Un estudiante pegó un papel en la espalda de su compañero de clase que decía «Soy estúpido» y pidió al resto de la clase que no dijera nada, así que todos comenzaron a reírse de él convirtiéndose en cómplices…
Comenzó la clase de matemáticas por la tarde y el profesor escribió un ejercicio difícil en el pizarrón.
Nadie pudo contestar, excepto el chico con la pegatina en su espalda.
En medio de risitas inexplicables, el niñx caminó hacia el pizarrón y resolvió el problema.
El profesor pidió a la clase que lo aplaudiera y le quitasen el papel de la espalda.
Luego le dijo al alumno: «Parece que no sabías sobre el papel que uno de tus compañeros de clase había pegado en tu espalda.»
Miró a la clase, y les dijo a sus compañeros:
«A lo largo de sus vidas la gente les pondrá etiquetas desagradables para detener tu progreso. Si su compañero de clase hubiera sabido sobre el papel, no se habría levantado para responder a la pregunta. Todo lo que tienen que hacer en la vida es ignorar las etiquetas que les pongan y deben aprovechar cada oportunidad que tengan para aprender, crecer y ser mejores».
«Está claro que no existe ningún amigo leal entre todos ustedes para haber evitado lo que sucedió. La empatía es lo que cuenta. Siempre hay que ponerse en el lugar del otro.»
Seamos empáticos, juntos logremos una buena convivencia.
(*) Por Arístides Álvarez
Presidente de la Fundación Si Nos Reímos, Nos Reímos Todxs que trabaja por la convivencia escolar, contra el acoso, el maltrato y la discriminación, el bullying y grooming.
Comentarios