El jueves pasado dejó de existir Carlos Glitz, el hombre de 50 años, cuyo cuerpo fue hallado debajo del puente que une Garupá y Candelaria. Glitz, era intensamente buscado desde el lunes 12, momentos en que se ausentó de su domicilio y sus familiares habían radicado una denuncia por desaparición. Según trascendió, el hombre se habría quitado la vida producto de escraches en la red social Facebook.
Son muchas las líneas de investigación del caso, pero hay una que tiene que ver con el origen de la drástica decisión que habría tomado el fallecido, “estaba mal, porque el tema del escrache en facebook, del que fuera víctima, nunca habría sido superado”.
La metodología del escrache y la reproducción de una conversación de índole privada en una red social, se habría cobrado una vida. Todo parece indicar, que la práctica de difamación que fuera publicada en el grupo de Facebook “Alguien sabe yo se Oberá” tuvo consecuencias graves. En ese grupo, se había publicado un nombre, foto y una presunta conversación privada entre dos hombres.
El grupo público tiene más de 30 mil seguidores y según informan los propios administradores, fue creado para realizar cualquier tipo de consulta. El funcionamiento del grupo, también estaría reglamentado. Cuenta con un apartado donde se menciona que “no se permiten comentarios abusivos, malintencionados, sexistas, burlas hacia otros miembros, amenazas, dichos ofensivos y cualquier otro tipo de comentario que no sea expresamente destinado a responder la pregunta realizada”. La situación del “escrache” por lo visto no fue advertida, si bien los administradores eliminaron la publicación en cuestión, la difamación ya había sido viralizada.
Además de esta situación particular, en la provincia cuantificamos numerosos grupos de similares características y todos o su gran mayoría cuentan con miles de seguidores.
Aquí se quitó la vida el hombre que sufrió escrache en redes sociales
Una experta que trabaja hace más de 9 años en estos temas, y conduce la Dirección de Cibercrimen de la Policía de Misiones indicó que trabajar en el mundo de lo virtual es una tarea dificultosa que conlleva miles de aristas de análisis, ya que “ninguna causa es igual a otra y todas llevan un proceso arduo de investigación y tiempo”. Al hablar específicamente de lo delictivo aclaró que cualquier hecho debe ser promovido mediante denuncia previa, dado que “lo que se denuncia en redes, queda en las redes”, afirmó Marilin Ozuna.
El mecanismo para que funcione como debería ser y tener un impacto para que se pueda resolver, tiene que ir por canales institucionales específicos y para ello la operación es simple “hay que acercarse a una comisaría, y presentar el hecho”, aclaró.
En este caso, que tuvo un desenlace lamentable, Ozuna se refirió a la “acción previa” y contó que “la misma no existió”. “En principio, es muy delicado el tema, porque hay situaciones de vulnerabilidad que atraviesan el hecho en sí” pero “ el escrache propiamente dicho no es delito”, sostuvo.
Explicó que “si el mismo conlleva datos que buscan afectar o dañar, dispara otro mecanismo que se da en otra esfera, que podría ser la calumnia”, y ejemplifica que “si suben una foto tuya que está en una red pública, no están robando tu información, ahora bien si a esa foto le agregan una leyenda que podría afectar tu imagen se puede accionar pero en una instancia privada, ámbito civil” y eso claro está, llevaría otro proceso investigativo.
Además, destacó el cuidado que hay que tener con el manejo de redes, habló de tomar los recaudos, y si se está en una situación de escrache lo conveniente es accionar previamente, pedir ayuda, denunciar en los canales correspondientes, comisarías o en la propia dirección que cuenta con una guardia de 24 horas.
Aspectos legales
Por otro lado, el abogado obereño Javier Millán Barredo fue categórico y explicó “estamos ante la presencia de una especie de bullying social”, donde lo que importa es el “interés que afecta al hecho”.
Lo que impacta, dijo el letrado, sea cierto o no, es que la persona que lo publica tiene la finalidad de “injuriar”. “Decir que una persona es loca o homosexual, prácticas que pueden estar reñidas por lo que aparece como moral pública si eso no tiene interés social detrás, es claramente un acto injuriante y está penado por la ley como delito, y sin dudas en cualquier caso es un hecho que va a dar lugar a acciones civiles”, comentó.
Al referirse al marco regulatorio dijo; está la injuria, calumnia en el código penal y la figura de daños y perjuicios establecidos en el código civil y también están delimitadas cuales son las fuentes de los daños y perjuicios. Al situar el tema en las posibles herramientas que da el derecho para brindar soluciones, conceptualizó en la teleología es decir la finalidad de los actos.
“Hay un aspecto teleológico de los actos humanos”. Ilustró el hecho de la siguiente manera: “se podría utilizar una imagen cualquiera, de cualquier víctima, como la misma está publicada en Facebook, significa que la misma autorizó su publicación”, pero sostuvo que, «habría que ver qué tipo de mensaje acompaña a la foto, que mensaje codificó en este caso el autor, y analizar si incorporó otros elementos” el porqué de la publicación por ejemplo.
Y en pautas generales, Javier Millán sostuvo que publicar aspectos de la vida privada, sean ciertos o no, siempre y cuando no lesionen o tengan relación con el interés republicano, son actos que merecen la recriminación de la ley.
Y finalizó «siempre que se hayan cometido de la puerta de la caverna para afuera, como sostiene la teoría de contrato social de Rousseau»
Más del “bullying social”
Especialistas han categorizado el término “bullying social” como un conjunto de acciones, que llevan adelante personas “agresores”, con el fin de excluir a otras personas “víctimas” de un grupo social, bien sea ignorando su presencia, excluyéndose de una actividad, discriminándola por diferentes situaciones.
El tema es amplio, complejo, es incluso estudiado y observado de forma interdisciplinaria. Por lo general, el “bullying” es frecuente en el ámbito educativo. Este año particularmente, han cambiado algunas cuestiones y es atípico, sostienen los expertos del cibercrimen.
“Los chicos están menos expuestos”, explicó Ozuna. Además, contó que, algo frecuente eran las peleas a la salida de los establecimientos educativos, “los chicos se peleaban, se filmaban y eso se viralizaba, sucedía en todas partes”. Este año, disminuyó por la situación de cuarentena. “Con la escuela cerrada, también disminuyeron los delitos en ese sentido, o al menos se evitaron muchos”, manifestó.
Además, también agregó que “septiembre y octubre, para nosotros siempre fueron meses de muchas intervenciones de ciberbullying, de grooming, y de fugas de hogar”.
Eso sucedía siempre y se potenciaba en épocas de Estudiantina, en la pre Estudiantina, y en las prácticas, este año no. “Había peleas de bandas y muchos escraches”, mencionó.
Según explicó la familia ejerce un rol de contralor sobre las actitudes de los adolescentes. “Papá y mamá controlan un poco más, habitualmente, los chicos están en una libertad muy particular, que ahora no la tienen”, afirmó. Y aseguró que la mera presencia de los padres en ese ámbito a “nosotros nos ayudó, nos favoreció al menos tecnológicamente”.
Para finalizar, concluyó reflexionando que lo ideal sería que las personas tomen “conciencia de lo que se comparte y de lo que se consume”.
Ante cualquier consulta hay que recurrir a los organismos que están para eso. Informes Cibercrimen @ policiademisiones.gov.ar o llamando al 444 7618 que funciona las 24 horas.
#Policiales Encontraron el cuerpo de un hombre debajo del puente que une Garupá y Candelaria https://t.co/XdlDCKTUgS pic.twitter.com/v856fZbEjd
— misionesonline.net (@misionesonline) October 15, 2020
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