En Francia, unos 800 bomberos, apoyados por seis aviones, luchaban contra dos incendios forestales en el suroeste del país, que ya han provocado la evacuación de miles de campistas, dijo la prefecta de la Gironda, Fabienne Buccio.
En Santiago de Guarda, en el distrito central portugués de Leiria, Albertina Francisco luchaba por contener las lágrimas mientras una nube de humo negro se cernía sobre su pequeño pueblo.
«Fue muy duro», dijo Francisco, de 42 años, que estaba ayudando a evacuar a su hermana enferma. «Nadie ayudó: los bomberos y los aviones (hidrantes) recién llegaron ahora (…) El Estado debe hacer más para ayudarnos».
Algunos vecinos rescataron animales domésticos mientras otros ayudaban a los bomberos a combatir las llamas.
En Leiria, donde las temperaturas se elevaron a 45 grados centígrados y se han quemado más de 3.000 hectáreas hasta el momento, las autoridades bloquearon las principales autopistas y calles laterales, cuando los fuertes vientos dificultaban la lucha de los bomberos contra las llamas.
Sólo en Leiria, casi 750 bomberos combatían dos incendios activos, mientras que en todo el territorio continental de Portugal había 2.751 bomberos sobre el terreno, apoyados por 23 aviones.
En la región del Algarve, muy popular entre los turistas, hubo un incendio en la ciudad de Faro que se extendió al complejo turístico de lujo Quinta do Lago. Los videos compartidos en Internet mostraban las llamas acercándose a las villas, quemando palmeras y partes de los campos de golf.
Casi todo Portugal, azotado por la sequía, estaba en alerta roja por condiciones de calor extremo, con temperaturas máximas de 45 °C en los distritos centrales de Santarem y Leiria, dijo el instituto meteorológico IPMA. La temperatura récord del país, de 47,3 °C, se registró en 2003.
El jubilado Antonio Ramalheiro culpó a la inadecuada gestión forestal, además de la ola de calor, de los incendios forestales.
«Da miedo cuando llega el fuego», dijo este hombre de 62 años. «Si llega a la casa es una desgracia (…) lo pierdes todo».
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La Organización Meteorológica Mundial advirtió el martes que la ola de calor se estaba extendiendo e intensificando en gran parte de Europa.
Según un informe de la ONU de febrero de 2022, se espera que el número de incendios forestales extremos aumente un 30% en los próximos 28 años, debido a que el cambio climático provocado por el hombre está provocando sequías.
El miércoles también hubo temperaturas abrasadoras en la vasta cuenca del río Yangtsé, en China; los bomberos combatieron un incendio forestal cerca de la ciudad turística de Datca, en Turquía, y la demanda por electricidad en Texas alcanzó un máximo histórico porque los consumidores encendieron sus aires acondicionados para escapar del calor.
En la región occidental española de Extremadura, fronteriza con Portugal, los bomberos evacuaron a cientos de habitantes durante la noche por precaución y siguieron luchando contra un incendio que el martes se extendió por la provincia de Salamanca, en la región de Castilla y León.
Algunas regiones de Extremadura, Andalucía y Galicia estaban en alerta roja por calor extremo, según el servicio de meteorología español AEMET, que añadió que la temperatura más alta del país el miércoles fue de 45,6° C en la provincia de Huelva.
España vive una ola de calor con temperaturas que alcanzan los 43°https://t.co/XfXZrv8z1j
— misionesonline.net (@misionesonline) July 10, 2022
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