Al calor del fiasco electoral en las PASO y de la escandalosa crisis política que lo siguió nació un nuevo Gobierno nacional que esta semana mostró las cartas con las que pretende jugar, al menos hasta noviembre. Mejorar el humor social a través de medidas económicas cortoplacistas y de la relajación de las restricciones impuestas para combatir el coronavirus aparecen como ejes centrales, pero también se percibe una mayor voluntad para escuchar los planteos de las provincias y un giro al pragmatismo más propio del peronismo ortodoxo –alguno dirá de derecha- que de las huestes camporistas.
El nuevo Jefe de Gabinete, Juan Manzur, es la figura clave en el nuevo tablero político nacional. Su designación con respaldo explícito de Cristina fue bien recibida por los gobernadores, cansados de lidiar con la visión centralista que comparten albertistas y kirchneristas, más allá de las declamaciones federalistas siempre presentes en sus discursos.
Ocurre que los resultados de las PASO pusieron en discusión aquella premisa según la cual las elecciones se ganan o se pierden en el superpoblado conurbano bonaerense y dejaron en evidencia que cuando el resto del país vota en contra, sólo con el conurbano no alcanza.
El reemplazo del tucumano Juan Manzur por el porteño Santiago Cafiero no es solamente un cambio de nombres, implica también un cambio de rumbo. Las provincias ahora tienen mayor llegada y muchos de sus pedidos encuentran respuestas que hasta hace un par de semanas no estaban.
Misiones fue la primera en experimentar ese cambio. El Gobernador Oscar Herrera Ahuad fue el primer mandatario recibido por Manzur y esta vez, a diferencia de prácticamente todas las reuniones anteriores con funcionarios nacionales, además de promesas y muestras de cordialidad hubo respuestas concretas y rápidas a dos reclamos de Misiones: la reapertura del puente Tancredo Neves para el turismo y el pago de una millonaria deuda que mantiene el ANSES con la caja previsional provincial.
Otros tres gobernadores -el entrerriano Gustavo Bordet; el de La Pampa, Sergio Ziliotto y el de Santa Fe, Omar Perotti- están cerca de lograr que el Gobierno nacional levante las restricciones a las exportaciones de carne, una de esas medidas que el kirchnerismo duro levanta como bandera de su –por momentos insólita- pelea contra aquello que Sarmiento llamó “oligarquía con olor a bosta”.
Una mayor propensión a atender los planteos de las provincias es solo una de las patas del combo que está cocinando el Gobierno nacional con vistas a noviembre.
El objetivo central es mejorar el humor de la gente y con ese objetivo se plantearon dos líneas de acción bien claras: engordar los bolsillos del electorado y dejar de lado las restricciones por el coronavirus.
Las razones de los últimos anuncios en materia de economía las enunció con formidable poder de síntesis el exministro de Cristina y candidato a diputado nacional por el Frente de Todos, Daniel Gollán, cuando estimó que “con un poco más de platita, las fotos de Olivos no hubieran molestado tanto”.
El Gobierno nacional busca un anuncio que se adecue al tamaño de cada bolsillo.
La clase media se beneficiará con un incremento en el mínimo no imponible de ganancias que pasará de 150 mil pesos de salario bruto a 175 mil y para los asalariados de menores recursos se decidió un incremento en el salario mínimo vital y móvil.
Para el creciente segmento de los trabajadores informales, desocupados y monotributistas sociales se especula con el inminente lanzamiento de una IFE 4.
Para los jubilados ya se anunció una versión especial del programa Previaje que contempla la devolución del 70% del gasto asumido en compra de paquetes turísticos.
Fuera del reparto, al menos por ahora, se quedó la enorme clase media empobrecida compuesta por trabajadores, profesionales independientes, microempresarios y autónomos cuyos ingresos se ubican por encima del salario mínimo, pero cómodamente por debajo del piso de ganancias.
El levantamiento de restricciones sanitarias y la rehabilitación de actividades que todavía estaban prohibidas o limitadas es el segundo eje maestro del plan pergeñado por el oficialismo nacional para mejorar su performance electoral en noviembre.
Sin necesidad de convocar a ningún comité científico, ni consultar demasiado con los gobernadores, la Nación determinó a decreto limpio medidas tales como eliminar la obligatoriedad del uso del barbijo en espacios abiertos, poner fin al cepo aéreo, abrir fronteras, habilitar la asistencia a estadios de fútbol y boliches, entre otras.
Desde el Gobierno esperan que el incremento del dinero en circulación y la apertura de actividades empujen los alicaídos niveles de consumo y apuntalen en crecimiento de la economía. Sobre este particular, esta semana se conoció un dato que encendió las alarmas en los tableros del equipo económico: después del rebote del primer trimestre, el PBI cayó 1,4% desestacionalizado en el segundo trimestre.
#DatoINDEC
El producto interno bruto (#PIB) cayó 1,4% en el 2° trimestre de 2021 con relación al período previo y creció 17,9% interanual https://t.co/g1dUJLa0eh pic.twitter.com/sR0cOtQYBp— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 21, 2021
Desde el oficialismo destacaron del crecimiento interanual de 17,9%, pero en ese punto vale aclarar que la base de comparación es muy baja porque el segundo trimestre de 2020 fue el de mayor paralización de la economía en las últimas décadas por efecto de la cuarentena estricta que rigió durante ese período.
La receta de recalentar el consumo a fuerza de emisión de moneda es bien conocida en Argentina y hay consenso entre los analistas respecto a que en el corto plazo tendrá un efecto reactivador.
Pero en los análisis de mediano plazo impera la incertidumbre. Las claves pasarán por la presión que ejerza el aumento de dinero circulante en la inflación y en la brecha cambiaria.
Alberto Fernández corre el riesgo de que le ocurra lo mismo que a su antecesor Mauricio Macri, que pagó con una profunda crisis en la segunda mitad de su mandato por la falta de consistencia económica en la que incurrió para tener un buen resultado en las elecciones de medio término.
Para evitarlo deberá encontrar la manera de generar incentivos a la producción y a la exportación. De otro modo la inflación se terminará comiendo todos los aumentos salariales y beneficios sociales y la gente tendrá más dinero pero menos poder adquisitivo, tal como viene ocurriendo en términos generales en los últimos cuatro años.
Medidas menos difundidas, como la eliminación de las retenciones en las exportaciones de servicios que fue adoptada esta semana van en ese sentido aunque son insuficientes.
Pero el componente que más incertidumbre genera es el político. La sensación es que en este momento el país está en manos de un gobierno de transición obligado a adoptar decisiones extraordinarias, como si un resultado electoral fuera una suerte de tragedia natural, y que después de noviembre habrá que cambiar nuevamente el rumbo.
Por segunda elección nacional consecutiva, las PASO abrieron un tiempo político de crisis y confusión con costos económicos que todavía no están del todo claros lo que vuelve poner en discusión la necesidad de realizar las primarias.
El mismo idioma
La designación de Manzur también fue bien recibida por el Gobierno de Misiones. El gobernador Oscar Herrera Ahuad y el conductor del Frente Renovador, Carlos Rovira, tienen buena relación con el tucumano desde su gestión al frente de la cartera de Salud de la Nación durante la presidencia de Cristina.
Aprovechando su cercanía con el Jefe de Gabinete y con la firmeza que caracterizó su gestión signada por la pandemia, Herrera Ahuad llevó al flamante funcionario las principales demandas de Misiones y logró resultados rápidos. Manzur entendió y resolvió rápidamente el pedido de una apertura turística en Puerto Iguazú – Foz, liberó 2.000 millones de pesos que la ANSES le debía al IPS y agilizó numerosos procesos de obras que estaban cajoneadas sin explicación durante muchos meses.
A la primera reunión que tuvo el mandatario misionero con el gobernador tucumano en uso de licencia, siguieron contactos telefónicos prácticamente diarios. Así fue que Misiones empezó a obtener buenos resultados con el recambio.
La deuda de ANSES con Misiones se acumuló en los últimos dos años de la gestión de Mauricio Macri y lo que va de la de Alberto Fernández. Hay otras similitudes de esos dos gobiernos: Misiones no fue reconocida en su particularidad de provincia enteramente de frontera y todos los presupuestos nacionales le fueron poco generosos.
El caso del Gobierno de Macri, desde el oficialismo provincial entienden que Misiones fue postergada a pesar de que Cambiemos tenía a un misionero, Humberto Schiavoni, en una posición encumbrada que sin embargo no le valió para conseguir beneficios para la provincia. Sostienen que tampoco está resultando de utilidad tener a un misionero como presidente de Yacyretá, en vista de que las inversiones se orientan primordialmente a Corrientes y Paraguay.
Nuevas elecciones, distinto panorama
Con todas las internas resueltas en la provincia y las listas de candidatos definidas, empieza una nueva campaña de cara a unas elecciones que se plantean completamente diferentes a las PASO. La gran duda pasa por el caudal de votos que obtuvieron los precandidatos que perdieron dentro sus frentes y no serán candidatos en las generales de noviembre.
Para los frentes que presentaron lista única en las PASO, a saber la renovación, el Partido Obrero y los libertarios, los resultados de septiembre marcan un piso de votos que podrán elevar atrayendo a los heridos que dejaron las internas en los demás frentes. Para los que fueron con varias listas, las primarias marcan un techo que les resultará difícil alcanzar sin la participación de los demás precandidatos.
En Juntos por el Cambio la situación es particular porque el PRO directamente no estará representado en ningún lugar de la lista a pesar de que Martín Goerling obtuvo más de 44 mil votos en las PASO.
El segundo lugar en la interna de ese frente fue para Pedro Puerta, con más de 67 mil sufrgios, pero para cumplir con la ley de paridad de género el hijo del exgobernador Ramón Puerta no podrá integrar la lista que competirá en noviembre y en nombre del espacio político que lidera irá Florencia Klipauka, bastante menos conocida y sin el apellido del exmandatario que todavía tracciona votos.
Por el lado del Frente de Todos las aspiraciones de máxima pasan por reunir la cantidad de sufragios suficientes para obtener una de las tres bancas en juego, lo que prácticamente deja fuera de la discusión a los partidos que perdieron la interna frente al PAyS: la lista de las organizaciones sociales encabezada por Graciela de Melo y Martín Sereno y la nómina de la Cámpora que tenía a Javier Gortari como cabeza.
Los tres que presentaron una sola lista en las PASO seguramente van a cosechar mucho de lo que los otros pierdan. Ninfa Alvarenga, la referente libertaria en Misiones tiene mucho para crecer en el sector del voto bronca, el que quiere cambios radicales y no confía que Cambiemos pueda llegar a hacerlo.
El Partido Obrero seguramente tendrá adhesiones de la centro-izquierda moderada, mientras que el Frente Renovador, por su composición multipartidaria y la ideología sustentada en defender los intereses de los misioneros, está en buena posición para recibir un mayor respaldo, como lo viene haciendo desde hace varios años apoyado en las buenas gestiones de sus gobiernos.
Ahora será otra definición, más pareja y más clara para los electores. Se verá la verdadera magnitud de cada uno. Cambiemos se redujo casi exclusivamente a la UCR, el PAYS desplazó a los dos espacios ultra K del Frente de Todos. Una reconfiguración profunda y cambiante es lo que se proyecta en la decisión de la gente para el 14 de noviembre.
Sin dejar de lado que los dos frentes opositores a la renovación se quebraron en varios pedazos y resulta difícil que se vuelvan a unir.
Habrá que ver si Pedro Puerta sigue invirtiendo en hacer campaña ahora que no es candidato y lo mismo corre para el PRO que enfrenta la desilusión de no ocupar siquiera el tercer escalón en la nómina de candidatos. Hay rumores de fractura y todavía no hubo foto de unidad luego de las PASO, algo que debería preocupar al espacio de Martín Arjol, que encabezará la única lista de ese frente.
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