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Análisis semanal: La politización de la pandemia en el AMBA y semáforo verde para Misiones

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(*) Jefe de redacción de Misiones Online

Aquello de que la pandemia nos haría mejores como sociedad sigue siendo materia de debate en distintos foros, pero de lo que no queda duda es que las fuerzas que dominan la política nacional no están ni cerca de producir algo que pueda interpretarse como una mejoría. Si en algún momento del año pasado, frente al miedo que generó la llegada del virus país, pareció que ambos bandos de la grieta estaban dispuestos a dejar de lado las mezquindades de la politiquería, la segunda ola que golpea en pleno año electoral lo terminó desmintiendo.

 

El explosivo incremento de casos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) obligó al Gobierno nacional a determinar una serie de restricciones en ese territorio por un lapso de 15 días, medida similar a la que adoptaron otros países en circunstancias parecidas y que resulta sobradamente justificada atendiendo a la crítica situación sanitaria en ese territorio.

 

La diferencia respecto al resto de las naciones que volvieron a fases anteriores, es que nuestro país viene de transitar una cuarentena mucho más larga con altísimos costos en lo económico, educativo y en lo que se denomina vagamente “humor social”, lo que provocó que el rechazo a tales medidas fuera más alto.

 

La costumbre argentina de interpretar al mundo como una colección de antinomias hizo un nuevo aporte a la confusión general y el debate en torno a las nuevas restricciones en el AMBA se convirtió en una disputa partidista en la que poner en riesgo la propia salud y la de los demás se convirtió en una forma de militancia política.

 

El Gobierno nacional tampoco escapa a la lógica imperante. Sus planes de evitar una segunda ola gracias a un rápido operativo de inmunización se vieron frustradas por el lento suministro de vacunas y en vez de asumir las responsabilidades que le caben a su administración, el presidente Alberto Fernández salió a hacer gala de una arraigada tradición de la política argentina: buscar un culpable externo.

 

Lo encontró en el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a quien hizo cargo –a coro con el gobernador bonaerense Axel Kicillof- por el incremento de contagios y por la elevación de los porcentajes de ocupación de camas no solo del sistema sanitario de la CABA sino también de provincia de Buenos Aires.

 

Desde la trinchera de Juntos por el Cambio no dejaron pasar la posibilidad de mostrar la hilacha, menos en un año electoral. Sabiendo que un endurecimiento del distanciamiento social generaría mal humor en la sociedad y perjudicaría económicamente a empresarios y trabajadores de rubros específicos, salieron a militar una suerte de desobediencia civil.

 

De ese lado de la grieta poco importa que los hospitales del AMBA estén al borde del colapso y que las medidas anunciadas por el presidente puedan evitar esa catástrofe. La tentación de socavar al rival político se impone sobre cualquier otro criterio. Solo bajo es lógica puede entenderse la presencia de la presidente del PRO, Patricia Bullrich, acicateando manifestaciones caceroleras contra “la nueva cuarentena”.

 

Los voceros que tiene la oposición en los medios de alcance nacional llevaron al paroxismo la campaña sucia al salir al afirmar, en días previos al previsible anuncio presidencial, que el Gobierno nacional estaba provocando de manera intencional el aumento de los contagios, o incluso estaba “truchando” exámenes para que dieran positivo, con el objetivo de “volver a encerrar a la población”.

 

Cuesta entender cuál podría ser el objetivo político del Gobierno detrás de tan descabellada maniobra denunciada por voceros de la oposición. ¿Qué podría ganar el presidente endureciendo la cuarentena? ¿En qué lo beneficiaría el incremento –real o ficticio- de los contagios de coronavirus?

 

Se trata de sectores del periodismo que decididamente dieron el paso de la posverdad, en la que la realidad deja de ser un valor relevante, hacia el terraplanismo intelectual, estatus en el que ya ni siquiera importa construir un relato verosímil, basta con imaginar una conspiración que alimente los odios del “público objetivo”.

 

Giro al kirchnerismo

 

El anuncio de Alberto y las circunstancias que lo rodearon no evidenciaron solamente la precaria situación del sistema de salud en el AMBA, también revelaron un cambio en la distribución del poder y en la toma de decisiones dentro de la alianza gobernante.

 

El hecho de que Fernández haya dispuesto la interrupción de las clases presenciales en Buenos Aires apenas horas después de que sus ministros de Salud, Carla Vizzotti, y de Educación, Nicolás Trotta, desestimaran esa posibilidad, dejó en evidencia que los mencionados funcionarios, ambos del riñón albertista, no participaron de la toma de tan trascendente decisión y ni siquiera estaban al tanto de ellas hasta que fue anunciada.

 

Quien sí estaba al tanto era el gobernador bonaerense, el kirchnerista Axel Kicillof, quien además marcó la tónica oficial, que después retomó Alberto, de responsabilizar por todo el desaguisado a Rodríguez Larreta.

 

Otros que terminaron enterándose por la televisión fueron los gobernadores. A diferencia de las oportunidades anteriores en las que se analizaron cambios en las políticas relacionadas al coronavirus, esta vez no hubo reunión previa, ni presencial ni virtual.

 

El presidente parece haber olvidado su promesa de “sentar a los gobernadores a la mesa de las decisiones” y además durante su discurso los instó a acompañar las medidas anunciadas para evitar posibles desbordes en sus territorios.

 

En un juego en el que se enoja pierde, los gobernadores –especialmente los del PJ- disimularon el desaire presidencial, se mostraron de acuerdo con lo resuelto para Buenos Aires, pero ninguno de ellos adoptó para sus provincias las restricciones dispuestas para Buenos Aires, salvo el mandatario de Catamarca, Raúl Jalil, que había restringido la circulación nocturna antes de los anuncios relacionados al AMBA.

 

Más vacunas

 

Desde el Gobierno nacional tienen en claro que la única salida posible a la crisis política y económica que enfrenta el país pasa por la vacunación. El principal escollo sigue siendo el abastecimiento de las escasas dosis que son disputadas por todos los países que tienen dinero para costearlas.

 

Después de un inicio mucho más lento de lo previsto, el operativo nacional de vacunación fue ganando ritmo. Durante marzo y lo que va de abril se aplicaron en todo el país alrededor de 160 mil dosis por día, lo que obliga al Gobierno nacional a conseguir más de 1.100.000 vacunas por semana solo para sostener el ritmo actual.

 

Para mañana domingo se espera la llegada de entre 400.000 y 500.000 mil dosis de la Sputnik V que se sumarán a 864.000 dosis de AstraZeneca, con ellas Argentina se garantizaría extender la vacunación durante una semana más al ritmo actual.

 

Existe optimismo en que en los días que restan de abril también se pueda concretar el arribo de 2 millones de dosis de la vacuna china Sinopharm que son parte de una compra de 4 millones y también una parte de los 22 millones de dosis adquiridos a AstraZeneca que permanecen retenidos en Estados Unidos. Tampoco se descarta que antes del 30 de abril más dosis de la Sputnik V, de las que Argentina compró 20 millones, estén disponibles. También quedan disponibles más de 8 millones de dosis del sistema Covax.

 

La preocupación de muchos gobernadores es que ante la crítica situación que atraviesa el AMBA, el Gobierno nacional priorice la vacunación todavía más la vacunación en ese territorio, lo que iría en detrimento de las demás jurisdicciones.

 

Semáforo verde

 

La crítica situación del AMBA contrasta con la de Misiones, la única provincia con riesgo epidemiológico bajo de acuerdo a los criterios que usa el ministerio de Salud de la Nación: la variación de casos entre las últimas dos quincenas y la tasa de infectados de los últimos 15 días por cada 100 mil habitantes.

 

De acuerdo a esos criterios, 19 de las 24 provincias están en rojo, es decir que presentan un riesgo epidemiológico alto, 4 tienen riesgo moderado y solo Misiones tiene luz verde en el semáforo epidemiológico, lo que la certifica como provincia con bajo riesgo.

 

Esto ubica a la provincia en una situación privilegiada para mantener activas sus actividades económicas, continuar con el dictado de clases presenciales y permitir un nivel moderado de interacción social en actividades recreativas y culturales, cuando el resto del país evalúa la posibilidad de volver a una cuarentena más estricta con los costos que ello implica.

 

Por no mencionar la principal ventaja de todas, la de disponer de un sistema de salud funcionando con normalidad, lejos de un nivel de ocupación de camas de internación que obligue a restringir la atención de otras patologías.

 

El estatus de Misiones responde en iguales proporciones al eficiente manejo de la pandemia que llevó adelante el Gobierno provincial y a la buena conducta de la gran mayoría de los misioneros que acató la cuarentena temprana que dispuso la Provincia y luego respetó los protocolos y las medidas de distanciamiento social.

 

Inflación caliente

 

El gran tema de la semana en materia de economía fue la inflación. El IPC que mide el INDEC marcó un alza de 4,8% durante marzo, el más alto desde la última gran devaluación que se produjo en septiembre de 2019 luego de las PASO de ese año. Trascartón la consultora Ecolatina presentó su propio relevamiento de precios que reveló una inflación de 4,5% correspondiente a la segunda quincena de marzo y primera de abril.

 

Desde la consultora indicaron que el pico inflacionario se produjo en la segunda quincena de marzo y que en las siguientes dos semanas se observó una reducción en el ritmo de aumento de los precios. Estimaron para abril una inflación de alrededor de 4 puntos, más en línea con las relevadas en diciembre, enero y febrero.

 

Aunque se concretara esa modera baja en la inflación pronosticada por Ecolatina, el primer cuatrimestre cerraría con un incremento promedio de precios de 17%, lo que lleva al terreno de ciencia ficción la pauta anual de 29% incluida en el Presupuesto 2021.

 

El incumplimiento de la inflación estimada en el Presupuesto no solo perjudica la credibilidad del equipo económico encabezado por Martín Guzmán, además obligará a revisar las paritarias salariales que tomaron como parámetro ese valor.

 

El gremio de los Obreros de la construcción (UOCRA) de hecho consiguió ayer un incremento salarial bastante por encima de ese parámetro.  La paritaria cerró con un incremento de 35,8% en cuatro cuotas y con una cláusula de revisión.

 

Por otra parte, la inflación del orden del 4% mensual está sumando presión devaluatoria y atrasando aún más las tarifas que fueron congeladas todo el año pasado.

 

En el frente cambiario, el riesgo es un atraso del tipo de cambio que perjudique a los exportadores, la única fuente de dólares frescos con la que cuenta actualmente Argentina, imposibilitada de recurrir al financiamiento externo.

 

En tanto que el atraso tarifario se traduce de manera directa en déficit primario. Según número difundidos por la Oficina de Presupuesto del Congreso, en marzo el déficit primario registró una suba interanual nominal de 78,1% y de 26,2% medida en términos reales, incremento que se explica principalmente por aumentos en los gastos de capital y en subsidios a prestatarias de servicios.

 

El dilema que enfrenta el Gobierno es que para poder actualizar las tarifas o permitir correcciones en el tipo de cambio, primero debe bajar significativamente la inflación, porque aumentar el dólar y las tarifas en el contexto actual solo llevaría a espiralar la inflación.

 

Desde el Gobierno atribuyen la suba de precios en buena medida a los incrementos de los valores internacionales de las materias primas, especialmente de los alimentos, pero también por maniobras especulativas de los formadores de precios, siempre dispuestos a aplicar “aumentos preventivos” para cubrirse de hipotéticos incrementos en sus costos.

 

Por ello apuntan a cerrar nuevos acuerdos de precios, ajustar los controles de cumplimiento de los acuerdos vigentes e impulsar vías alternativas de comercialización, como los Mercados Federales Móviles que pretenden llevar a todo el país.

 

Sin acuerdo con el Club

 

Desde el Gobierno nacional intentan mostrarse optimistas por los resultados obtenidos por el ministro de Economía Martín Guzmán en su gira por Europa argumentando que se consiguieron respaldos para la renegociación de la deuda con el FMI, pero no se consiguió un acuerdo que permita evitar el default con el Club de París, al cual Argentina debería abonarle 2.400 millones de dólares el 31 de mayo para evitar ese percance.

 

Dentro del Club de París se impuso la postura del Gobierno de Alemania, principal acreedor de Argentina dentro de ese grupo, que exige que primero haya acuerdo de reestructuración de deuda con el FMI, algo que desde el Gobierno nacional reconocen que no ocurrirá antes del 31 de mayo.

 

Desde el ministerio de Economía indicaron que buscarán una “solución creativa” para evitar caer en default sin tener que afrontar el vencimiento de 2.400 millones de dólares que opera el último día de mayo. Argentina tiene recursos para pagar esa cifra, pero hacerlo debilitaría sus reservas.

 

La opción de caer en default nuevamente tampoco parece muy negativa, teniendo en cuenta que Argentina de todas maneras no está en condiciones de acceder a crédito externo a tasas razonables.

 

Rumbo a junio

 

En Misiones los frentes y sublemas están terminando de definir las candidaturas de cara a las elecciones provinciales del 6 de junio, no sin sobresaltos por el lado de la oposición, donde la disputa por los lugares privilegiados de las listas genera conflictos. En el Frente Renovador se muestran sorprendidos por la cantidad de gente que se acercó con intenciones de participar en ese espacio sin pretensiones de candidatura.

 

“Principalmente recibimos a jóvenes que muestran intenciones de defender el proyecto y consolidarlo. Se sienten representados por el manejo serio y profesional de la crisis de la pandemia que llevó adelante el Gobierno misionero, que contrasta de manera muy fuerte con los permanentes conflictos, retrocesos y restricciones que están mostrando otras provincias del país. La gente quiere involucrarse y ser parte de lo que funciona bien”, afirman desde ese espacio.

 

Los últimos sondeos de opinión que realizaron consultoras privadas revelan que el Gobierno provincial tiene un alto grado de imagen positiva, incluso entre quienes no se identifican como partidarios de la renovación. La intención de voto, prima la idea de mantener el rumbo actual de gobierno y una valoración positiva de la gestión actual como defensora de los intereses de la provincia y como motor de cambio positivos tanto en el campo como en la ciudad.

 

Las primeras respuestas recogidas en redes sociales a las candidaturas a concejal de Posadas que fueron anticipadas desde la renovación confirman el buen feeling de la sociedad. Los integrantes de los sublemas renovadores que se conocieron reflejan un involucramiento de referentes de distintos sectores que tienen como denominador un bien ganado prestigio como el caso del golfista Daniel “Colo” Vancsik, referente de Misiones en el plano internacional o Leonardo Rodríguez, presidente de la JP provincial. Está prácticamente confirmada además la candidatura de una joven referente del espacio de Kolina encabezará un sublema en Posadas y por primera vez una candidata a diputada provincial proveniente de Dos Hermanas.

 

Las mismas encuestas que alimentan expectativas dentro de la renovación provocan crisis en las fuerzas de la oposición, donde la disputa por el armado de las listas está en el centro de las preocupaciones.

 

Dentro de Juntos por el Cambio ya se definió que la conformación de la lista de candidatos a diputado nacional se definirá a través de las PASO. Pero no solamente hay disputa entre los partidos que componen ese frente sino también dentro de la UCR.

 

El domingo último el centenario partido realizó su convención con el objetivo de llegar a un consenso para definir qué candidatos de ese partido competirán por el primer lugar de la lista de aspirantes a legisladores nacionales de Juntos por el Cambio. Por mayoría resultó elegido el concejal Martín Arjol, que reunió más adhesiones que el diputado provincial Gustavo González, quien aspiraba a lo mismo que Arjol.

 

Para sorpresa de sus correligionarios, y contradiciendo lo resuelto por la convención del partido que integra, González envió el jueves a todos los medios periodísticos de la provincia, un comunicado a través del cual confirmaba su candidatura. “La Convención Provincial hizo una sugerencia respecto de la estrategia del partido en las PASO pero nadie puede impedirnos participar porque ello sería ilegal y violaría los principios democráticos que representa el radicalismo”, aseveró.

 

Sin gestión para mostrar y en medio de indisimulables disputas por candidaturas y cargos, no es de extrañar que la UCR ahora transite un camino de vaciamiento, no solo de referentes sino también de militantes.

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