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La vida de Ramón Pereira (31) dio un gran giro desde hace 5 meses, por la cuarentena. De ser un reconocido stripper de despedidas de solteras, pasó a ser conocido pero por mover sus enormes músculos amasando chipas para vender en la calle. Otro colega, comercializa quinielas también en la vía pública. Los strippers dejaron sus actuaciones.
El bailarín erótico, -que vive en Asunción, Paraguay-, contó que hubo meses que pasó hasta hambre por la falta de eventos de despedidas de solteras y reunión de amigas en fiestas privadas.
Strippers dejaron sus actuaciones
“Recién en junio volví a tener una o dos clientas por semana si tenía suerte porque volvieron las bodas, pero igual ahora hago las dos cosas: de día soy chipero y de noche stripper si tengo clientas”, dijo el joven.
Ramón mencionó que casi todas sus clientes son mujeres y que le piden chipa a domicilio.
“No me puedo quejar de la venta, porque ya tengo clientas fieles, más las abuelitas me piropean todo luego, igual trato de estar presentable y medio sexy para vender más. Aunque igual quiero volver a trabajar completo en mi rubro de antes”, señaló.
Stripper quinielero
Roger Aquino, otro stripper que quedó sin trabajo en la pandemia, contó que ahora es quinielero en el Mercado 4, en Asunción, ya que casi no tiene shows eróticos por el encierro.
“No gano tan bien como en mis bailes, pero con esto mientras salvo mi comida y mi alquiler”, afirmó el bailarín.
Afirmó que de vez en cuando consigue algunos shows, pero más íntimos, solo con parejas que quieren tener relaciones viendo su show. “Por la crisis también ahora acepto hacer shows para hombres, antes solo quería hacerle a mujeres”, indicó.
Otros bailarines eróticos se dedican ahora a la albañilería, canillita, cocina o como jardineros. Quieren crear una asociación de strippers.
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Fuente: Extra-Paraguay
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