

En el mismo acto se refirió a una supuesta conversación que habría tenido con un productor: “me dice (Nahuel) que cuida la tierra, pero que aún no tiene su propia tierra, que quiere vivir dignamente y no en una casa de madera. Y tiene razón”, dijo, lo que provocó la reacción de madereros de todo el país que consideraron inoportunas las declaraciones porque refuerzan un prejuicio infundado que persiste respecto a la calidad de las casas de madera.

Desde la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) que nuclea a 28 cámaras empresarias del país, también reaccionaron con un comunicado de prensa este jueves a las “desafortunadas” afirmaciones del Presidente Alberto Fernández sobre las casas de madera.

“FAIMA se ve en la obligación de realizar algunas aclaraciones, ya que uno de los ejes estratégicos en los que trabaja es la Construcción con Madera, fundamental para nuestro futuro, no solo como sector sino como sociedad”, indicaron.

 

Guatemala o guatepeor

Como suele ocurrir en la política nacional, la principal fortaleza electoral del oficialismo no radica (ni por asomo) en sus propios aciertos y virtudes sino en las falencias e inconsistencias de la oposición.

La principal alianza opositora, Juntos por el Cambio (JxC), arrastra la mochila del gobierno de Macri que cerró con recesión tres de los cuatro años de su gestión, redujo la actividad 6,7%, consiguió duplicar la inflación, multiplicar por 6 la cotización del dólar, aumentar la pobreza y elevar significativamente el endeudamiento externo.

Tampoco luce mejor que el oficialismo en términos de unidad política, lo quedó en claro luego del revuelo que provocó Elisa “Lilita” Carrió en su más reciente raid mediático.

La fundadora de la Coalición Cívica le apuntó a quien fuera ministro del Interior durante toda la presidencia de Macri, Rogelio Frigerio, de quien dijo que “tenía una consultora antes donde trabajaba con los gobernadores y les dio todos los fondos de infraestructura federal”.

También lo acusó de manejar como una caja los recursos de AySA (Aguas y Saneamientos Argentinos) y de tener como testaferro a una amante. “Él me puso una amante en la lista de Capital y yo les dije: ‘Señores, yo me bajo si no me sacan a la amante de Frigerio, que estaba de testaferro de Frigerio en Aysa’”, señaló.

“Él me puso una amante en la lista de Capital y yo les dije: ‘Señores, yo me bajo si no me sacan a la amante de Frigerio, que estaba de testaferro de Frigerio en Aysa’”, señaló.

Apuntó también contra Emilio Monzó, uno de los armadores de la candidatura de Patricia Bullrich. “¿De qué vive Monzó? ¿Por qué tiene una casa en Martindale (country club) y un piso en Montevideo si ya no tiene el sueldo de diputado?”, se preguntó Lilita.

Puesta en fiscal de la pureza ideológica, acusó a Cristian Ritondo, Gerardo Morales, Facundo Manes y al mencionado Frigerio de cultivar relaciones demasiado cercanas con Sergio Massa.

Las reacciones no tardaron en llegar, acusaron a Carrió de ser funcional al kichnerismo, de ventilar cuestiones que deberían discutirse puertas adentro y de salpicar a aliados con el único objetivo de ganar protagonismo. Mucho se discutió respecto a los motivos que impulsaron a la chaqueña a prender el ventilador, pero nadie se atrevió a negar la veracidad de sus dichos.

Casi todos los principales referentes de JxC salieron con los tapones de punta contra Lilita, el único que guardó sospechoso silencio fue el ex presidente Macri, sospechas que crecieron con un tuit de uno de sus principales colaboradores, Fernando de Andreis, quien mencionó que Macri y él creen que hay que “cuidar que JxC no se contamine con relaciones poco claras con el autodenominado panperonismo”. Palabras más, palabras menos respaldó las críticas que hizo Carrió a dirigentes a los que acusó de estar o haber estado demasiado cerca de Massa.

 

Soluciones a la misionera

Misiones presenta una situación privilegiada en un contexto nacional castigado por la crisis, sin embargo no está exenta de soportar los efectos negativos que implica estar inserta en una economía nacional con profundos desequilibrios.

Apoyado en un modelo que gobierna sin peleas, administra sin derroches y gestiona junto con la gente, el Gobierno provincial se propuso desarrollar herramientas para atenuar los efectos que esa crisis pudiera generar en los misioneros, especialmente en los sectores más vulnerables. Una de esas herramientas se anunció el miércoles último y otra entrará en vigencia este lunes.

Con la llegada de la segunda quincena de agosto, comenzará también el Programa Ahora Canasta, que permitirá abaratar el costo de los alimentos a las familias misioneras en un momento de inflación desatada. Una decisión tomada con anticipación por el Gobierno provincial que resulta más oportuna que nunca teniendo en cuenta el contexto actual.

Con la llegada de la segunda quincena de agosto, comenzará también el Programa Ahora Canasta, que permitirá abaratar el costo de los alimentos a las familias misioneras en un momento de inflación desatada

Se trata de la más reciente versión de la amplia gama de programas “Ahora” cuya vigencia comenzó en 2016 con el objetivo de estimular la demanda de bienes en el territorio de la provincia mediante el otorgamiento de bonificaciones y facilidades de financiamiento en plazos.

En la actualidad los programas Ahora, son la herramienta más fuerte que tiene el consumidor para hacerle frente a la inflación. No existe en el país otra medida que siquiera la equipare y las 12 cuotas fijas sin interés y mucho menos que otorgue reintegros de hasta 41% sobre los precios de lista.

“Podemos continuar con esta política que es un signo distintivo de nuestro Gobierno y siempre fuimos evolucionando con los programas Ahora. El objetivo principal es dinamizar la economía en cuanto a lo que hacen las pequeñas y medianas empresas, pero también cuidar a nuestros consumidores…  Es un programa ejemplo en Argentina para que el proceso inflacionario no impacte de lleno en el bolsillo de los misioneros”, señaló el gobernador Oscar Herrera Ahuad al referirse al nuevo programa.

Así como el Ahora Canasta aliviará el precio de los alimentos a todos los misioneros, en la semana también se anunció un subsidio a unas mil familias endeudadas en el Gobierno de Mauricio Macri mediante los créditos hipotecarios UVA.

La angustia que genera el riesgo de perder la única casa familiar tuvo una respuesta contundente del gobernador Herrera Ahuad quien dispuso un aporte de 100 millones de pesos para ayudar con el pago de las cuotas, siendo Misiones la única provincia del país que sale en auxilio de los damnificados en el marco de este programa nacional que actualiza el valor por inflación y que está perjudicando a 104 mil familias en todo el país.

Pero para que este programa tenga el efecto que pretende el Gobierno, será necesario que más bancos adhieran, porque hasta ahora solamente el Banco Macro lo hizo. El Gobierno de Misiones pone 100 millones de pesos que van directamente a aliviar la situación de deudores agobiados por el exponencial incremento de las cuotas de los créditos hipotecarios que ajustan por el sistema UVA. Cualquiera imaginaría que los bancos, ante la posibilidad de acercar semejante beneficio a sus clientes sin tener que poner un peso, estarían haciendo fila para participar, pero hasta ahora la mayoría de ellos mostró desinterés.

No se descuidó en la semana el aspecto del medio ambiente, algo en lo que Misiones viene trabajando muy fuerte y con sobrados resultados. Esta vez se dio solución a un tema que hacía ruido y merecía una acción firme.

En el último día de la semana recibiendo al ministro de Ambiente, Juan Cabandié, el gobernador firmó un convenio para colocar radares en el acceso al Parque Nacional Iguazú y disminuir así la mortandad de animales atropellados por conductores que no disminuyen la velocidad. Al ser un espacio de jurisdicción nacional, tanto el parque como la ruta, debía venir desde el Estado Nacional. El reclamo se había planteado hace años y al fin la respuesta llegó. Otro paso en el cuidado de la flora y la fauna provincial.

 

Modelo único

Misiones mostró su modelo productivo e industrial en el ciclo de Clarín, Democracia y Desarrollo, donde Herrera Ahuad expuso el martes dejando una fuerte impresión delante de los sectores políticos y económicos más poderosos del país.

Mientras los exponentes de grandes provincias se quejaban por la presión fiscal y el pago de retenciones a las exportaciones; el misionero les mostró otro camino: Herrera Ahuad habló de las economías regionales pujantes, pero sin usar agroquímicos, sin desmontar la selva y sin monocultivo.

Mientras los exponentes de grandes provincias se quejaban por la presión fiscal y el pago de retenciones a las exportaciones; el misionero les mostró otro camino:

Destacó el modelo que se proyecta a la agricultura orgánica, produciendo alimentos sanos en pequeñas porciones de tierra, sin contar con las ventajas que tienen otras provincias como el combustible más barato, la cercanía a los grandes puertos y las redes de gas natural.

Reclamó por los sucesivos laudos nacionales de precios de la yerba mate que fueron desfavorables para los intereses de los productores. “Siempre el que más sufre en un laudo de la yerba es el productor. Hoy el laudo está en 46 pesos y se está pagando cerca de 65 pesos en boca de acopio. Hoy está menos de 50 centavos de dólar oficial, el kilo de yerba mate. Esas son nuestras realidades de nuestras economías regionales”, describió.

Aprovechó a la vez para volver a insistir con el reclamo de un pago por los servicios ecosistémicos que le brinda Misiones al resto del país gracias al cuidado de la selva que genera las condiciones de humedad y lluvia para beneficiar a los grandes monocultivos de la Pampa Húmeda. Destacó que si Misiones decidiera desmontar para producir soja, por ejemplo, una gran parte de la producción pampeana decaería por disminución de las lluvias.

En este sentido enfatizó que la mirada sobre las economías regionales debe ser integral, contemplando a todos, no solamente desde la mirada del sector más rico e influyente como es el sector que produce granos y logra exportaciones anuales por miles de millones de dólares al año. Respeto y firmeza mostró el gobernador delante de los sectores más poderosos.

La primera frase que lanzó Herrera Ahuad estuvo vinculada a uno de los tópicos de la charla: Argentina, supermercado del mundo.

“En este supermercado del mundo no puede quedar nadie afuera. Las economías regionales queremos ser por lo menos una gran góndola”, dijo el mandatario de la tierra colorada.

Enseguida, apuntó los cañones contra miembros de la Mesa de Enlace, “a quienes escuché hablar de las economías regionales. Es un canto lindo al oído de un gobernador, porque la venimos peleando hace mucho tiempo”.

Dirigiendo la mirada hacia el legislador de Juntos por El Cambio, Ricardo Buryaille, consideró Herrera Ahuad que “en materia de leyes, una gran solución sería la reglamentación del artículo 10 de la ley pyme, sobre todo para provincias como la nuestra que tiene la mayor cantidad de pymes de la Argentina”.

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