Como las más famosas victorias de Pirro de Epiro, la del presidente Alberto Fernández en su cruzada por evitar el default tuvo costos muy altos al punto que dejó a la alianza gobernante al borde de una fractura que, de producirse, sacaría al peronismo de la competencia en 2023.
Sergio Massa no esperó a Pascuas para demostrar sus habilidades para la rosca y consiguió que la oposición le aportara los votos que le negó el kirchnerismo puro encolumnado detrás de Máximo Kirchner, quien después de revolear su renuncia a la jefatura del bloque del Frente de Todos votó en contra del acuerdo con el FMI.
Pero el voto mayoritario del bloque de Juntos por el Cambio no le salió gratis al Gobierno. Para conseguir el aval cambiemita, Massa debió despojar al proyecto de un elemento que era considerado esencial por el ministro de Economía Martín Guzmán: el plan que estipulaba cómo haría el Gobierno para sostener lo acordado con el Fondo.
También desaparecieron párrafos condenatorios a la gestión de Mauricio Macri y el fragmento en el que se exigía el procesamiento de los responsables de la toma de la deuda renegociada, todos funcionarios del anterior gobierno.
El proyecto reducido a su mínima expresión se limita a avalar “las operaciones de crédito público que acordó el Poder Ejecutivo en el programa de Facilidades Extendidas suscrito con el FMI para financiar los futuros vencimientos”.
Es decir, el Congreso avala que el Gobierno tome un nuevo crédito para pagar, con un período de gracia y a plazos más largos, el préstamo inviable que tomó la administración Macri pero deja en manos del Ejecutivo todas las decisiones necesarias para cumplir con los requisitos que exige el fondo para otorgar ese nuevo crédito.
El presidente tuvo la delicadeza de evitarle a Guzmán la incomodidad de presenciar la eliminación de su programa económico en el texto final del proyecto y lo envió a Houston a un congreso sobre Energía. Nuevamente corrido de la escena en una decisión que atañe directamente a su función, la figura del discípulo de Stiglitz terminó seriamente debilitada y su continuidad está más en duda que nunca.
A pesar del ruido atronador que hizo el voto negativo de La Cámpora a una medida impulsada por el propio Gobierno, desde el entorno de Alberto están convencidos de que el presidente salió relativamente bien parado. No solo porque la oposición dentro de su propio frente no impidió la media sanción del proyecto, sino también porque entienden que Cristina y su hijo quedaron relativamente aislados en su intentona de rebelión y eso se reflejó en el resultado de la votación.
Es que dentro de los dos bloques más numerosos, y esto es tan triste como inevitable, lo que primó a la hora de definir el voto no fue el interés por mejorar la situación económica del país sino el frío cálculo electoral.
Los camporistas sueñan con el proyecto Máximo presidente y su voto en disidencia apunta a despegarse del ajuste que viene de la mano del acuerdo con el Fondo, aunque ello implique horadar una vez más autoridad del presidente que la misma Cristina eligió.
Puertas adentro de Juntos por el Cambio la decisión tampoco fue fácil ni exenta de tironeos.
Se impuso la opinión de los moderados (como Horacio Rodríguez Larreta, casi todos los radiales y Elisa Carrió) que están convencidos que si hubieran trabado el acuerdo con el FMI le hubieran dado al Gobierno un nuevo argumento (que de hecho tiene varios y muy sólidos) para responsabilizar a la gestión de Mauricio Macri por los pesares de la economía.
Conscientes de su responsabilidad en la toma del crédito, no querían también tener parte en un default evitable.
En la cinchada terminaron perdiendo los halcones del PRO que, como lo expresó el propio Macri en recientes declaraciones, hubieran preferido dejarle a Alberto la tarea de buscar dentro de su propia tropa los respaldos que necesitaba, aunque eso llevara al país a enfrentar una crisis mayor a la que ya atraviesa.
A juzgar por el resultado de la votación en Diputados y por el respaldo explicitado por la mayoría de los gobernadores (a quienes responde gran parte de los senadores), es altamente probable que la Cámara Alta también apruebe el proyecto y que incluso sea tratado sobre tablas en menos de una semana.
Durante el tratamiento en Senadores, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner tendrá la oportunidad de bajarle o subirle el tono a la nueva interna que sacude al presidente que ella misma ungió. Aunque también tendrá la posibilidad de sostener el silencio, dado que no votará a menos que haya un empate, algo que a esta altura parece improbable.
Fortalecido por la media sanción y apurado por la interna, el presidente explicitó por primera vez su voluntad de ir por la reelección. No lo anunció, más bien lo deslizó durante un acto en el que dijo estar atravesando su “primer mandato”.
Paradojas de la política, el presidente fue el único que se refirió a 2023, pero lo hizo con la mirada más puesta en lo que le queda de mandato que en las elecciones. Sin el respaldo del kirchnerismo, cada vez más instalado en la vereda opositora, Alberto necesita un armado político propio que lo sustente.
Si no deja en claro su voluntad de ser reelecto y no demuestra que está trabajando en ese proyecto, se convertirá rápidamente en un cadáver político y como es de público conocimiento, a nadie seduce la idea de acompañar a un cadáver, por más lapicera que tenga.
Hay gobernadores, intendentes y dirigentes con peso territorial dispuestos a respaldar a Alberto, pero ninguno de ellos se muestra afín a poner sus fichas en un proyecto con fecha de vencimiento tan cercana como diciembre de 2023.
Es la economía, estúpido
Pero la viabilidad del operativo reeleccionista de Alberto no depende tanto de su capacidad para construir base política como del devenir de la economía.
Para ese objetivo el nuevo acuerdo con el Fondo se limita a evitar una catástrofe mayor, nada más (y nada menos) que eso.
La oposición y el kichnerismo coinciden en una crítica y la repiten hasta el hartazgo: “el acuerdo no resuelve ninguno de los problemas de la Argentina”.
Eso no es estrictamente cierto, porque sí resuelve un problema grande al evitar que por lo menos hasta 2025 el país caiga en un nuevo default, siempre y cuando se consigan sortear las revisiones trimestrales a cargo del organismo de crédito.
Dejando de lado esa cuestión, es cierto que el acuerdo no resuelve ninguno de los otros problemas enormes que tiene la economía nacional, porque para resolver esos problemas no hace falta un acuerdo sino una política económica adecuada.
El contexto ayuda poco. A la pandemia se sumaron una crisis mundial de la logística, inflación record en Estados Unidos que eleva los costos en dólares, una sequía extraordinaria rematada con incendios catastróficos y más recientemente una guerra de consecuencias todavía impredecibles.
La desquiciada decisión de Vladimir Putin de dirimir a los tiros sus diferencias con Ucrania y con la OTAN sacó a Rusia del mapa de la economía mundial lo que generó una catarata de efectos secundarios de los que Argentina no está exenta.
Se dispararon los precios de varias de las commodities que exporta argentina, especialmente granos, lo que representa una buena noticia para los exportadores y para las alicaídas reservas del Central, pero simultáneamente voló el precio del gas y el petróleo, una novedad que llega justo cuando el Gobierno intenta recortar los subsidios a la energía.
De extenderse el conflicto Argentina podría beneficiarse exportando a Europa artículos que hasta ahora no exportaba, pero seguramente se sumarán otras complicaciones, lo que dificulta anticipar en qué medida incidirá la invasión rusa en la economía nacional.
Misiones apoya
En la votación del acuerdo con el FMI los diputados nacionales misioneros del Frente Renovador actuaron siguiendo las instrucciones del gobernador Herrera Ahuad quien luego de haberse asegurado una serie de beneficios concretos para la provincia comprometió el apoyo legislativo.
De hecho el gobernador se reunió con el Presidente días antes de la votación y coincidió con el mandatario nacional en la necesidad de avanzar con el acuerdo para evitar el mal mayor que sería el default y además se ocupó de negociar las condiciones para que Misiones obtenga beneficios en el marco de esta difícil situación.
Siguiendo el camino de siempre y manteniendo la coherencia, tanto el gobernador como los diputados Diego Sartori y Carlos Fernández, plantearon que el acuerdo con el fondo permite renegociar la deuda, prorrogar los vencimientos y contar con fondos este año y los próximos para sostener el crecimiento de la economía. Sin ese acuerdo se hubiera tenido que pagar sumas imposibles y realizar recortes y ajustes muy profundos con grave impacto en las provincias y la gente.
Lo aclaró Herrera Ahuad, al afirmar que si el país cayera en default se congelarán las obras en Misiones que son financiadas con fondos nacionales, por eso, aunque a nadie le gusta deberle al FMI; aprobar el acuerdo es la mejor opción para los misioneros ya que garantiza la continuidad de obras y llegada de recursos.
Los legisladores nacionales misioneros de Juntos por el Cambio también votaron de manera afirmativa, acatando el mandato partidario.
En declaraciones a medios de Buenos Aires, el presidente del Bloque del PRO, Cristian Ritondo, dejó en claro cómo se manejan dentro de ese bloque y cuestionó abiertamente a cuatro legisladores que pegaron el faltazo en desafío a lo que había resuelto la cúpula.
“Cuando las fuerzas políticas se organizan, uno tiene que entender que la opinión mayoritaria es la opinión que se impone en la fuerza política. Se debate internamente y después hacia afuera somos todos parte de un mismo equipo”, declaró Ritondo dejando en claro que puertas adentro del bloque manda la mayoría compuesta principalmente por diputados de Ciudad y provincia de Buenos Aires y de Córdoba y a los demás les toca obedecer.
Agenda cargada
Como cada semana el Gobierno provincial anunció nuevas medidas, prórrogas o continuidad de acciones que otorgan beneficios, ahorros o alivios en el bolsillo de los misioneros a los que deben sumarse políticas de fondo como las de salud área en la que la Provincia desembolsa más de 5.000 millones de pesos por mes solo en concepto de prestaciones, el boleto educativo gratuito o las obras con sentido social como las 1.200 soluciones habitacionales que se anunciaron esta semana.
La continuidad del Programa Ahora Pan a 190 pesos el kilo, el anuncio del Ahora Patente con 10% de descuento y 10 cuotas sin interés, y el Reventón, que se hicieron en esta semana, fueron muy bien recibidos por la sociedad al considerar que representan alivios importantes en el bolsillo castigado por una inflación que el Gobierno nacional no consigue aplacar.
“El Reventón” se realizará nuevamente en Posadas del 7 al 10 de abril próximo con descuentos y beneficios muy importantes para las compras junto a presentaciones y shows culturales.
Herrera Ahuad encabezó el lanzamiento y enfatizó que el crecimiento de Posadas es producto del trabajo multidisciplinario de los diferentes sectores y destacó la fuerte inversión en infraestructura con una administración ordenada y equitativa que realiza obras viales, saneamiento y embellecimiento en diferentes puntos de la ciudad. Se refirió también al aspecto turístico de la comuna capitalina, que actualmente cuenta con una oferta turística interesante que aumenta las posibilidades de pernocte de los visitantes.
Afirmó que “Posadas se ha posicionado en la salud, en la educación disruptiva, en la oferta gastronómica y la oferta comercial”, y luego instó “a seguir progresando y seguir creciendo para que Posadas se siga instalando a nivel no solamente del Norte de la Argentina, sino también en todo el Estado argentino como una de las ciudades más lindas y con una oferta muy interesante en todos los niveles”.
Educación disruptiva
Como suele hacer en el inicio de cada ciclo lectivo, el presidente de la Legislatura y conductor de la renovación, Carlos Rovira, marcó el pulso de las diferentes líneas de acción política y de gestión que lleva adelante el Frente Renovador a través de los brazos ejecutores del misionerismo, incansables dirigentes que están muy bien evaluados por la sociedad, como el gobernador Herrera Ahuad, el intendente Lalo Stelatto y el vice, Carlos Arce, entre otros.
En el Parque Industrial, Rovira destacó que la provincia tiene la mejor oferta educativa del país, al dejar oficializado el arranque del paquete de ofertas de la educación disruptiva misionera: la Escuela de robótica, la Secundaria de Innovación, las formaciones del Silicon Misiones y del Polo de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
Destacó el papel de provincia hacedora en la que se embarcó Misiones con las propuestas de educación y cultura de innovación y tecnología que desarrolla el Gobierno provincial, que ya muestra resultados y que pretende dar oportunidades a todos, sin hacer esperar a los niños que quieren aprender, sobre la base de una sociedad que demanda un capital superador como el conocimiento.
“La escuela de Robótica alumbra a toda la provincia, desde otros distritos vienen a aprender” de Misiones que está dando “un paso irreversible al atraer a toda la inteligencia de la provincia. Esa es la convocatoria que hacemos”, enfatizó.
En el mismo acto, pidió a los funcionarios del Gobierno que “apuren el tranco” y acompañen las intensas gestiones de los titulares del Poder Ejecutivo, Oscar Herrera Ahuad y Carlos Arce, al tiempo que los exhortó a mantener “cercanía” con la población, como demandan los tiempos actuales.
En el plano político de gestión, recordó que Herrera Ahuad es el gobernador más valorado del país y destacó la gestión de Carlos Arce “y el mejor intendente del país, Leonardo “Lalo” Stelatto que, como el exgobernador Hugo Passalacqua, están al servicio de la gente y lejos de las pasiones”, dijo Rovira.
No dejó pasar la oportunidad para referirse a la capacidad de gestión y previsión que tiene la Provincia, en base a estrategias anticipadas que dejan situada a Misiones como la mejor preparada para superar la pandemia, la crisis económica, la sequía y el drama de los incendios que fueron contenidos rápidamente con herramientas propias como helicópteros y motobombas, a diferencia de Corrientes que tuvo que esperar la lluvia para dar respuesta a la catástrofe desatada que no pudo resolver por cuenta propia.
Dejó claro, como en ocasiones anteriores, que la zona aduanera especial para Misiones, aprobada por el Congreso pero vetada por Alberto Fernández, es una herramienta que beneficiará a los misioneros y que “va a salir, en este Gobierno o en los próximos”.
También destacó el “extraordinario y moderno sistema de salud” que le permite a Misiones transitar la pandemia de la mejor manera, asumiendo todos los costos, a partir de “un sistema impositivo provincial que cobra la menor tasa del país y lo invierte en los misioneros”, situación que permite más de una década de equilibrio fiscal, el financiamos del pago de sueldos y las elevadas funciones estratégicas, “porque la Coparticipación no es federal sino que somos los misioneros quienes aportamos cuatro veces más de lo que vuelve desde Nación”, insistió.
El tema ambiental forma parte de la agenda de Gobierno. Rovira anunció que Misiones pretende alcanzar la misma generación de energía que produce la represa de Urugua-í con energía solar, en no más de tres años.
En tanto, Herrera Ahuad destacó que Misiones se convirtió en “una provincia disruptiva en todas sus áreas” y afirmó que se encuentran “en la construcción de nuevos desafíos en materia de crecimiento y desarrollo viendo lo que el mundo va demandando”.
“Traspusimos los márgenes de la enseñanza y el aprendizaje en materia disruptiva, el misionero y nuestras políticas públicas van año tras año en la construcción de nuevos desafíos en materia de crecimiento y desarrollo viendo lo que el mundo va demandando”, resaltó.
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