En la calle San Martín entre Colón y San Lorenzo de la capital provincial, la vidriera del local que vende calzado tiene un dueño absoluto: un gato, y su pasar va ganando fama. “Justo el zapato que quería”, subió Agustina a su Instagram, junto a una foto con el felino desparramado sobre el par que deseaba la compradora.
Y no es la única: “Quiero llevarlo a casa” posteó Yanina en su Facebook, pero con la foto tomada desde adentro del local.
En Posadas un gato se adueñó de la vidriera
Lo cierto es que el gato, -o gata-, no solo ha conquistado el afecto de sus amos, sino también su defensa lisa y llana, frente a cualquier amenaza que pueda aparecer. “Por favor no molestar al gato, trayendo a sus perros hasta la puerta para que peleen”, advierte un cartel pegado a la vidriera y a pocos centímetros del felino negro que a todas luces, adora dormir sobre los zapatos. El papel termina diciendo: “Respeten a los animales. Gracias”.
A todo esto el fluir de potenciales clientes que entran y salen de la zapatería, muchos de ellos buscando un regalo para mamá, no altera para nada el descanso del gato, ronquidos incluidos.
Comentarios