En la ciudad de Asís, Italia, el cardenal Agostino Vallini beatificó al joven que dedicó sus 16 años de vida a ayudar a los necesitados y llevar la Palabra de Dios al mundo a través de internet. Por qué el cuerpo de Carlo Acutis ve en perfecto estado, qué dice la Iglesia, y los otros santos que se encuentran “íntegros”
Este sábado 10 de octubre en la ciudad de Asís, Italia, el cardenal Agostino Vallini, vicario emérito del Papa Francisco para la diócesis de Roma, autorizará la beatificación de Carlo Acutis, un joven que dedicó su corta vida a predicar el amor al prójimo y con su ejemplo, y llevar la Palabra de Dios al mundo a través de internet.
Carlo tenía solo 16 años y era un joven dinámico, actual, fanático y conocedor de las redes sociales. La pregunta es: ¿saltó a la prensa mundial y a las redes por su vida de santidad? ¿o fue por el estado de conservación de su cuerpo “incorrupto” que fue malinterpretado por los medios?
Al inaugurar la capilla en donde reposan sus restos mortales, y al ver su cadáver, comenzó una ola de comentarios acerca de la “incorruptibilidad del cuerpo del futuro Beato Carlo Acutis”, generando miles de voces en la radio, la televisión y las redes sociales. Pero, ¿es tan así? Veamos qué dicen las autoridades de la Iglesia y los médicos sobre este tema.
La verdad sobre el Carlo Acutis y de los cuerpos incorruptos
Para la Beatificación o canonización siempre se exhuma el cuerpo del candidato a los altares y se realiza una comprobación sobre el mismo.
En el caso de Carlo Acutis, el Obispo Domenico Sorrentino de la Diócesis de Asís señaló que esas noticias de la incorruptibilidad del cuerpo de Carlo no responden a la verdad.
Relata el religioso: “Al acto de la exhumación en el cementerio de Asís, ocurrida el 23 de enero de 2019 en vista al traslado al santuario, este fue encontrado en el normal estado de transformación propio de la condición post mortem (…) el cuerpo, si bien transformado, pero con varias partes todavía en su conexión anatómica, fue tratado con técnicas de conservación y de integración normalmente practicadas para exponer con dignidad a la veneración de los fieles los cuerpos de los beatos y de los santos. La reconstrucción de la cara con una máscara de silicona fue particularmente exitosa.”
En la misa celebrada por Monseñor Sorrentino, el día de su exhumación dijo en la homilía: “Vemos a Carlo nuevamente en su cuerpo mortal, un cuerpo que ha pasado en los años del entierro en Asís por el proceso normal de descomposición, que es el legado de la condición humana (…). Pero este cuerpo mortal está destinado a la resurrección”.
Así mismo el rector del Santuario del Despojo, en Asís, Carlos Acácio Gonçalves Ferreira, explicó que el cuerpo de Acutis “se encuentra en un estado muy íntegro, no intacto, pero íntegro. Conserva todos los órganos”.
Es decir que no está “intacto” sino “bien conservado” dentro del esperable. Y lo que causó tanto asombro y malinterpretación es su cuerpo cubierto con cera y silicona para la veneración de los fieles.
Las causas no naturales de una incorruptibilidad corporal es el embalsamamiento del cuerpo o el tratamiento con conservantes químicos. Tal es el caso que ocurrió con el cuerpo de Santa Margarita de Cortona, había recibido un extenso embalsamamiento y otras intervenciones después de su muerte. O del cuerpo de San Juan XXIII, que fue tratado con químicos luego de su fallecimiento y hoy se expone a la veneración de los fieles en la Basílica de San Pedro del Vaticano, pero cubierto su rostro y manos con una máscara de cera.
Lo más común es que solo queden las osamentas de los candidatos a la santidad canonizable, lo cual no quita ningún mérito para el camino a la canonización, como dejó en claro el Padre Fray Marcelo Méndez OFM. Por ejemplo, en Argentina están los casos de San Gabriel del Rosario Brochero, La Beata María Antonia de San José, el Beato Ceferino Namuncurá, la Beata Laura Vicuña; la Beata Ludovica de Angelis, la sierva de Dios Madre Isabel Fernández, etc… las cuales están sus restos en urnas.
Muchos cuerpos de santos o beatos poseen máscaras de cera que cubren su rostro, y al estar tan bien realizadas muchos confunden y creen que están incorruptos y no es así. Son los casos de Carlos Acutis, el Padre Pío de Pietralcina, que posee un rostro que fue confeccionado por la casa de cera de Madame Tussauds en Londres, la Beata Ana María Taigi y Santa Bernardita, la vidente de Lourdes.
Otros en cambio poseen mascaras de Plata u otro metal como ser Santa Lucía, San Pío X o el Beato Luigi Longo. En cambio, algunos se veneran la osamenta como el caso de Santa Francisca Romana, expuesta a los fieles en su iglesia en Romana del Foro o el de otros santos donde reliquias de su cuerpo se esparcen por todo el mundo, como ser el caso de Teresa de Jesús. Otros, en cambio se guardan sus restos en arcas relicarios, como el de Santa Teresita del Niño Jesús.
De muchos quedan partes momificadas de su cuerpo que se guardan en relicarios, como por ejemplo: la lengua de San Antonio de Padua, el corazón del Padre Pío o de Don Orione, las manos de Santa Catalina Laburé (la vidente de la Virgen de la Medalla Milagrosa), el cerebro de la “Chiquitunga” la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado en Paraguay. También en Paraguay se conserva el corazón carbonizado de San Roque Gonzales de la Santa Cruz que junto con sus compañeros fueron martirizados y luego de ser asesinados, le quitaron el corazón y lo tiraron al fuego.
De otros santos no queda ningún vestigio porque sus cuerpos fueron cremados en los campos de exterminios nazis como ser Santa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) y San Maximiliano Kolbe que fueron martirizados juntos a millones, una por ser judía conversa y el otro por tomar el lugar de un condenado a muerte padre de familia.
Fuente: Infobae
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