Cuando comenzó la pandemia de coronavirus y con ella la cuarentena obligatoria en todo el país, muchos misioneros se encontraban fuera de la Tierra Colorada y gracias a la logística implementada desde la Casa de Misiones pudieron regresar. Fueron 18 viajes con mil repatriados.
Miriam Durán está al frente de la Casa de Misiones en Buenos Aires y apenas inició su gestión tuvo el desafío de afrontar desde su rol la pandemia del coronavirus con una misión muy sensible: el traslado a la Tierra Colorada de los misioneros varados.
En articulación con otros organismos, se hizo con eficiencia en los momentos más duros de la cuarentena. Fueron mil repatriados en 18 viajes y ahora la dependencia que está bajo la órbita del Ministerio de Coordinación de Gabinete se apresta a encarar la llamada “nueva normalidad”.
“Me conmueve el trabajo que hacemos, porque todos conocemos a fondo la provincia. Sabemos cómo se siente el misionero que está acá y estamos siempre dispuestos a ayudarlo. La pandemia empuja a dejar el individualismo de lado. No hay posibilidad de salir de esto sin pensar en el otro”, sostuvo Miriam Durán.
«El 2020 fue un año de mucho trabajo. Asistimos a los misioneros que estaban en distintos puntos del país. Si bien es cierto que el mayor número se encontraba en Buenos Aires, tuvimos consultas de todos lados y se centralizó todo en la Casa”, indicó.
Los misioneros varados se encontraban en condiciones muy diferentes y cada uno necesito de una asistencia personalizada. “Nos fuimos armando, en el trabajo diario, con una línea directa del Ministerio de Coordinación y del Gobernador de asistir en todo sentido a los coterráneos. Había situaciones críticas, desde pacientes en tratamiento hasta personas que quedaron sin trabajo. En este escenario, una llamada telefónica, un mail o un mensaje significan mucho. Influye en el ánimo de la gente saber que estamos cerca. Somos misioneros trabajando para misioneros”, indicó la funcionaria.
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Destacó “el recurso humano que tenemos es muy bueno y se puso al hombro la situación. Armamos una base de datos a medida que nos iban contactando, priorizamos a las personas que se encontraban en mayor situación de vulnerabilidad. Hablamos puntualmente con cada uno, conocíamos su situación. Se armaban listas de pasajeros, salían uno o dos micros por semana, con un estricto control sanitario, para lo cual trabajamos con la delegación de Salud Pública que funciona en la Casa. Había que asegurarse del buen estado de todos, para tranquilidad de ellos, y también de la provincia, al saber que llevábamos personas controladas. Fueron meses intensos”.
Durán reiteró que “la prioridad era el misionero que había quedado varado. Esos chicos, esas familias que estaban con algún tratamiento en Buenos Aires, por ejemplo. Luego las personas que habían ido a vivir a Capital a trabajar y habían quedado sin empleo y deseaban volver. Hay muchas historias que nos marcaron. Fue una ocasión importante para visibilizar la Casa de Misiones en Buenos Aires, porque muchos misioneros no la conocían y se sorprendieron gratamente de lo linda que es”.
La Casa funciona en cinco delegaciones, Turismo, Salud Pública, ATM, Fiscalía de Estado e IPLyC. “Mi objetivo es que se trabaje en conjunto, con la mayor articulación posible”.
“La pandemia nos puso en situación de rearmarnos y dar respuesta inmediata. Ahora viene el tiempo de trazar los objetivos. Rescato haber trabajado en conjunto con otros organismos tanto nacionales como provinciales en Buenos Aires. Eso queda, para poder ayudar en articulación en el caso de que algún misionero tenga un inconveniente”, señaló Durán.
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Remarcó que “mi objetivo es articular entre Nación-Casa de Misiones-Provincia. Lo hemos hecho en caso de casos de violencia de género”. Durán se mostró muy satisfecha de lo que hizo el personal: “La Casa no dejó de trabajar en todo el año, pero desde el inicio de la pandemia lo hizo a puertas cerradas. Ahora estamos viendo los protocolos para que las delegaciones puedan volver a atender al público”.
“El área administrativa, por ejemplo, tramita 1.500 actas (partidas de nacimiento, de matrimonio o defunciones). Las solicitudes se hacen en la Casa, nosotros las trasladamos al Registro de las Personas y ellos las envían. Ahora estamos trabajando con la doctora Alejandra Soto, titular de esa institución, para agilizar los trámites”, remató.
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