La empresa Nuestra Señora del Rosario, del mismo propietario que Don Casimiro, Marcelo Zbikoski, comenzó a operar con un permiso precario la ex línea 141, que conecta el Conurbano con varios barrios porteños. El anterior prestatario, Mayo SATA, denunció que hubo connivencia entre el grupo empresario misionero y las autoridades para desplazarlo. En su primer día, la empresa de Zbikoski recibió actas de infracción por circular sin equipos para el sistema SUBE, lo que le valió una denuncia por incumplir los protocolos relacionados al coronavirus.
La UTE Nuestra Señora del Rosario, integrado por la empresa homónima y La Central de Vicente López y bajo la órbita del grupo que encabeza el empresario misionero Marcelo Zbicoski, comenzó hoy a operar la tradicional línea 141 que comenzó a denominarse línea 145 a partir de la llegada del nuevo prestatario.
En su primer día, la flamante 145 recibió actas de infracción por parte de la Comisión Nacional Reguladora del Transporte (CNRT) por circular sin permisos definitivos y sin el equipamiento necesario para que funcione el sistema SUBE.
La ausencia de las máquinas del SUBE también motivó una denuncia de la anterior prestataria de la línea, la empresa Mayo SATA.
Ocurre que además de impedir el control de los boletos vendidos y los kilómetros recorridos, la falta de las máquinas del SUBE representa un incumplimiento en los protocolos establecidos para la prevención del coronavirus, en tanto el sistema de boleto electrónico es la única herramienta que puede garantizar que el transporte público de pasajeros lo utilicen solamente las personas que están habilitadas para hacerlo.
La normativa vigente establece, en su artículo 205 del Código Penal, que no adecuarse a los recaudos sanitarios puede ser tipificado por el delito de “violación de las medidas adoptadas para impedir la propagación de una pandemia”.
En el contexto de pico de contagios de pandemia que atraviesa el AMBA, la decisión adoptada por la empresa de Zbikoski resultó particularmente irresponsable, porque al no tener equipos para el cobro de boletos, los pasajeros podían viajar gratis, lo que provocó que un mayor número de usuarios se inclinara por usar esa línea y los colectivos viajaban atestados de gente.
Línea 141 sospechada
Durante el proceso que derivó en el desembarco de Zbikoski como flamante operador de la ex línea 141 devenida en 145, la empresa Mayo SATA denunció supuestas irregularidades. En sucesivas presentaciones judiciales, la empresa denuncio penalmente a funcionarios nacionales de la administración de Macri por administración fraudulenta orientada a asfixiar económicamente a algunas empresas para beneficiar a otras.
En sus presentaciones, Mayo SATA asegura que las autoridades de Transporte deliberadamente demoraron trámites administrativos que la firma había iniciado y le aplicaron penalizaciones injustificadas.
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